Tema: “Dirigentes
y autoridades asesinados”
Pimera Sesión,
25 de mayo de 2002,
9 a.m. a 1 p.m.
CASO 3. Testimonio
de Juan Pastor Leiva
Dr. Salomón
Lerner Febres:
Señor Juan Pastor Leiva, ¿formula usted promesa solemne de que
su declaración la hará con honestidad y buena fe y que por tanto
expresará sólo la verdad en relación a los hechos que
nos narre?
Sr. Juan Pastor Leiva:
Sí, Señor.
Dr. Salomón Lerner Febres:
Muchas gracias, Señor Leiva.
Señor, Juan Pastor Leiva, muy buenos días bienvenido a esta sala
de audiencias en nombre de la comisión de la verdad, le agradezco haber
venido, haber dejado su casa para dar esta manifestación le animo
a que lo haga con sinceridad, lo haga con verdad y sobre todo que preste
esta
veracidad para que nosotros podamos ayudar en lo que podamos, puede comenzar.
Sr. Juan Pastor Leiva:
“Señores comisionados muy bueno días
(tose), mi nombre es Juan Pastor Leiva Valenzuela, del distrito
de Julcamarca (tose), provincia de
Angaraes, departamento de Huancavelica; con edad 63 años, cesante
de educación
en educación, soy padre de Odilón Leiva Valdivia, él
es desaparecido nosotros vivíamos haciendo negocio en la provincia
de Angaraes en el año 83 y mientras eso mi hijo mayor estaba en
Julcamarca estudiando en el colegio Jesús Nazareno cursando cuarto
año de secundaria
pero no lo ha terminado cuarto año de secundaria sino en tercero
no más
me ha certificado no tiene ni fotografías ni partida de nacimiento
lo han quemado los subversivos, los concejos y nosotros viviéndonos
en la provincia de Lircay hacíamos negocio para subsistir a nuestras
familias que otros hijos estudiaban en Lima y mi hijo Odilón estudiaba
en Julcamarca cuidando la casa cuidando los animales haciendo trabajar
en las chacras en eso
los militares dicen mayor.... primero este mi hijo ha ido a Lima porque
a mí me
accidentaron entonces yo estaba accidentado en Lima eee.. me accidenté en
el camino de Lircay a Julcamarca los subversivos me atacaron y a golpes
lo reventaron mi intestino delgado entonces me llevaron a la provincia
de Lircay, a Lircay,
de Lircay me mandaron a Huancavelica al hospital de Huancavelica me mandaron
a La Oroya en La Oroya me operaron me había tocado peritonitis mas
entonces en el mes de junio me llevan a Lima, en Lima he estado en el año
84 y 85 de dos años he salido del hospital porque mi caso era totalmente
grave entonces de ahí mi hijo visitó a Lima por dos veces
en 84 para la tercer visita mi hijo había preparado dos sacos en
cuanto de molidos, en cuanto de chalones, en cuanto de quesos otras cosas
y los militares estaban
estacionados en el colegio Jesús Nazareno y mi hijo había
acercado a reclamar al teniente del base militar entonces habían
apresado a mi hijo y lo torturaron malamente a hay un sobreviviente mi
informa, a nosotros
nos ha torturado malamente poniéndonos costal a la cabeza y no nos
conocíamos
quienes éramos castigados, los militares dicen caminaban por encima
de los detenidos golpeando con la colada del fusil y después lo
echaron agua a cada uno lo han hecho dormir (ahhh..) esa noche. Al amanecer
nuevamente lo
vendan con costal y no se conocían quien quien maltrataba quienes
estaba en sus lados entonces el sobreviviente me informa en ese sentido
no nos conocíamos
a tu hijo habrá matado habrá llevado a algún sitio
o de repente en tu casa habrán enterrado porque había, había
un hueco ahorita esta dirección del colegio Jesús Nazareno
hay había dos huecos yo he ido después de años lo
he visto un hueco era para damas y otro hueco para varones en el patio
también había
un hueco con un palo un arco formado amarrado con soga y con eso lo torturaban
amarrando de la mano levantaban jalaban, bajaban jalaban, así entonces
en ese sentido cuanta gente han muerto cuanta lo han cosechado como cosechar
a cualquier cosa y a los militares y por otro lado también los senderos.
Entonces yo tenía camioneta con eso estaba trabajando en la provincia
Angaraes y me quitaron los militares de Lircay porque había pasado
así muerte
en una comunidad para que vayan eso a la fuerza me quitaron bajando mis
bultos a la calle entonces ya fueron con con mi con mi camioneta a buscar
a los senderos
y en eso no no podía que hacerlo al día siguiente lo recogí mi
carro y después seguía con, con con el negocio vendiéndolo
mis cosas entonces iba de Julcamarca a Lircay por dos veces, tremendas
piedras en el medio de la carretera lo he encontrado y no podía
como pasar y por su costadito como carro chico era pasó ya pasé ya
en la vuelta también igualito pasé pasé ya, entonces
para tercera vez ya, ya no podía ya porqué porque me atacaron
un grupo de personas en el camino ahí es lo que me accidentaron
y después de eso mi
hijo ya ya se ha desaparecido ya en mi casa entonces mi casa esto es mi
casa , esto es mi casa quizá mejor casa era en el distrito esto
es la casa esto es el colegio aquí se han estacionado los militares
esa casa lo han destruido hasta al suelo aquí está, hasta
aquí no hay casa
y inclusive lo han sembrado aquí los militares esa esa casa lo utilizaron
sitio basural ya, ahora el anteaño que he ido lo he pedido ya al
consejo con solicitud para levantar muralla ya ya lo he inmurallado ya
aquí está la
casa ya está amurallado ya aquí están mis adobes en
este torreón que lo utilizaron los militares aquistá aquístá las
piedras de la casa aquistá las tejas y la muralla del pared. Señores
comisionados nos ha causado gravemente todas las, todos los anexos de Julcamarca
todo todo por Sendero y por los por los, por los militares aquistá cantidades
de muertos varias hojas. Ahora este caso ha suscitado mayormente en los
cantos de los anexos totalmente grave han quedado solamente ancianos, criaturas
y muchos
estamos desplazados muchos fueron a Huancavelica, a Lircay, a Ayacucho,
a Lima, a Huancayo nos amparabamos a nuestras familias ya porque no había
como como solucionar porque uno fastidiaba por los militares otros por
los senderos
entonces no podíamos con quien estar totalmente, totalmente hemos
sufrido, totalmente hemos llorado el que menos estamos con llantos el que
menos estábamos
con sufrimiento, actualmente yo estoy viviendo en Huancayo en un asentamiento “justicia,
paz y vida” ya ya ya no puedo volver a Julcamarca porque soy delicado
físicamente
no no puedo caminar suficientemente por eso ya estoy agrupado a una asociación
a una agrupación jatari ayllu, ellos me orientan como para hacer
como podemos realizar nuestros superación, señores, comisión
de la verdad miles de cosas he hecho para subsistir a mis familias para
reconstruir mi vida porque nadie sabe, no sabemos de nadies y de mí nadie
sabe porque yo soy varón yo soy ya puedo caminar todavía
hemos quedado totalmente traumado, ahí está mi esposa ya
se ha traumado totalmente se ha avanzado total de edad qué podemos
hacer porqué porque pobre señora,
llora de sus cosas, llora de el hijo, lloramos del hijo, hijo mayor de
repente en este momento nos hubiese ayudado que estamos encontrando en
en la tercera
edad, ahora no hay ni como subsistirnos totalmente escaseados estamos,
señores
presentes quiero que investiguen rincón por rincón, quiero
que visiten, comisión de la verdad, a todas las fronteras de cada
departamento ahí es la muerte, ahí está la más
venganza de ambos , tanto de los militares, tanto del sendero. En Cuticza
ha ha ha hecho formar
lo ha matado de un canto chico y grande, de ahí se han desalojado
toda la gente de Melsajocha, de Pasahuasi, de Santo Tomás de Pata,
de Antaparco, de Chinchu, todos. En cuanto de los docentes en año
83 hemos venido hasta Huancavelica ahí firmábamos para recabar
nuestros cheques total nos ha privado, total nos ha fastidiado, últimamente
quisiera pedir justicia de verdad, justicia de verdad, reconstrucción,
recoperación e indemnización
para todos los desplazados en general, para todos los huérfanos,
todas las viudas que existen a nivel nacional, ahorita no se está viendo
el Perú entero hasta a otros a países está pasando,
que haya verdad, justicia; no que termine en esto que estamos prestando
nuestro testimonio
sino que haya verdad, que haya... yo pido para todo todo todo para todo
el pueblo en general a nivel nacional. Muchas gracias eso es mi pedido.”
Señor
Juan Pastor Leiva, le agradezco en nombre de la comisión
de la verdad este testimonio suyo en verdad ha sido muy fuerte, muy duro
para usted revivir esos años en que ha sufrido usted en carne propia
lo que ha sido del, lo que le han hecho los terroristas más todavía
el haber desaparecer a su hijo, nos solidarizamos con usted, el Perú entero
le ha escuchado y le ha visto, la comisión de la verdad le agradece
de verdad esta su manifestación nosotros haremos lo posible para
ver de solucionar estos pedidos que usted nos hace, muchísimas
gracias. Dr.
Salomón Lerner Febres:
Antes de que la comisión invite al próximo testimoniante, me
voy a permitir poner en conocimiento de todos ustedes y de aquellos que nos
están observando en todo el país, los principios que la comisión
de la verdad en una sesión de su pleno acordó para el desarrollo
de estas audiencias públicas. En verdad, lo que voy a leer a continuación,
ustedes lo conocen ya, puesto que ha sido puesto en obra en esta audiencia
como en las anteriores. Sin embargo, creemos que resulta altamente conveniente
reiterar los criterios que presiden estas audiencias públicas; las cuales,
como saben ustedes, constituyen un método de trabajo que no ha sido
utilizado en ninguna otra comisión de la verdad en América Latina.
El antecedente más directo que tenemos de audiencias públicas
es aquel que nos remite a la comisión de la verdad de Sudáfrica,
aquella que fue presidida por el obispo Desmontutu. En el Perú, el decreto
supremo que crea la Comisión de la Verdad permite que dentro del desarrollo
de las tareas que nos son encomendadas organicemos audiencias públicas.
No es un mandato imperativo, es simplemente una posibilidad que se abría
a la Comisión de la Verdad en el Perú, ésta de organizar
audiencias públicas. Nosotros, ponderando detenidamente lo que significaban
las audiencias públicas para un proceso como el que ha vivido nuestra
patria, decidimos por unanimidad hacer uso de esa facultad que el decreto supremo
nos otorgaba y creemos que no nos hemos equivocado, puesto que a través
destas de estas audiencias públicas, como ya lo dije al iniciarse esta
sesión, no solamente estamos dando voz a aquellos que fueron silenciados
por mucho tiempo, no solamente estamos tratando de convertir experiencias que
son personales en experiencias colectivas, tratando de pasar de un yo al noso...
a un nosotros, si no que además de galvanizar a toda la comunidad peruana,
haciendo que compartan las mismas experiencias, los mismos sentimientos, la
misma comprensión de nuestra historia, nos preparamos para lo que podrían
ser, más adelante, las recomendaciones que formularemos en orden a la
reparación de las víctimas. En estas audiencias, ustedes lo han
comprobado, no solamente se presentan los hechos que constituyen violación
de derechos elementales de las personas, si no también, y esto es sumamente
importante, las secuelas, las consecuencias que han dejado estos hechos. Y
es así como se reitera, y ustedes lo han podido comprobar, el fenómeno
de la orfandad, de la viudez, de la falta de educación, de la pobreza
como consecuencias inmediatas de una violencia ciega e irracional que atacó a
los peruanos más humildes y que vino de parte de movimientos políticos
que usaron el terror como instrumento y que, fanatizados ideológicamente,
hicieron mucho daño al Perú, pero también que provinieron
de aquellos que estaban encargados de defender la democracia, el estado de
derecho, a los ciudadanos del Perú y que lejos de cumplir con esta tarea,
usaron los mismos instrumentos de aquellos a los cuales querían combatir.
Nosotros tomamos en cuenta pues toda esta realidad muy propia del Perú y
a... es así que decidimos desarrollar las audiencias públicas,
las cuales se han convertido en un instrumento poderosísimo no sólo
para la investigación de casos, sino también para la reparación
de las víctimas y para ilustrarnos en el camino de las reparaciones.
Y al adoptar este eh.. método de las audiencias públicas, nosotros
elaboramos una declaración de principios que paso a leer:
La Comisión de la Verdad y Reconciliación en cumplimiento de
su mandato, ha decidido recurrir a las audiencias públicas de modo que
pueda participar a todo el Perú las experiencias traumáticas
que la sociedad peruana vivió en los años sujetos a estudio.
Los principios que guiarán el desarrollo de estas audiencias públicas
se refieren, en primer lugar, a las graves secuelas de la violencia sufrida
en el Perú, que constituyen la negación del derecho que tenemos
los peruanos de conocer nuestra propia historia. El silencio y la mentira se
impusieron una y otra vez acallando las voces de las víctimas o de sus
familiares que clamaban por justicia. Como resultado, los miembros de las nuevas
generaciones se ven muchas veces obligados a aceptar versiones que niegan la
enormidad de lo ocurrido o lo justifican en nombre de objetivos políticos
de uno u otro signo. De allí, la necesidad de rescatar la memoria colectiva
y producir un diálogo nacional que afirme la dignidad inalienable de
la vida humana como valor supremo de una sociedad democrática.
Segundo, la Comisión de la Verdad y Reconciliación ha asumido
su labor como un proceso transparente y abierto a la ciudadanía. Por
esta razón, en ejercicio de las facultades previstas en su mandato decide
realizar audiencias públicas para que las víctimas de graves
crímenes y violaciones a los derechos humanos tengan la oportunidad
de expresar su verdad directamente ante el país. Esperamos que este
ejercicio, al dar voz a los sin voz, contribuya a su dignificación y
a la reafirmación de sus derechos ciudadanos.
Tercero, las audiencias públicas, al dignificar y potenciar la voz de
las víctimas en el espacio público nacional propenden a la reconciliación
nacional, entendida esta como la superación de formas de discriminación
que excluyen y victimizan constantemente a determinados sectores sociales y
que impiden que los peruanos reconozcan y celebren su diversidad.
Cuarto, las audiencias públicas podrán ser de distintos tipos
de acuerdo a si reciben información sobre casos específicos de
crímenes y violaciones de derechos humanos al impacto de dichos crímenes
y violaciones sobre determinadas poblaciones o regiones o a los comportamientos
que desde la sociedad y las instituciones del Estado contribuyeron a la trágica
situación que atravesó el Perú además de otras
que considere pertinentes.
Quinto, las audiencias públicas se basarán en el consentimiento
informado de los declarantes y en la afirmación de su derecho a no ser
discriminados por razón de su raza, sexo, extracción social,
religión, opinión política o identidad cultural. Los declarantes
serán protegidos de toda forma de acoso o falta de respeto que vulneren
sus derechos.
Sexto, los casos, comportamientos y actitudes que se revelen en las audiencias
serán considerados solamente como ilustrativos del conjunto de los crímenes
y violaciones ocurridas. Su selección perseguirá un fin pedagógico
y de dignificación de las víctimas por ninguna circunstancia
serán considerados como más importantes de aquellos cuya investigación
prosiga bajo los mecanismos de reserva y discreción de la comisión.
Séptimo, punto final, el respeto a la dignidad de las personas incluye
a aquellas que pudieran resultar señaladas en el marco de una audiencia
como presuntamente responsables de hechos ilícitos. Por esta razón,
a nadie se le negará la posibilidad de proporcionar su versión
de los hechos en el marco del proceso ordinario de investigación de
la comisión de la verdad y reconciliación.
Estos son pues los principios y criterios que rigen el desarrollo de nuestras
audiencias públicas.
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