CONCLUSIONES AUDIENCIA
PUBLICA DE HUANCAYO
Palabras del doctor Salomón Lerner, Presidente
de la Comisión de la Verdad y Reconciliación
Señoras y señores, a punto de concluir esta
audiencia pública, deseo expresar en nombre de todos
los miembros de la Comisión de la verdad, en agradecimiento
a todos los testimoniantes en primer lugar, por su coraje,
a ustedes público asistente por su ejemplar comportamiento,
a los invitados especiales del Perú y del extranjero
por su presencia alentadora y por los comentarios que esperamos
nos hagan llegar sobre esta singular experiencia que les ha
tocado vivir, a los medios de comunicación, a los locales
por su excelente cobertura y a los de carácter nacional,
concretamente a los diarios más importantes por la atención
que nos han brindado y a la televisión concretamente,
los canales 7 y N, que han demostrado una voluntad profunda
de servicio al país y un gran cariño por el Perú.
Ojalá otros canales, especialmente los más importantes
de señal abierta imiten al canal 7 y al canal N en el
futuro, para así recobrar prestigio y estatura moral.
Los miembros de la Comisión de la verdad deseamos también
saludar y agradecer a personas e instituciones que han hecho
llegar su apoyo público a la comisión de la verdad.
Ello a través de un pronunciamiento, que he suscrito
con más de 100 connotados personalidades y organizaciones
de España, Francia, Portugal, Argentina, México,
Inglaterra, Italia, Brasil, Estados Unidos y Bélgica.
En este pronunciamiento se expresa que el logro de los objetivos
de la comisión, constituye una de las condiciones ineludibles
para que se consolide la democracia y la justicia en el Perú,
por lo cual los firmantes solicitan que se brinde a la Comisión
todas las condiciones para el cabal cumplimiento de sus tareas.
A este comunicado se están adhiriendo destacadas personalidades
nacionales. Y bien en las dos jornadas y cuatro sesiones que
hoy llegan a su fin, el país ha podido conocer por medio
del testimonio de las víctimas, historias de violencia
y crueldad, tan intensa e irracional, que nos cuesta reconocernos
en ellas. Hemos escuchado ahora tanta brutalidad tanta intolerancia,
tanta arbitrariedad. Todo eso resulta en efecto irreconciliable
con la imagen que los peruanos tenemos de nosotros mismos,
e incompatibles con nuestras aspiraciones. Queremos en efecto
ser una nación democrática, pacífica,
justa y sin embargo para llegar a ese punto tenemos que empezar
por recocer la historia de las dos décadas pasadas.
Un pasado que nos pertenece, que nos involucra a todos.
Estas
jornadas han constituido pues parte de ese examen de conciencia
colectivo, que desde sus primeras semanas de existencia,
la Comisión de la verdad y Reconciliación señaló al
país como una de sus tareas ineludibles. Debo decir
sin embargo que este encuentro duro y amargo como ha sido,
resulta al mismo tiempo una experiencia prometedora. Sabemos
demasiado bien que el pasado no se puede cambiar, pero si podemos
cambiar nuestra actitud hacia él. Frente a un pasado
de injusticia, la indiferencia es una forma de prolongar la
iniquidad de hacerse cómplices del atropello y del abuso,
hacerse cómplices del crimen.
Nuestro país ya ha soportado por demasiado tiempo esa
actitud de indiferencia, ahora es el momento de empezar a cambiar,
y estas audiencias constituyen importantes pasos hacia ese
cambio. Al dar la palabra a las víctimas, al propiciar
que todo el país preste oído por primera vez
a esa palabra, estamos modificando nuestra actitud ante un
pasado vergonzoso e indignante y al así hacerlo reparamos
en cierto modo un grave daño, el de la negación
de la dignidad de ciudadanos y más aun de seres humanos,
a miles de compatriotas nuestros. Esta tarea de examen colectivo,
de reconocimiento mutuo, no sería posible sin la valentía
de las víctimas. Y por eso como ya lo había señalado,
nuestro agradecimiento va dirigida a... dirigido a ellas en
primer lugar. Pero también merecen nuestra gratitud
todos aquellos que con su trabajo, su colaboración desinteresada,
su labor de comunicación, como ya lo había señalado,
contribuyen al éxito de esta actividad fundamental en
la vida de la Comisión.
Con la seguridad de que mediante
estas audiencias pues hemos dado un paso importante hacia un
futuro de paz y justicia que
el Perú anhela, declaro clausurada la audiencia pública
celebrada por la Comisión de la Verdad y Reconciliación
en esta ciudad de Huancayo, los días 22 y 23 de Mayo
del 2002.
Invito a los señores asistentes a que nos acompañen
a una pequeña ceremonia en el hall del teatro donde
se dará una placa conmemorativa. Gracias.
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