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Audiencias Públicas de Casos en Huamanga

Cuarta Sesión, 9 de abril de 2002, 2 p.m. a 7 p.m.

Caso 18. Testimonio de Edgar Arotoma Oré,
Aurea Palomino Ayala y R.P. Moisés Cruz Morales

Doctor Salomón Lerner Febres
Vamos a reanudar esta audiencia con la cuarta y última sesión, invitamos a los señores Edgar Arotoma Oré, Aurea de Huamaní y al padre Moisés Cruz Morales acercarse para prestar su testimonio.

Por favor. ¿Nos ponemos de pie?
Reverendo padre Moisés Cruz Morales, señora Aurea de Huamaní, señores Edgar Arotoma. ¿Formulan ustedes promesa solemne de que su declaración la harán con honestidad y buena fe y que por tanto expresarán sólo la verdad en relación a los hechos relatados?

Voces en conjunto.
Sí prometo.

Doctor Salomón Lerner Febres.
Gracias, tomen asiento.

Comisionado.
Buenas tardes señor Arotoma, señora Aurea Huamán, padre Moisés Cruz, buenas tardes, bienvenidos a esta audiencia que continúa la... las mismas que venimos teniendo desde el día de ayer y como los otros casos queremos decirles que la Comisión de la Verdad y Reconciliación está aquí para escucharlos, para a nombre del país decirles que lo que ustedes sufrieron, aquello lo que fueron testigos, está en un momento de ser conocido por mucha gente, hay transmisiones que llevan esto a todo el país y quisiéramos que... junto con los que estamos aquí en la sala y con la Comisión, todos pudieran escuchar lo que ustedes vivieron, y todos pudiéramos enriquecernos por más doloroso que haya sido con la verdad, entonces los invitamos con toda libertad a expresarse como lo deseen sobre los hechos.

Voz de Edgar Arotoma Oré.
Muy amable, distinguidos autoridades de la Comisión de la Verdad... yo soy Edgar Arotoma Oré y segundo hijo mayor de Julio Arotoma Caqueñahuaray y la señora Honorata Oré de Arotoma... he venido justamente para decir toda la verdad, los hechos que ha pasado... para mí, recordar cómo hemos vivido ese tiempo es totalmente difícil, pero lo vo hacerlo, de repente si me escapan las lágrimas, me sabrán a disculpar... con todo dolor... he vuelto a recordar pa dicir toda la verdad, cuando es aquellos tiempos del 91 hemos pasado, se imaginarán, yo como hermano mayor al ver que los menores hijos que dos años de edad ha deaju última mi hermanita al no llorar inclusive me causado mal del corazón inclusive, porque, qué pasa, si yo lloraba, todos lloraban, gritaban sin llanto, bien efectivamente mi papá Julio Arotoma Capiñahuaray en aquel entonces de 1991 era... desempeñaba el cargo como director de la USE Fajardo, de la misma también era uno de los simpatizantes de Izquierda Unida, como profesor del distrito de Huancaraclla que después por motivos se encontraba en Huancapi.
El día, un día diecinueve abril, el quién habla estaba junto con mis padres en Huancapi, sin embargo esa tarde, un diecinueve de abril, pues, mi padre junto a los profesores Zenón Huamaní, Honofredo y otros siete que desaparecieron, injustamente, pues salieron ¿no? caminar en las... con motivos de iscribirse con la lista, como candidatos, ¿no?, pero sin embargo mis padre no... no era candidato, sino como... como simpatizante de ese grupo, efectivamente ya en horas de la noche, aproximadamente casi cerca a las diez de la tarde... de la noche, too el grupo que han desaparecido, vinieron junto con ellos a mi casa, donde el quien habla estuve presente y más mi madre, donde se despidieron como vía normal y con los siete restos desaparecidos, pues, se fueron los restos, y mi papá dentró a descansar, ya efectivamente se encontraba descansando casi un lapso de trenta minutos, media hora, en donde, ya posiblemente, cuando ya estaban retirando lo restos de los profesores a sus domicilios, pues habían sido recluidos por los militares, en donde pues, los profesores pensaron de repente porque... puesto, deque mi papá era una autoridad educativa, pensaron deque si vamos a pedir auxilio a él, de repente nos va salvar; pero no fue así lamentablemente, y lo gritaron fuerte, en la puerta de mi casa, y al escuchar las voces de sus compañeros, quines estaban caminando, efectivamente mi padre salió inmediatamente de la casa, cuando ya estaba descansando, en eso, tamién mi madre sigue los pasos, en eso ya casi con mi madre ya sencontraban, ya casi junto ya con los militares, yo también me animé de salir... tres, o sea el tercer lugar de mis padres, tonces cuando, ya salí, ya estaban ya recluidos junto a los restos de los profesores, yo aquel entonces tenía veinte años de edad, dudaba de acercarme más, puesto de que a veces, pensaba pensé yo, si va acercarme, me van a tomar otra represalia a mí; en esos instantes efectivamente los militares estaban, pues, los que estaban destacado en la base militar de Huancapi, estaban, efectivamente todos disfrazados tal como es militar, ¿no?, con su uniforme con sus... todo con su armas ¿no? un aproximado de veinti efectivos; ya caminaban con dirección hacia la base militar, ya, en el transcurso del camino, pues, llevaban a malas brutalmente, inclusive golpeándolos, pegándoles, gritándoles de todo, efectivamente al escuchar esos ruidos, voces, inclusive los vecinos, veían por la ventana, algo por ahí me sentía, a lo... a lo aproximadamente casi una cuadra, yo seguía los pasos, donde qui iban, pero siempre con las dudas, a veces me animaba de juntarme, pero no podía.
Llegamos, llegué allá a la zona restringida, al portón de la base militar y ahí sí ya no pude caminar más, efectivamente; en tal sentido, pues, casi cerca de la base, faltando una cuadra, pues, efectivamente, uno de ellos, a mi madre, pues, lamentablemente que en aquel entonces, mi madre se encontraba ya con ocho años de gestación, ocho meses, perdón, de gestación y a punto de dar a luz, en esos instantes a una cuadra ya de la base, de la zona restringida, pues, uno dellos, veo, que han tomado pues una fuerza mayor, eneso mi mamá se cayó al suelo, entonces uno de ellos, no se quién, uno de ellos de los detenidos pues se ha resbalau un poco, ¿no?, al verle ese acción y también brutalmente fue golpeado, en eso, lamentablemente llegamos y más allá no pude caminar a la zona restringida; (prac)ticamente regresé, yo pensé de repente que, ese... esa represalia que habían tomau de repente era como cualquier detención, siempre lo han hecho, que siempre lo detenían y al día siguiente lo soltaban, como cualquier detención; pero sin embargo esta pues no ha sido así, de momento que se llevaron, hasta el momento nada, la verdad nosotros pues, yo como hermano mayor, vuelvo a repetir, con dolor he vuelto a recordar, puesto deque hasta el momento vivimos pues un momento difícil, yo me siento horita como padre, frente a mis hermanos menores que se quedaron huérfanos.
En conclusión pido, a fin que haya justicia, nosotros como seres... como todos seres humanos, esperamos ver su tumba de mis padres, que hasta la fecha (entre lágrimas) se lo llevado el viento y casi todos nosotros tenemos derecho, pues, a llorar en la tumba, y no así esperando; y nosotros conocemos quiénes han hecho eso, los militares, encabezados por el sub teniente Centauro y con el teniente Morgan aquel entonces hasta de todo nos ha hecho, hasta amenazas, hasta de muerte nos ha dicho; inclusive pues lamentable hecho... hemos sido inclusive saqueados por los desconocidos... para querernos frustrarnos de que todos nosotros debíamos dejar, abandonar esa tierra, lamentablemente no fue así; tonces más bien pues para terminar, quiero una justicia justa; esperamos, sé que ese señor, ahorita se encuentra en actividad, ahorita se encuentra, pues, vivo aún. Que venga y que nos avise, por qué han hecho eso, qué culpa nosotros hemos tenido, qué culpa mis hermanos menores, hasta un niño de dos años ha tenido para que pague esa culpa ajena, y que nos digue pues, esperamos hasta el momento, nos encontramos pues sin luz en la oscuridad; esperamos que haya justicia y que nos diga el señor, que dónde está eso muertos o están vivos, no sé; tueso nada más, gracias más bien por la... disculpe por la...

Voz de comisionado.
Señor Arotoma, si la señora Aurea o el padre, quisieran agregar alguna información. ¿Quisieran agregar ustedes?

Voz de Aurea Palomino Ayala.
Me llamo Aurea Palomino Ayala viuda de Huamaní, (sollozante) esposa del quien en vida fue don Eusebio Huamaní Chuchón, madre de nueve hijos, mi esposo era dirictor del Centro Educativo di Huancaraclla, miembro di la Comisión Revisora di gistiones... di gistiones administrativa, tambien pertenecía al grupo de partido como regidor de izquierda unida, in el mominto del suceso, no estuvi presente, yo vivo en San José, de San José, mi esposo ha salido con dirección a Huancapi, para hacer sus papeles, sus documentos de su trabajo, de su comisión, dijo, (llorando) terminando hacer mis papeles, rápido, voy a regresar, así si ha despedido de sus hijos.
In vista que no volvía, yo fui en busca, (llora) cuando llegué a Huancapi, me avisaron que mi esposo, había estado detenido con otros, el día viernes diecinueve, por los militares, también me dicían que, ¿no?, ha hecho desaparecer a tu esposo, yo tomaba cosa simple, yo no creía, cómo a varios va hacer desaparecer, a solo haría desaparecer, a varios no creo.
Me fui a la base a preguntar, averiguar, ahí estaban los militares, bien armado, no mi dejó entrar, cuando exigía, empizó disparar bala al aire, hasta quería darme patadas. Ahí, recién me sentí mal, me vi mal, como en mi sueño, no podía cómo hacer; he ido averiguar a los familiares de los detenidos, qué estaban haciendo, ya ellos ya estaban movilizando, ya habían presentado denuncias a Fiscalía y otras autoridades, yo no podía hacer nada, tenía que comunicar a mis hijos mayores que estudiaban aquí en Ayacucho, haciendo saber qué pasaba con su padre. Una de mis hijas, tomaba interés, priocupados, al resto no le había contado todavía a sus menores, la mayor es lo que sabía inmediatamente no podía contar a sus menores, había ido a llamar a la base de Huancapi, había contestado el teniente, diciendo que su padre está trasladado a Cangallo, y a Cangallo fuimos, ahí nos nigó, aquí no está ningún detenido, se habrá confondido con Pampa Cangallo, ya pa Pampa Cangallo seguimos, ahí con mi hija, ahí también no nos dejó entrar, nos negó, aquí no está nadies, con tanta exigencia, a mi hija le dijo, voy a llamar a la base de Vilcas, di poco rato vino, le dijo a mi hija, tu papá está en Vilcas, como ranchero está; así nos confindia, porque así hemos ido a Vilcas acompañado con mis familias, ya, ahí también igual nos nigó, ahí, también impezó a dispararnos bala al aire, de ahí los otros familiares en Huancapi, están insistiendo con apoyo del padre Moisés que está presente, y como no himos encontrado la justicia, algunos familiares hemos viajado a Lima, con apoyo de APRODEH, a la Presidencia, al Congreso para hacer escuchar nivel nacional e internacional, y de los países llegaba carta para el Presidente Fojimori, pidiendo libertad de los siete detenidos. De todas maneras nada nemos conseguido, no hemos encontrado la josticia.
Mientras que estuve en Lima, allanaron mi casa en San José, a mi perro dejé encargao a mi vicino, ahí lo mataron. Encontrado todo destrozado mi casa, y servicio de inteligencia atrás de nosotros, nos hacía imposibli, nos dejaba nota en la casa, obligando para dejar ese trámite, si en caso contrario, mi casa, quedaba en polvo, así... nos... así hemos dejado de miedo. A consecuencia eso, mis hijos, todos han quedau afectados o sea enfermos, traumados, paralíticos. Ono de ellos casi perdió su habla, hasta yo soy nerviosa, mal di corazón, di cabeza; así todos mis hijos sienten su cabeza y corazón; y se han atrasado di sus estudios, sino hubiese pasado este caso, normalmente mis hijos hubiesen terminado sus estudios, hobieran logrado sus nombramientos, ahora como sí han terminado, que he sacado profesionales, de qué sirve que son profesionales, que no hay trabajo, ni contrata, así que sólo pido a los señores autoridades de la Comisión de la Verdad, que nos apoye, pido este apoyo.
Quiero ver sus resto de mi esposo, para tener su tumba siquiera para que... para llevar flores, para que esté tranquilo mis hijos, todos mis hijos es lo que sufre, eso les rogaría señores autoridades de la Comisión de la Verdad, es todo.

Comisionado.
Muchas gracias señora Aurea, como estamos escuchando y además de los familiares directos, como el señor Arotoma y la señora Aurea de Huamán, el pueblo hizo muchas gestiones y entiendo que el padre Moisés Cruz puede añadir, si lo desea, alguna información, lo escucharemos con mucha atención.

Voz del Padre Moisés Cruz.
Dignas autoridades de la Comisión de la Verdad, queridos amigos, ante todo deseo a ustedes en esta magna reunión con esa ansia de encontrar la justicia, no quede solamente en palabras, pongan justicia; es un pedido especial a cada uno de ustedes en especial a mi pastor monseñor Antúnez. Sería muy triste exponer todo. Si escribiera todo el hecho que he visto, habría tomos y tomos de libros de lo que he visto Ayacucho.
Primeramente diré, Ayacucho, como cuna de la religiosidad popular, se apartaron de Dios, tanto ayacuchanos, tanto militares, yo ido trabajar Huancapi por un pedido especial de mi madre, yo iba... iba aspirar o tenía posibilidades de alcanzar unos niveles más en mi carrera; pero mi madre me pidió que fuera allá, y solamente por un año, pero, me quedau, al ver tanto sufrimiento, tanto dolor de mi pueblo, a los pueblos que visitaba encontraba una madre anciana, abrazado a su hijo muerto, como La Virgen María abrazado en la Cruz a su hijo, llorando hasta desmayada, abandonado por la población, cortaron el cuello de su hijo profesor, en medio de los alumnos en la sala de clases, niñas descuartizada, estoy hablando de Sendero Luminoso y facultad de Abimael; y esto no conoce el mundo, no conoce el Perú, niña de doce años catorce años las más bonitas, coleccionadas para su diversión, y nunca he escuchado un periodista hablar de estos actos funestos, ordenaba como para que... en esos hermanos disvirtuados, que han dejado la facultad del hombre, porque no cabe en un ser racional las actitudes que hacían.
Iniciaban pa... cortando las uñitas, la cara, pedacito por pedacito, se devertían así, en ese flagelo de esas niñas, hasta de mi propia familia de mi sobrina, Sendero Luminoso, y esta misma copia sacarán algunos militares, porque he venido a salvar la figura de algunos hombres que representan a la Nación, no son todos dentro de cien serán pues cuarenta o cincuenta o de repente un poco menos, ellos se jugaban con la vida, cuando pasabas por el control militar, tenías que estar mirando abajo, tenías que bajar la mirada, algo de algo que notaba que estabas con furia, con ira, a ver, a ver, ven qué te está pasando, lo metían al cuartel y ya desaparecía. Y el caso de los diez o siete desaparecidos, eran persona tan dignas, que sabían desenvolverse como maestros, como autoridades, en el sitial que ha tocado, pero no merecían este acto, pero sepan señores de la Comisión, los amigos que la nación ha confiado llevar el uniforme, no han sabido controlar sus actitudes, llevados por instintos bajos, se valía, para terminar o mejor dicho, se acababa con terminar la vida de inocentes.
De repente los familiares de los siete, no saben, incluso en esta desaparición, hay al parecer, ya ustedes encontraran la verdad, participación civil, de sus propios hermanos, de su propios compoblanos y esta realidad de que nos ha tocado vivir, era para el que tiene dinero, hablemos así, era la vida, por decir, yo soy jefe de Sendero, oye suéltame, toma te pago cinco mil dólares y ya está, y libre se iba. Por qué digo esto, una vez a mi me detenieron, estoy acompañando a los uniformados, chocamos con un grupo de sideciosos armados... me dejaron en un lugar, después arreglaron, después, como que no pasó nada, se despidieron y dejaron, y cuántos jueces metidos en esto, han cogido a los grandes asesinos que deben cien, cincuenta, sesenta vidas y a poco tiempo, está libre, no hay cárcel y los inocentes... son terroristas, son acompañantes de los terroristas, los que están presos, no son mayoría delos que está en las cárceles, de repente hay mereciu como tal, no son pues, este, son pues, personas libres, y ahora van camino libre que no pasó nada, pero a ustedes señores de la Comisión lo voy a rogar, esos señores que ha confiado la Nación para ser nuestros padres, nuestros defensores, que restituya siquiera parte, por qué digo esto, ¡duele!, yo no tenía ni un sol, pero esos niños necesitaban, lloraban pan, lloraban vestido, no teníamos con qué vestir, gracias a los pastores de la iglesia de Ayacucho, me apoyaban al... son veintiocho, con veinticuatro niños de estos siete, veinticuatro niños abandonados, niños de dos años, tres años, cuatro años, cinco años, y cuando alguien dice mamá, cómo lloraban esos niños.
Será imposible que restituye, ni con todos los dólares del mundo podrá devolver la vida, de por lo menos del haber que tiene, que separe para los gastos, esos niños abandonados. Eso sería la justicia, por lo menos por principio de justicia, que vea, la forma de reemplazar, la mínima parte que sus padres podría haber dado a esos niños huérfanos, porque yo tenía en mi mano, treinta niños huérfanos y cómo yo sufría al ver esos niños cuando alguien decía ¿mamá?, un familiar venía, ¿mamá? lloraban esos niños y sus familiares, ahora mismo estaban por contener, pero fíjense, escapa las lágrimas, yo le voy a rogar a ustedes, que ya no se busque pues a la paloma seise patas, esos señores son autores, que no diga Sendero ha venido, ha llevado.
Nosotros podemos distinguir esa luz que nos alumbra de una linterna de mano, a pilas, facilito es, las huellas del militar o las huellas de Sendero, se conoce, entonces que no diga pues, que, que no somos. A mí me arrojó propagandas, libros, ahitá, nosotros hemos hecho con pruebas, ahistá pues diciéndome, me ha tirado con los libros, con las propagandas, el responsable de la ba... de esa base militar, cuando he reclamado a los siete profesores, a los siete desaparecidos, es más, en la puerta a unos metros del cuartel, será pues cien metros al ingreso del estadio, ahí había muestras de sangre que mucho tiempo que esa sangre no se borraba, y al parecer era la sangre de la madre de este profesor, y así en muchos lugares, la sangre derramada es sangre humana, no se borra... va, puede pasar, cinco meses, cuatro meses y todavía sigue, mientras eches sangre de cualquier animal, para dos días, ya no, ya no hay, pero la sangre humana, ahí permanece y así estaba regado todos los pueblos.
La confianza hubiera sido bonito, ahí está militar, nuestro protector; pero no era así, venía para practicar su sadismo, su criminalismo, hasta en vano, una señora atajaba su chanchito, hasta embarazada, lo metía bala en Colca, en mi pueblo, lo metía bala; pero, sí, sepan, en la hora de los hechos, discúlpenme, eran unos maricones, aquel que tenía armamento, señor, mire está atacando, salgan por favor, yo he ido a pedir... (cambio de cassette)... solamente eran prepotentes, tenían valentía para gente inocente, pero para aquellos verdaderamente que estaban bien armados, venían igual que los militares, no salían. En Vilcashuamán se cerraron el cuartel, no salían, al día siguiente salen, cogen inocentes, cuando ellos ya se han ido.
En Cayara... todos esos sidiciosos ya se marcharon, dirección Accomarca. A los pobres que están en el pueblo, inocentemente, lo matan, ahí está el señor Alan García, autorizando todas esas cosas, ¡ah!, y la nación reconoce, todavía, como un hombre digno; pero no es en forma así, cuántas matanzas, cuántas muertes. Si pudo haber arreglado otra forma; si algunos... algunas personas, no hubieran colaborado con el gobierno, no hubiera llegado la paz, gracias al pueblo, el pueblo formando sus rondas campesinas y exactamente quiénes son, lo cogían y lo entregaban a los militares y cuando a veces le convenía, lo soltaban, a costa de qué; pero gracias a nuestro gobierno anterior, dejó todas las cosas, todos los interese personales, tenía que enjaular al... al camarada Gonzalo, ahí recién, todo ese el pueblo sentía alegría, porque Sendero y militares, no todos, un grupo, estaba... estaban atropellando, no podíamos respirar, no podíamos hablar.
Por qué yo tenía que hacerme frente, porque me ha encargado al Ministerio Sacerdotal y el Ministerio Sacerdotal como su nombre indica, es algo sagrado, algo divino y dentro de eso de ese Ministerio está, pues, hacer respetar la vida, hacer respetar la justicia, en la medida de mis posibilidades, durante los nueve años que estao en Huancapi, no he permetido, auque me he arriesgado, he sido detenido, pero no hey permetido, pero Dios es grande, aunque intentaban a mi matarme, pero había personas que me ha salvado, y no han podido; pero gracias a la ayuda de algunos militares también; me tenían mucha hambre, me detenían en un cuartel, en otro cuartel; pero otros militares, ven, vamos arreglar esto, váyate, dejo ahí, cuídate, esto está pasando, me comentaban y así pude haber participado durante nueve años en mi pueblo de Huancapi.
El dolor destos hermanos nuestros, me llamaban dos de la mañana, está pasando esto, esto, tenía que levantar y salvar la vida, algunas veces hasta he encontrado, yastaba listo, ya incluso habían abierto las fosas para matar, pero yo he salvado, ya de las puertas de la muerte, a algunos hermanos míos, cuando yo ido a Lima por unos días, a mi regreso ya no encontré a los siete amigos que sé que eran muy buenos, buenos, buenas personas, que merecían respeto.
El profesor Arotoma era de respeto, confianza de todo Fajardo; pero ellos no han tomado en cuenta eso, no le importaba la vida, y esta Comisión que se esfuerce, que esos señores sepan que están en el nivel humano, de repente sienten que están en otra naturaleza, pero no, que se den cuenta que están dentro de los miembros de los seres racionales y por tanto no debían hacer estas cosas.
Claro quién no puede justificar, sí, ellos en un enfrentamiento, se defienden su vida y dan muerte, eso lo normal, puede pasar, pero no, pues, sacar de sus casas, por intereses particulares y acaben con la vida de inocentes, me hubiera gustado también por lo menos detén a todos los culpables, pero no es así, incluso las indemnizaciones que están recibiendo, algunos no son aquellos, aquellas personas que han sido agraviados inocentemente, sino que dieron por dicir, quinci muertes y su propio partido ya condenaron con evidencias, lo dieron muerte, ahí están gozando, pero ellos deben muchas vidas, han dejado tantas... tanta orfandad pero aquellas que no, que han sido víctimas inocentemente no.
Por decir del señor Félix García de Cayara, quieren hacer pasar, este, que ha sido Sendero, no es Sendero, si ahitá un grupo de ejércitos, más allacito comunicando a cada rato, y más allá lo dinamitan. El carro acá en Tocto, yo venía en ese carro; entonces señores, lo pido, por levantar la dignidad de la mayoría de nuestros miembros de la fuerzas armada, no son todos, sino los culpables son unos cuantos y equivocadamente, por qué digo esto, hasta en una borrachera se aclaraban, tú has matado inocentemente, tú has matado esto por sacar plata, tú has matado, tú has matado esto porque no te dejó violar, tal cual en borrachera se sacaban cara, a veces entre ellos se mataban y echaban la culpa al pueblo. Sendero ha sido. No es Sendero, cuando viene Sendero, se escapaban se escondían.
Entonces señores miembros de la Comisión de la Verdad, voa terminar mi palabra deseándolo que tenga todos los esfuerzos posibles, aquellos hombres que lloran están traumados, ya no son, realmente ya no tienen sentido cabal, hasta jóvenes, hasta profesionales por haber visto todo ese desorden, todo ese atropello. Veo personas que han presenciado la muerte de sus padre, personas que han presenciado la muerte de su madre, de su pueblo, no son cabales, sufren y por lo menos repare todo ese daño, cuántos niños, saque la estadística.
Pienso durante estos años el consuelo más grande era su Dios, su religión, ahí se refugiaban, porque nadie decía nada, lo vua decir, hasta estos... los familiares de esos siete hasta me han abandonado, yo he presentado una denuncia a la Fiscalía con la reverenda Madre Victoria Pella, Ana Victoria Pella; pero a los otros amenazaba... a nosotros no nos amenazaba; pero a ellos sí, uno por uno lo amenazaron.
Entonces señores lo pido que los responsables de inmediato, que vean la forma de restituir tanto daño que han hecho, entonces ustedes que están dentro de esta verdad, sí van a poder, yo estoy tan seguro, ese en el anhelo de nuestra conciencia, ese es el anhelo de la... del Perú y envestigan desde su raíz, desde su raíz, por favor, lo voy a rogar y que no disvirtúe a muchas personas dignas, tonces, deseo mucho éxito, deseo justicia, verdad a cada uno de ustedes, y cualquier rato que requieren, estaré aportando, he visto todo ese dolor, no es un caso, son cientos de casos.

Voz de comisionado.
Queremos agradecer muchísimo al padre Moisés Cruz por la...

Voz del público.
Morales Cruz.

Voz de comisionado.
Perdón Moisés,

Voz del público.
Morales...

Voz de comisionado.
Cruz Morales, perdone, agradecerle por la valentía, por el cuidado que él tiene al contar lo que ha vivido y distinguir, tratar de distinguir culpables, inocentes, vamos a necesitar mucho en la Comisión de personas como usted, para que nos ayuden, sin la ayuda de ustedes nosotros no podremos llegar a todo lo quisiéramos, y queremos agradecer mucho al señor Edgar Arotoma a la señora Aurea de Huamán, también por su testimonio, porque así como esta mañana hemos tenido ejemplos de valentía y de dignidad cívica de familiares, de autoridades asesinadas, aquí tenemos el caso de candidatos, profesores que eran candidatos para participar en una elección democrática y fueron desaparecidos, entonces a nombre de la Comisión, muchas gracias por lo que han hecho ahora, buenas tardes.


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