PALABRAS DE INAUGURACIÓN:
SALOMÓN LERNER
(Presidente de la comisión de la verdad y la reconciliación)
Muy buenos días señoras y señores vamos
a dar inicio a esta tercera audiencia publica temática
organizada por la comisión de la verdad y reconciliación.
Sean mis primeras palabras de saludos a todos ustedes también,
a la audiencia que pueda estar fuera de este recinto y que
nos esta escuchando, bien yo como les decía debo expresar
el sentimiento de la comisión de la verdad y la reconciliación
hoy al inaugurar su audiencia publica dedicada al tema de
la violencia y su impacto sobre la comunidad universitaria,
realizamos esta audiencia en una ciudad, Huancayo que bien
puede ser el emblema de la tragedia vivida por nuestras universidades
durante los veinte años de violencia política
sufrida por nuestro país, si en sus expresiones mas
crudas dicha violencia significo la muerte de numerosos jóvenes
estudiantes atrapados entre la absurda o la intolerancia y
la prepotencia, esta ciudad repito tiene una dura historia
que contar al país y este guarda una profunda deuda
de reconocimiento con el pueblo huancaíno.
El tema sobre el que vamos a reflexionar en esta ceremonia
el día de hoy, es ciertamente de trascendencia nacional,
la institución universitaria esta llamada a tener un
papel fundamental en el carácter y en el destino de
toda sociedad, y su deterioro constituye siempre una deplorable
perdida para toda la colectividad, dicho esto sin embargo
no puedo omitir al inaugurar esta audiencia el fuerte significado
personal que ella tiene para quien ahora les habla mi trayectoria
personal mi vocación mi vida profesional se hayan estrechamente
ligadas a la universidad, como profesor de filosofía
y como rector de la universidad Católica, los logros
y las desventuras de los estudios superiores en el Perú
constituyen tema de permanente preocupación y reflexión
en mi diario quehacer así aunque mi presencia aquí
al dirigir estas palabras obedece a mi condición de
presidente de la comisión de la verdad y la reconciliación
ustedes comprenderán me es imposible desvincularme
de mi condición de universitario y por tanto es inevitable
que me sienta especialmente concernido por lo que hoy será
materia de nuestra meditación, el impacto de la violencia
en la universidad peruana y en particular en la universidad
publica tiene muchos rostros y una evaluación sincera
de ese proceso debe estar atenta a esas variadas dimensiones,
nada ganaremos poca justicia haremos a esta institución
si adoptamos una óptica unilateral en la que la denuncia
ciertamente indispensable quite todo espacio al a autocrítica
la universidad peruana y sus estudiantes sufrieron atropellos
injustificables y es preciso decirlo en alta voz para que
todo el país sea consiente de ello pero al mismo tiempo
las casas de educación superior incurrieron en ocasiones
en errores y omisiones que hay que reconocer y enmendar, si
nuestro propósito es saber la verdad para renacer a
partir de ella, como en todo este proceso de búsqueda
de la verdad sin corta pisas que es la tarea de la comisión
de la verdad y reconciliación también en el
ámbito universitaria urge pues una introspección
colectiva que unida a la denuncia nos pone en situación
de construir un futuro mejor para los jóvenes que depositan
sus ilusiones y esperanzas en las universidades peruanas.
Hablemos de la violencia durante esta ceremonia tendremos
en ocasión de recordar y en algunos casos conocer los
embates de la violencia mas cruda. contra la comunidad universitaria
decir contra autoridades profesores y estudiantes y también
por extensión contra trabajadores de las universidades,
violencia practicada de un lado por las organizaciones alzadas
en armas y de otro por las fuerzas del estado que tenían
la misión de defender a la población desapariciones
torturas asesinatos fueron también parte de la experiencia
de las universidades peruanas en aquellos años y no
esta demás recalcarlo los universitarios de Huancayo
guardan una dolorosa memoria de todo ello pues fue aquí
donde los atropellos de los derechos básicos de los
jóvenes estudiantes cobraron quizás su expresión
mas feroz en esos años, pero hay que añadir
a esa cuenta de los daños sufridos por nuestras universidades
todo ese régimen de intimidación, de reducción
de las voluntades y de las autonomías ese precioso
bien de la comunidad universitaria debido a las amenazas y
por el temor a las represalias de quienes despreciando el
debate razonable que es la razón de ser de la universidad,
penetraron en ella instaurando como el único lenguaje
valido el de la fuerza bruta, en nuestras investigaciones
estamos reconociendo esa violencia material ejercida desde
ambos lados desde el campo de los que pretendían estar
llevando a cabo una revolución social mediante la imposición
y el atropello y desde el lado de quienes bajo pretexto de
resguardar el orden publico incurrieron en crímenes
que no deben quedar en la penumbra y estamos convencidos de
que la universidad peruana como institución y los universitarios
de carne y hueso con rostro y nombre propio que sucumbieron
esa tragedia tienen derecho a que el país conozca su
historia, pero así como es necesario recordar esas
historia y honrar ese pasado el mundo universitario tiene
también una tarea pendiente ella no es sino la de mirarse
asimismo con franqueza y reconocer sus errores y omisiones
y buscar la mejor manera de enmendar esas insuficiencias.
Las universidades tienen en sus manos siempre dos bienes preciosos
que hacen que sus responsabilidades sean especialmente elevadas
de un lado les corresponden la transformación de los
jóvenes que acogen en sus aulas para convertirlos en
profesionales competentes necesarios para el desarrollo del
país y en ciudadanos en el mas pleno sentido de la
palabra es decir personas dispuestas a participar en los asuntos
públicos consientes de sus derechos y también
de sus deberes informadas e interesadas en la marcha de nuestra
comunidad nacional. De otro lado esas universidades al acoger
muchachos en busca de una profesión son también
depositarias de un mundo de ilusiones y esperanzas de deseos
de conocimiento de expectativas de una vida mejor y de procura
de un lugar en una sociedad difícil y desafiante, siendo
esto así preguntémonos supo la universidad peruana
estar a la altura de esa responsabilidades de esos pedidos
de esos deseos, que elementos de su organización o
de su funcionamiento practico no permitieron que esas obligaciones
fueran cumplidas como que no las fueron. Faltaron las autoridades
los profesores y por que no los estudiantes mismos a los deberes
que habían de asumir libremente, estas preguntas deben
formar parte de una reflexión amplia sobre la universidad
peruana y sobre los años de violencia política
es así por que no lo olvidemos si la universidad fue
por un lado objeto de atropellos que debemos denunciar sin
tapujos por otro lado y da apenas decirlo no cumplió
con su papel de reserva y fuente de alternativas a la violencia
que se apoderaba en el país y al hablar de este tema
es necesario convocar a una reflexión sobre la manera
en que la política ese campo donde el idealismo y la
razón donde las grandes inquietudes por el bien publico
han de ser el horizonte general se transformo en muchas universidades
en un simple espíritu de sexta de facción expresado
en la proliferación de minúsculos grupos de
ideologías cerradas muchas veces indistinguibles unas
de otras enfrentadas con gran beligerancia pero todas coincidentes
en tergiversar el sentido de las instituciones que aspiraban
a gobernar. muchas ilusiones perdidas muchos destinos cegados
muchas tragedias que no deben repetirse son finalmente la
herencia de estos años pero en ello es forzoso resaltarlo
y esto es algo que hay que rescatar no faltaron decía
y en el fondo constituyeron una silenciosa mayoría
autoridades profesores y estudiantes leales al espíritu
de la institución universitaria y con una genuina vocación
por el conocimiento y el servicio publico al hacer este balance
hay que tenerlos presentes porque su ejemplo junto con el
reconocimiento valiente de los errores cometidos y la proclamación
de la verdad sobre los atropellos sufridos puede ser la fuente
para una recuperación de nuestras universidades como
espacios de saber y de edificación democrática
ese es el deseo de la comisión de la verdad ese es
el horizonte dentro del cual se inscribe la audiencia publica
que hoy iniciamos y que declaro inaugurada.
Bien de acuerdo al programa vamos y a modo
de motivación a manera de motivación a presentar
un video el cual servirá de introducción general
al tema de la violencia política en la universidad
peruana este video que tiene una duración de quince
minutos nos dará el marco general dentro del cual se
inscribirán tres grandes bloques que nos ocuparan a
lo largo de esta jornada el primero sobre la crisis de la
universidad de los años ochenta en la expansión
de la violencia con los testimonios correspondientes el segundo
sobre los patrones de violencia ejercidos en la universidad
y en la tarde el tercer bloque sobre los nuevos movimientos
universitarios en los noventa y los retos actuales en la universidad,
veamos pues el video introductoria.
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