Discursos
en firmas de convenios
Suscripción de
convenio de cooperación institucional
Palabras del presidente
de la CVR Señor embajador Arné Rodin,
Señora representante del PNUD Kim Bolduc, Señoras y señores:
Hoy sabemos bien que una democracia no puede arraigarse
y consolidarse en una sociedad sin que exista en ella un
grado
mínimamente aceptable de justicia. Ello significa, entre
otras cosas, que cuando una sociedad que ha experimentado procesos
de aguda violencia desea hacer una verdadera transición
democrática, tiene, entre sus obligaciones ineludibles,
el deber de restaurar la justicia relegada en los años
precedentes. En muchos casos ello implica comenzar por actividades
tan elementales, y al mismo tiempo tan complejas, como es la
recuperación de la verdad sobre los atropellos y violaciones
de derechos humanos cometidos, por lo general, contra la población
más desvalida, vulnerable y humilde de la sociedad.
No se puede edificar una democracia sobre la base de la indiferencia
o el olvido.
En virtud de ello, la Comisión de la Verdad y Reconciliación
sabe que puede confiar en la comprensión y el apoyo
de las grandes democracias del mundo. Gracias a ellas el cumplimiento
de la tarea que le han encomendado el Estado y la sociedad
peruanos no es una quimera, sino una posibilidad muy real.
Como
sabemos, nuestro mandato, siendo grande y complejo, está referido
a un asunto esencial, que es la restauración de la justicia
en nuestro país en lo que concierne a las violaciones
de los derechos humanos cometidas entre los años 1980
y 2000. No es, por supuesto, una justicia en sentido judicial
la que estamos llamados a recuperar; es, más bien, una
justicia de estricto contenido moral que comienza por la averiguación
de la verdad y tiende en última instancia a la dignificación
de las víctimas.
La generosidad del gobierno de Suecia
expresada en el convenio de cooperación con la Comisión
de la Verdad que hoy firmamos nos reafirma en la confianza
que he mencionado.
No podemos olvidar que la democracia sueca tiene una larga
y bien conocida tradición de custodia de los derechos
humanos. Su voz en defensa de quienes son víctimas de
los poderes establecidos y de los poderes de facto es bien
reconocible en todo el mundo. No nos extraña, por ello,
la generosidad con que su misión diplomática
en Lima ha acogido a la Comisión de la Verdad, una acogida
que se expresa en palabras de aliento que apreciamos en alto
grado y también en actividades de cooperación
concreta como las que serán formalizadas en este acuerdo.
La ayuda que el gobierno de Suecia nos ofrece servirá para llevar a
cabo diversas tareas cruciales para el cumplimiento de nuestra misión.
Nos permitirá fortalecer nuestra capacidad de llegar a la población
peruana con un mensaje de convocatoria y también con nuestra actividad
de investigación.
Nuestra Comisión no podrá cumplir el encargo recibido si no consigue
involucrar a la sociedad entera en su empeño. Por ello es particularmente
valioso el apoyo que el gobierno sueco nos brinda para nuestras actividades
de Comunicación y Educación. Al ampliar nuestra convocatoria
y hacer de nuestro trabajo una actividad participativa también estaremos
ayudando a difundir en nuestra patria hábitos democráticos, sustentados
en la presencia y el compromiso ciudadanos.
Deseo, por todo lo dicho, agradecer
profundamente, en nombre de la Comisión, al gobierno sueco representado por su
misión diplomática en Lima y deseo agradecer
de modo particular a usted, embajador Rodin, por la simpatía
con que ha acogido nuestros proyectos. El respaldo que recibimos
de democracias ejemplares como la que usted representa renueva
nuestras esperanzas en llevar a buen término nuestra
misión.
Salomón Lerner Febres
Presidente
Comisión de la Verdad y Reconciliación
|