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Audiencias Públicas de Casos en Huamanga

Tercera Sesión, 11 de abril de 2002, 9 a.m. a 1 p.m.

Caso 16. Testimonio de Jimmy Capelletti y Marcial Capelletti

Doctor Salomón Lerner Febres.
La Comisión invita a los señores Marcial Capelletti Jáuregui y Jimmy Capeletti Jáuregui a que se aproximen para brindar su testimonio.

Doctor Salomón Lerner Febres.
Señor Marcial Capelletti Jáuregui, señor Jimmy Capeletti Jáuregui. ¿Formulan ustedes promesa solemne de que su declaración la harán con honestidad y buena fe y que por tanto expresarán sólo la verdad en relación a los hechos relatados?

Voces en conjunto.
Sí, juro.

Doctor Salomón Lerner Febres.
Muchas gracias, pueden tomar asiento.

Comisionado.
Muy buenas tardes, queremos decirles al comenzar esta... esta narración, recuento, este dar cuenta de lo pasado con ustedes, que cuentan con toda nuestra solidaridad por todo lo que digan, sabemos que son familias tremendamente afectadas por todo lo que han pasado, y sabemos que este testimonio va a hacer bien al país, sabemos que el país tiene que comprender lo que tanto peruanos sufrieron y que muchas veces no tenían ni siquiera una condolencia, creemos que lo que ustedes nos van a decir es importante para poder salir de esto y poder construir un Perú reconciliado. Los invito pues, a tomar la palabra.

Voz del señor Marcial Capelletti Jáuregui.
Señoras y señores muy buenas tardes, pueblo ayacuchano; quiero empezar mi exposición rindiendo homenaje a todos los miles de mártires que tuvo el Partido Aprista Peruano y a los miles de mártires civiles que tuvo el Perú en esta guerra fratricida. En segundo lugar, señores miembros de la Comisión, quiero aprovechar para entregarle una relación primaria de nuestros mártires apristas caídos en Ayacucho, por favor, señor, le hago entrega de la relación primaria que tenemos trabajándolo, y en tercer lugar, señores, quiero aprovechar la prensa para desmentir categóricamente sobre los sucesos que han tratado de hacer ver a la prensa nacional el día de ayer; ayer vinimos para escuchar la audiencia pública porque así nos dijeron que era pública, un grupo de jóvenes víctimas también del terrorismo, estaba la familia Zaga, estaba la familia Abregú y muchas familias y muchos amigos y hermanos que han sido víctimas de la guerra, sus padres muertos y sus hermanos muertos, lamentablemente se interpretó mal y no nos dejaron entrar, espero que eso quede ahí.
Señores, el que habla es el hermano mayor de la familia Capelletti Jáuregui, somos cinco hermanos, Jimmy que está a mi costado, Andrés, José Luis y Benjamín, mi madre la señora Teresa Jáuregui, mi padre Marcial Capelletti Cisneros.
Marcial Capelletti Cisneros estudió en los colegios San Ramón, Mariscal Cáceres y en el Colegio Salesiano. Desde muy niño y muy joven inclinado a la política del Partido Aprista con sus ideales de justicia social, se entregó a trabajar por el pueblo. Abogado de profesión, a lo largo de sus años ocupó muchos cargos civiles, como catedrático en la universidad donde lo mataron, fue presidente de la Coorporación de Fomento y Desarrollo de aquel entonces, ahora CTR, fue regidor varias veces por su partido, fue un hombre entegrado... entregado íntegramente al trabajo de su pueblo, intrega... íntegramente al trabajo de su comunidad, se caracterizó mucho por ser un hombre demasiado social, demasiado amiguero.
En las épocas, recuerdo yo, que estaba él trabajando en el CTR, tendría yo diez a once años, le gustaba muchísimo viajar y aprendimos grandes cosas y grandes ejemplos, recuerdo yo cuando tenía mis trece o catorce años regresé a la casa muy contento y le dije, papá me han invitado a una fiesta, a un quince años, la fiesta lo hacían en el Hotel Turistas, ahora Hotel Plaza, las fiestas era de tres de la tarde a seis de la tarde a más tardar, porque después era peligroso... (inicio de lado B del cassette)... y nos llevó a todos los hermanos a Cangallo a un viaje que él hacía de trabajo, y cuando regresábamos de Cangallo como a las seis o siete ya de la noche, encontrábamos en el camino muchos niños abandonados, huérfanos que nos pedían que los traigamos a la ciudad, que nos pedían que los traigamos con nosotros, era siete, ocho de la noche y el frío era terrible, nosotros bien arropados en la camioneta y el frío era terrible, y ver a esos niños descalzo, muchos con short, muchos con solo un polo, un poco que nos cambió la visión en la cual, de repente nosotros vivíamos bajo ese círculo de amigos que teníamos, y recuerdo que nos decía, sácate la chompa, dale tu chompa porque tú tienes tu chompa en la casa, sácate el polo y muchas veces llegábamos con bibirí o solo con polo, y al llegar a la casa nos decía, esto es fiesta, mientras ustedes están pensando en ir a bailar al... a la fiesta de los quince años, mira estos niños se están muriendo de hambre. Era un tipo que nos... nos formó desa manera, ver primero los hermanos que están a nuestro lado y después, de repente, compartir con ellos lo poco que se podía tener.
Marcial Capelletti dejó la Coorporación en 1987, que era un cargo de confianza y se dedicó a la docencia universitaria, es en este lapso donde es asesinado, un veintinueve de mayo, a las diez y cuarto de la mañana, nosotros estábamos en el colegio, previo a esto existían amenazas telefónicas, cartas por Sendero Luminoso, donde siempre estaban amenazando y fastidiando, y mi padre era un tipo que jamás le temió a la muerte, y una de las virtudes era que nos sentaba en la mesa y nos decía, si mañana me matan a mí, la vida continúa y ustedes tienen que seguir luchando, estudiando y trabajando, y ese es el ejemplo que nos dejó Marcial Capelletti, y un viernes veintiséis de mayo o veintisiete de mayo es asesinado un gran muchacho, dirigente del Partido Aprista que era Zorro Castañeda. Mi padre asiste al velorio y los dirigentes del partido le piden que se retirara de Ayacucho porque la situación estaba movida, y él les manifestó que no, que si era su hora tenía que morir en su pueblo. El pueblo que lo vio nacer, decía él, que me vea morir. Se había especulado mucho sobre Marcial Capelletti, cuando estaba en la Coorporación, que Marcial Capelletti había robado millones, que Marcial Capelletti tenía casas en los Estados Unidos, que Marcial Capelletti tenía empresas en Lima y al final quedó eso en nada, y eso puede ser uno de los orígenes o las causas del asesinato de mi padre por algunos autores intelectuales.
Luego de esto señor, nosotros, el veintinueve de mayo, estando en el colegio diez y cuarto de la mañana el que habla es llamado por el sacerdote que dirigía aquel entonces el Colegio Salesiano, el padre Echevarría, y me llama y me dice, Marcial cómo está tu familia, cómo va, bueno bien padre, le digo, pero me pareció curioso que... que me llamara después del recreo, un poco para hablar de estos temas y un poco que presiento y le digo, padre, qué pasa, ¿pasa algo?, mi papá, mi mamá, no, me dice, no pasa nada, vamos a la iglesia a rezar, bueno vamos, le digo, padre rezamos, y de digo, pero ¿qué pasa, qué ha sucedido?, tonces me dice... en la oficina de tu padre le han metido una granada, yo dije, una granada, mi padre está muerto, le digo, no, me dice, tu padre está herido en el hospital, ahorita que nos llamen y nos enteremos que esté mejor vamos a ir; pero no era así ¿no?, o sea, no sé si las desinformaciones habían llegado mal al colegio o el padre me lo decía para no... un poco exasperarnos. Buenos salimos del... salí del colegio, nos recogieron algunos amigos y llegué al hospital y mi padre ya estaba muerto ¿no?, y vi a mi madre que vino con mucho coraje, mucho valor y me... me... yo estaba llorando y me dijo, qué te dijo tu padre ayer, y cuando digo ayer, fue porque el domingo que lo enterraban a Zorro Castañeda, mi padre en el cementerio, pronunciaba un discurso y le dijo, hoy te tocó a ti y de repente mañana seré yo, pero la vida continúa, y a eso iba mi madre a decirme ¿no? Tu padre está muerto y no quiero... no quiero que lloren ni nada, que... qué les decía tu padre. Y mi padre, como les vuelvo a repetir era un hombre que nos decía que... que el que muere, muere en su hora, en su momento que tenía que morir y que la vida continuaba; tonces, muerto mi padre, siguieron llegando las amenazas, en vista de que fue entierro, un entierro apoteósico, hubieron más de tres mil personas... y como hijo mayor... quise darle la despedida final a mi padre, final no, final de... de... de materia, porque para nosotros nuestros muertos no mueren, y hablé en el cementerio, y eso de repente fue origen a que siguieran las amenazas hacia mi persona.
El... el veintisiete de julio, ya muerto mi padre, vino el prefecto, estaba yo en buzola, saliendo con los amigos de la cuadra a jugar, vino una camioneta de la prefectura, nos subieron a la camioneta y directo al aeropuerto que había un búfalo, porque se habían enterado que esa noche iban a atentar contra la familia, contra mi casa y contra el que hablaba, porque había hablado en el cementerio. Era julio que nos fuimos a Lima y no regresamos hasta después de un año. Eso es lo que yo puedo manifestar...
¡Ah!, disculpe... el atentado... mi padre ingresó a la universidad, tenía un examen que era el examen final, entró y encontró en la pizarra unos escritos a tiza que decía, muerte a Capelletti... y en la pared también estaba escrito, con pintura roja ¿no?, muerte a Capelletti. Tonces, vio el salón lleno, era examen final, pidió a uno de los alumnos que borrara la pizarra, en ningún momento les mostró temor ni miedo... él tenía un arma. Sacó el arma envuelto en un papel manila, en una bi... un estuche y lo puso al costado del pupitre... pidió un alumno que borrara la pizarra, el alumno borró la pizarra... y mi padre les dijo, bueno, alumnos, el examen consta de cinco preguntas, voltió para escribir las cinco preguntas y en lo que está escribiendo la segunda pregunta, empujan la puerta y... y entra el asesino, ¿no?... con un tiro certero que le da el primero en la sien, el segundo en el cuello y el tercero en el hombro... y... los asesinos salieron de la universidad, caminando. No hubo ningún tipo de resistencia por parte de los alumnos porque habían entrado en pánico, entiendo que en el salón habían dos o tres policías de civiles, armados, pero que no actuaron. Ellos se dieron la rampa... la vuelta, toda la rampa de la universidad caminando, salieron a la calle y abordaron un auto rojo, un auto rojo y se fueron hacia la avenida... hacia Arequipa, ¿no?, hacia abajo... la avenida Arequipa, eso fue el... el... el hecho de la muerte, el asesinato de mi padre.
Yo quisiera terminar esta mi intervención para cederle a mi hermano, con un cuento hindú, dice que había un gran bosque de bambús, que se empezó a incendiar, empezó a incendiarse este bosque de bambú y dentro de ello apareció una pequeña ave, una palomita muy chiquita, que al ver que se incendiaba este bosque, desesperado volaba al río, mojaba sus alas y volvía al bosque para tratar de apagar con las gotitas que caían, y así ida y vuelta, ida y vuelta, hasta que habían los dioses y la miraron y la mandaron a llamar y le dijeron, oye, tú estás loca, ¿cómo pretendes apagar tremendo incendio de bosques de bambús con solo esas gotitas que te caen del ala?, el ave las vio, los miró y les dijo, no importa si no lo puedo apagar, pero voy a morirme derramando gotitas de amor por el sitio donde me vio nacer y me vio morir. Eso yo quiero llevar a todos los amigos ayacuchanos que tenemos que seguir trabajando y luchando por el desarrollo de nuestros pueblos y por el desarrollo de nuestras familias. Gracias.

Voz del señor Jimmy Capelletti Jáuregui
Muy buenas tardes el que les habla es el hijo segundo de Marcial Capelletti, ya mi hermano enfatizó varias partes de lo que fue mi padre, como lo asesinaron; pero también hablo por parte de los veinticinco mil víctimas del terrorismo, consolidarme también con ellos, tratar de unirnos y aprovechar y hacerles un llamado acá a la Comisión de la Verdad, no solamente porque fue Marcial Capelletti una autoridad, no solamente porque fue Castañeda o... o equis víctimas que tuvieron cargo, sino también hablo esas personas que posiblemente están lejanos en los pueblos y no tienen la oportunidad de venir a decir, yo quiero pedir la palabra y decir por qué lo mataron a mi esposo o por qué dasaparecieron a mi familia.
Quisiera enmarcar eso que la Comisión también se encargue de esa gente olvidada, no solamente porque vinieron acá a Huamanga y tuvieron la posibilidad de contactarse con nosotros, sino tratar de viajar, de conseguir pruebas por otro lado, otros testimonios. Es la Comisión de la Verdad, y quiero que no solamente se base en testimonios, no solamente quiero venir y dar mi testimonio porque para mí es muy crudo, es muy fuerte. Para mí ahorita es un intercambio. Yo doy mi testimonio, vuelvo a vivir esos momentos, pero que se llegue a investigar, quiero saber quién es realmente la persona que ha matado a mi padre.
Pasando a otro punto, antes de que lo mataran a mi padre, mi familia vivía una situación psicológica muy... muy grave. Teníamos atentados, vivíamos escapados, en nuestra pro... en nuestra propia casa, en nuestro propio pueblo, nos perseguían, psicológicamente nos enfermamos, decíamos, bueno... mañana qué, tal vez papá ya no amanece, once de la noche mi padre no regresaba a la casa. Entonces, pensábamos, ha sucedido algo, ha pasado algo. Psicológicamente estábamos encerrados, enfocados en la violencia, en lo que podía suceder.
Pasado el hecho de mi padre fue un dolor muy grande, creo que mucha gente, acá en Ayacucho lo ha vivido, no solamente la parte de la familia, sino los amigos... sufrimos mucho. Superar eso fue bien difícil. La familia perdió un personaje en la familia... en la familia Capelletti, uno de los mejores fue Marcial Capelletti, perdió una columna muy importante, superar eso fue muy difícil. Felizmente y gracias a Dios, mi padre nos inculcaba muchas cosas, nos daba muchas fuerzas, muchos valores, lo cual nos supo... salimos adelante gracias a eso. Mis hermanos menores, me da a veces mucha pena, mucha tristeza, que nosotros teniendo muchos, muchas cosas, muchos pensamientos de mi padre, ellos no lo hayan podido gozar. Cuatro o cinco años cuando lo perdimos a mi padre, prácticamente ellos no estaban preparados para eso, nosotros teníamos muchas cosas de él, ellos no. Y mucho así, muchas familias posiblemente que mataron a sus padres y no saben quién es su padre.
El otro día conversaba con unos amigos y me dicen, bueno, después de la Comisión de la Verdad, qué. ¿Hacemos una remembranza a tu padre en la Plaza de Armas? No, le dije, a mi padre todos los años se le reconoce, todos los años se le vive, se le escucha en Ayacucho, todo el pueblo ayacuchano está pendiente, Marcial Capelletti tal cosa, por sus obras, por sus actos. Yo digo, no me importa que lo saquen a Marcial Capelletti y digan Marcial Capelletti en la Plaza de Armas, no.
Vayan donde esa persona que fue alcalde posiblemente de una comunidad y fue asesinado y esa comunidad posiblemente no sabe esa persona, o el pueblo ayacuchano, quién fue alcalde de tal sitio; están perdidos, vayan a esas personas, sí, con justa razón y digan, él fue tal, hizo tal por su pueblo, jamás se lo mencionó, ahora lo mencionamos porque existe una Comisión de la Verdad, sí tiene que ser de verdad, porque no estamos acá de.. de figuras de dar manifestaciones, porque esto se va a llegar a investigar, si es que realmente estamos haciendo las cosas claras. Empezamos, entonces, con nuestras manifestaciones; pero después de esto nosotros queremos que realmente haya pruebas, hay indicios de que se está investigando, no solamente que nos llamen y nos digan, ya diste tu manifestación y chao con los Capelletti, sino frecuente comunicación y decirnos estamos tras los pasos del asesino de tu padre, estamos avanzando, estamos investigando, estamos llegando a la conclusión que... tal grupo fue... el que lo asesinó a tu padre. Mi familia, mi hermano mayor estamos esperanzados en que realmente se cuente con el apoyo de ustedes. Para nosotros también poder apoyarlos en todo, para eso estamos; durante muchos años estuvimos callados, porque no podíamos hablar antes. ¿Qué íbamos a decir? ¿Investigar la muerte de mi padre? Arriesgábamos a nuestra familia porque si damos una manifestación de esta manera, posiblemente más tarde mi casa estaría volada o uno de mis hermanos asesinados o raptados; no había esa libertad, con la que podemos hacer ahora. Por eso yo les pido, señores de la Comisión de la Verdad, la minefes... la manifestación está dada.
Nos duele recordar, pero creo que vale la pena, espero que valga la pena, y no solamente por nosotros, sino por muchas familias, por muchos peruanos víctimas de terrorismo que nos están escuchando. Queremos llegar a todos ellos, invitarles, como ya le había repetido, que vengan y que den su palabra, escucharlos. Espero que realmente nosotros lleguemos a un en... a un entendido y lleguemos a esos asesinos y que nunca más se vuelva a repetir estas tragedias. Muchas gracias.

Comisionado
Muchas gracias le damos nosotros y se la damos con admiración, qué bonito y qué edificante para todos que su padre viva en ustedes. Creo que a todos nos... nos conmueve eso y nos hace admirarlos y nos hace... mostrarle al Perú esto. Qué bueno que ustedes se sientan solidarios con todos, los que han pasado esto y especialmente con los más pobres, con los más olvidados, con aquellos que a veces nadie les ha dado ni siquiera una condolencia, qué bueno que ustedes nos exijan investigación. Yo les garantizo que esa es nuestra voluntad y no sólo en las ciudades sino tenemos que pasar por los campos, tenemos que sentarnos a escuchar a los más humildes, a los más excluidos de nuestra sociedad. Por eso el testimonio que ustedes nos han dado, me parece que es... que es muy importante, que sea un símbolo, ¿no?, de la valentía, del recuerdo, del cariño y de esta fuerza para hacer un Perú reconciliado.
Muchas gracias.


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