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Tema: “Comunidades Nativas afectadas por la Violencia”

Cuarta Sesión, 23 de mayo de 2002, 3 p.m. a 6:30 p.m.

CASO 26. Yesenia Quispe Hurtado y a la señora Vilma Huatuco vda. de Quispe

- La comisión invita a la señora Yesenia Quispe Hurtado y a la señora Vilma Huatuco vda. de Quispe para que brinden su testimonio. Por favor.
- Señora Yesenia Quispe Hurtado, señora Vilma Huatuco vda. de Quispe formulan ustedes promesa solemne de que su declaración darán con honestidad y buena fe, y que por tanto ella expresará sólo la verdad en relación con los hechos que ustedes vayan a narrar.
- Sí, señor –ambas.
- Muchas gracias. Tomen asiento.
- Muchas gracias. Muchas gracias por haber aceptado dar su testimonio y vamos a escucharlos con mucha atención lo que ustedes quieran decirnos. Pueden empezar.
- Señores de la comisión de la verdad, mi nombre es Vilma Huatuco viuda de Quispe, y yo vengo de un anexo de Nailán de Sonomoro, es un anexo que pertenece al distrito de Pangoa, provincia de Satipo, departamento de Junín. El nombre de mi esposo es Alejandro Quispe Anicama, tengo cuatro hijos.
Todo empezó cuando... el pueblito es ehhh tranquilo. Es un... al lado de un río, el río Sonomoro, y tranquilo de los años... este 85, 86 yo llegué a Nailán de Sonomoro, y el pueblo era tranquilo. Había como 20 casitas ahí. Entre todos éramos como familia. Vivíamos tranquilamente, ¿no? Se podía venir a pie también de Nailán a Pangoa, tranquilamente veníamos a pie caminando hasta ciertas horas de la noche por lo menos. Y así vivíamos.
Las fiestas también lo pasábamos tranquilo, contentos. Mi esposo trabajaba bastante en la comunidad. Se hizo también... este con... conjunto de los... de las autoridades, porque mi esposo participó también ahí de... en la comunidad. Hicimos pues el puente. Hicimos la posta, con la ayuda de... del cipa que nos colaboraba en ese... en esos años. Entonces el agua potable todo. Mi esposo era bien dedicado al pueblo. Hasta a veces yo me molestaba, le decía como toda la vida tú te ocupas de eso y no te ocupas de nuestra casa.
Entonces así cuando... cuando de pronto vivíamos tranquilamente y, y ya recuerdo que habían noticias, ¿no?. De atraso en las otras comunidades de al fondo, llegaban traendo este... productos pues, de su chacra, porque no entraba la carretera hasta el fondo, venía con... con acémilas. Entonces ellos traían café, plátanos. Entonces ellos contaban, porque en esa época yo me había puesto una tiendita, porque mi esposo era presidente de... de desalud del puesto de Nailán. Entonces nos habían donado un poco de medicina el cipa. Entonces hemos puesto ahí las medicinas y yo como también me gusta el negocio, puse un poco de... de ropas. Entonces empecé así. Y llegaba la gente pues a comprarme. Entonces en eso, me contaban pues de que... de que los los... decían los compañeros, ¿no? Yo también nunca había visto eso. Entonces decían que por ahí llegaban ellos. Entonces yo les preguntaba: “Pero ¿Qué hacen? ¿Qué dicen?”. Otros contaban de que ellos eran buenos. Ellos nunca hacían nada. Ellos hacían daño a las personas que... esos que le sacan la vuelta a sus esposas, a sus señoras, esos rateros, a esos los castigaban, pero no a la gente que no hacía nada. Yo también tenia esa idea. Seguía contando la gente de que andaban por ahí. Hasta que un día casualmente, era pues el 12 de Agosto del 89, cuando llegaron. Habrán llegado eso de las 11 de la mañana. Yo me había ido más arriba a mi chacrita a traer plátanos con mi suegra. Y cuando volví del del cemente... de de la chacra, taba pasando por el cementerio del pueblito, vi que había gente, así. No, no eran pue. Yo pensaba pue que los... que los terroristas eran pues uniformados, gente de educación. No eran. Eran así, personas simples, con polleras. Había hombres así con sus mantas cruzados. Yo me admiré. Entonces seguí avanzando y ahí vino un hombre y me dice: “tía, tía al parque”. Si le digo, pero deja pues que voy a bajar mi mi... que había cargado mi platanito. Me fui a mi casa bajé. Me estaba lavando la mano en el caño cuando en eso llega otra chica: “tía al parque”. Espera pues le digo, todavía no, deja que me lave las manos. Pero ya para eso mi esposo estaba allá ahí en el parque con mi hijita, mi hijita Karen, era recién de 3 añitos estaría ella. Entonces así, allí ellos hicieron pues, nos hablaron. Yo no entiendo tan bien de esas... de esas cosas que habla. Nos hacían viva al presidente Gonzalo. Y todo eso. Dieron sus discursos y todo. Entonces en eso dijeron: “Queremos que colaboren con nosotros”. Ya. Una tienda trajo atún, la otra tienda trajo gaseosa, ¿no? Todo querían. Entonces todas las tienditas verdad colaboraron, pues allí un montón de cositas, pues para que coman ellos. Y así hicieron eso y se fueron. No se fueron toavía, sino que yo ya me fui a mi casa y en eso vino pues a mi tiendita. A mi tiendita que tenía, vino un grupo de por lo menos 5 personas. Pero había uno, que era un hombre este... así con educación yo lo he visto, ¿no? Parece que tenía educación, bien vestido, con un reloj y un armamento grande. Pero los otros eran pues unos personas simples. Entonces me pidieron un poco de... de medicina que yo les di. Entonces así se fueron.
De ahí empezaron a venir continuamente. A la semana volvían. Ya se paseaban por Nailán, ¿no? De arriba bajaban. Pasaban por allí no sé a donde pasaban, pero pasaban, a veces se quedaban allí. Algunas personas que tenían su carro le solicitaba que lo lleve, entonce lo llevaban. Pero a veces venían cada semana a pedir ya un poco. Entonces yo un día ya me moleste, le digo este cómo cada semana piden pues, le digo, si yo esa mercadería lo traigo al crédito de Pangoa, le digo, con qué voy a pagar si ustedes se llevan. Ellos no querían que tú les des, sino decía esto esto esto, todo señalaban las cosas buenas. Entonces yo le reclamé. Entonces me dijo: “No tía, es que el otro era otro grupo, nosotros somos otro”. Nos dijeron así. Entonces ya pue me moleste y se fueron. A otra semana otra vez, a otra semana otra vez, ya andaban tranquilamente por allí. Y ya entonces en las noticias se sabía que, que ya por arriba pues andaban tranquilamente, ya la gente lo había comprometido de los anexos más arriba. Entonces ya como seguía veniendo las personas, fue una época entonces en que se... ya se formó la ronda campesina pues, de panguanos, obligaron a formar la ronda campesina. Entonces en esa ronda lo eligieron de presidente a mi esposo. Entonces que hicieron, ahora se formó la ronda, ya como los terroristas continuamente venían por arriba, ya la gente se llegó al pueblo. Toditos bajaron al pueblo, a Nailán. Toditos bajaron allí. Ahora no había donde se descansen ellos, se duerman. Se ubicaron pues en la pla... en la escuela, se ubicaron en la posta, y allí estaban las personas. Entonces tranquilamente, ahora la gente vive pue de la chacra, a veces con platanito, toda esa cositas, como mi esposo era presidente venían pue. Ya no tenían que comer. Venían a mi esposo y le decían: “Don Alejandro ya no hay nada que comer, ¿Ahora que vamos a hacer?”. Y ellos, los dirigentes preocupados ahora de donde le van a dar. Entonces ellos vieron ya la forma de ver de donde van a dar los alimentos a esa gente. Bastante, hasta de los anexos más arriba bajaron allí, al pueblo, allí estuvieron ellos. Entonces ahora pa darles de comer. En esa época pues el cipa nos ayudaba y hicieron una reunión entre autoridades, lo comisionaron a mi esposo que vaya pues a Lima, que le colaboraran con víveres, ollas, para hacer una olla común.
Entonces colaboraron ya... entonces en eso mi esposo se fue, ya había sido, ya ha sido pue una semana antes de las elecciones del 90, entonces mi esposo agarró, como lo comisionaron a él, se fue. Para eso yo estaba ya con mi hijita de tres años, y había nacido mi ultima, mi otra hijita que era este de... un mes nomás estaba. Entonces él me dicía: “Ahora que vas a hacer si ellos vienen”. Porque por arriba ya molestaban, cada vez se sentía disparos todo. “Ahora que vas a hacer si viene, onde te vas a correr”, me dice, “onde te vas a ir. Entonces vámonos”. Verda. Mi esposo salió un día antes y después yo salí. Nos encontramos en Lima, justamente una semana antes ya no había camiones que venían a Pangoa porque en el camino quemaban a los... a los carros, ¿no?. Entonces dijo: “ Ahora no hay camión, con qué voy a llevar los víveres. Entonces, ¿Qué vamos a hacer?. Este... yo me voy”. Porque ya las elecciones él tenía que votar y por la gente que también se quedó ahí en esa situación, él tenía que venirse. Yo le rogué, le dije no vayas, cualquier cosa te puede pasar, y qué va a ser de tus hijas, le digo quien... “Tendrás que trabajar, pues”. Así me dijo. Un día... ehhh justo ese día que salió le encargó a su hijita así, bebita que estaba cargadita, le dijo: ”No va a ser llorona, vas a dejar a trabajar a tu mamá”. Le dijo así. Yo me puse a llorar. Entonces él me miró nomás agarró su bolsa y salió. Fue lo último que yo le vi.
Entonces yo me quedé ahí. Pasaron las elecciones, yo dije ya va venir él, ya va venir. Esperando me voy a la agencia a ver si me a escrito alguna carta, nada. Habrá sido el 12 de Abril que había sido pues el ataque a Nailán de Sonomoro, donde murieron más de 40 personas, ¿no?. Atacaron entre eso murió mi esposo, también. Yo me enteré, el 14 sería, un día sábado vino mi comadre y ella me contó. No me quiso decir. Entró a la casa y me dijo, ya lo vi su rostro pues, con una forma diferente, le digo comadre algo te has enterao, hay comadre, me dice, de que parece que algo ha pasao, hay le digo Alejandro, comadre pero no te preocupes: “ Ha habido un ataque, pero parece que Alejandro está herido”. Me dice. Yo me puse a llorar. No te preocupes comadre me está tranquilizando. Entonces yo empecé a llorar pues a llorar. “ No ya va a llegar, con el helicóptero van a venir, varios heridos hay”, me dice. En eso así tranquilizándome me decía: “ Hay comadre yo quería venirme a Nailán pero no podía porque mi hijita estaba bebita, de un mes”. Entonces que hago allá. Y se va. Al día siguiente me vengo al cipa. A las oficinas cuando entró había un señor Chimanga, entonces él me dice, este... ehh me da el pésame, estoy entrando y me da el pésame. Y en ese rato yo ya empecé a gritar ya, ya estaba seguro de que mi esposo había muerto. Mis hijas, mis hijas, qué hago con mis hijas. Mi idea era pensar en mis hijas, ¿no?. A lo que me había quedado con ellas, triste con dos hijas. Y entonces, ¿qué hice?. Me fui a mi casa y mi hermana me dice vamos. Salí al día siguiente. Y al día siguiente llegué a Nailán, y vi todo lo triste que habían hecho.
Han matado a mi esposo en el puente, le han desarmado, como acá tengo una foto que, todito como un perro que lo hubieran degollado allí, le han sacado la cabeza, le han puesto en el puente, y yo encontré toda la sangre chorreada para abajo. Y entonces me dijeron, me contaron todo el ataque. Me fui a la posta, se veía los sesos de los niños que había agarrado del pie y le había chancado. Toditos sus sesos ahí tendido. Desesperada yo lloraba, porque, pero porque han hecho eso, por que han hecho. Y entonces fue tan triste para mí, ¿no?. Y desde esa época vi cuántas gentes, a una señorita también que estaba enferma en un cuarto alojado, habían entrado ellos, le habían metido unas chontas, que tienen largos, por la vagina le habían metido. ¡Cuántos muertos! A una señora al frente, todos completos, un solo hijito ha quedado, un tal de la Cruz, que me recuerdo. Y más allá otra señora. En la escuela otra familia completa. Hasta una niña tenía cargadito su perro, y con todo y el perro la habían acabado. Dime esa es una cosa que no pueden hacer, ¿no? Entonces yo agarré ya, vi mi casa, me regresé inmediatamente, ya mi esposo lo habían enterrado, porque yo ya no vi ya. Justo llegué día lunes, ya no lo vi yo a mi esposo ya. Ya fui al cementerio y habían hecho un hueco grande con con la máquina le habían hecho dice ahí, le han enterrado. Toditos en fila estaban enterrados. Entonces yo agarré. Estaba unos días y me fui. Ya no sabía dónde irme, que cosa iba ser, si él era mi único sostén, a ver, él era el que me mantenía, a mis hijos y todo. ¿Qué cosa iba hacer?.
Agarre me fui en mis suegros a Ica, que él era de Ica. Entonces llegué... mi suegra ahí me tuvo. Yo también de ahí venía acá a... a Pangoa de vez en cuando venía a ver mi casa porque mis animalitos se habían quedado. Así empecé a andar con los dos, la una de tres años y la bebé de un mes. A veces me andaba por la calle, y a veces me daba ganas de meterme a buscarlos onde pasaba en Lima. Me daba ganas de meterme para que yo acabara. Así pase un año. Iba allá, venia así y daba. A un año ya no podía, ya mi poco dinero que tenía lo había acabado. Entonces dije no, no se puede, me vuelvo a Nailán, pase lo que pase. No quisieron mis hermanas, no quisieron mis cuñadas. No, me dijo, a las niñas les puede pasar algo. “No”, le digo, “si me van a matar, que me maten con todos mis hijos, no importa”, le digo, “no me interesa, entonces allí acabaré pues por completo”.
Me regresé a Nailán de Sonomoro. Y entonces como había... mi esposo me había dejado 60 planchas de calamina, yo lo vendí eso y empecé ya a volver a traer ya un poco de mercadería. Le puse una tiendita y empecé a vender, así con mis dos niñas chiquitas. A veces no había donde le dejo a la bebita, a la última, porque la otra ya caminaba. Entonces en la vecina a veces la encargaba. Y yo me iba desde allí. Son casi 6 kilómetros a Pangoa. Entonces me iba, cargaba ehh... mi mis paquetes él volvía, porque no había carros pa entrar en la carretera se había hecho completamente y todos tenían miedo. Pero para eso ya había venío en el 90, había llegao pues este... el... el... los Sinchis, la base de los sinchis había quedao ahí. Al ver el ataque que hubo, ha quedao los sinchis, la base de los sinchis. Entonces ya cuando ellos estaban, yo estaba ya más tranquila. Empecé a hacer mi negocito, y así los mantenía a mis hijos pues no. ¡Pero de ahí todavía han vuelto a atacar dos veces!. Dos veces entraron onde mataron. El 93 mataron a tres... a cuatro personas más, sacándole de su casa, lo llevaron y lo mataron más arriba. El 94 vuelven a entrar estando los sinchis al frente del destacamento, entran a la casa, lo matan a tres personas. Ya volvieron a matarlo también. Y en ese ataque nosotros estábamos con miedo. Toda la vida hemos andado así, escondiéndonos, escondiéndonos, hemos hecho huecos debajo de nuestras casas, metidos ahí, cuando se sabía que ellos venían. Los sinchis también no... casi no salían porque no había orden para que ellos salgan. Ellos defendían ahí nomás, pero no iban más allá pue, porque ellos los terroristas estaban por las comunidades de atrás, onde no se podía.
Y así siguió mi vida, ¿no? Entonces siguí trabajando, seguí trabajando cuando... cuando ya el año 2000 por lo menos se llevaron, se retiro la base del destacamento de lo sinchis. Entonces teníamos miedo toda la gente. Ya dicíamos que va a venir de nuevo, van a venir de nuevo. Con miedo estábamos nosotros todos. A veces nos íbamos a dormir a casa de una persona, nos juntábamos pue, porque nos habíamos quedado traumadas todas las personas. Entonces amm... y así así nos hemos acostumbrado. Y hemo estao tranquilo a el año pasado nomás, entra pues algo de 15 personas, dice que vio uno un señor. Entraron a la posta de Nailán. Se llevaron todas las medicinas. Claro que a nosotros en el pueblo no nos han molestado, sino que entraron, por atrás habían entrado y todas las medicinas, víveres que había pa las madres necesitadas, todo eso, se cargaron y se fueron. Y eso ha sido hasta ahora, ¿no? Y ahora también exactamente siguen viniendo, siguen volviendo. Las comunidades de atrás dicen que llegan. Y entonces nosotros nos sentimos preocupados, desde que el gobierno retiró a los destacamentos de atrás, a las bases de atrás, ellos siguen viniendo tranquilo, pero dicen que no, que ahora ya no somos como antes, ahora ya nosotros este... nosotros le vamos a dejar que trabajen tranquilo, no somos como antes. Pero ya no hay esa confianza de tener que... si eran personas inocentes lo que han matado esa vez, 40 persona, niños, que culpa tenían. Ahora, ¿ mi esposo que culpa tenía? Por haber trabajado en el pueblo, por haber hecho esas cosas, ¿A él lo mataron así, así como un perro? Y a mí me duele mucho eso, me duele en el alma, por eso yo dije un día, algún día me voy a encontrar con ellos y voa decir su verdad. No es posible, no. Haber de repente mi esposo hubiera tenido alguna culpa, pues lo haría. Pero, ¿Por qué lo hicieron? Ahora yo soy la sacrificada. ¿Cómo mantengo a mis hijos? Además yo soy una mu... una persona que me falta una mano. ¿Cómo trabajo a ver? Supónse como trabajo! Pero lo he hecho con valentía. Toda la vida pensando en él he trabajado, por eso mis hijas están en Lima. Los educo ahí porque no quiero que sean como yo, sufran como yo. Y no quisiera que también hay haga personas que sufren igual. Yo por ejemplo vivo ahi, se con todas esas personas de las siete comunidades, igualito. Hay madres que peor todavía sufren, no tienen no que llevarse a la boca. Y no es justo pues. Todo en la zona de Pangoa, los distritos de de de esos rincones. ¿Cuántos distritos somos en Pangoa? Todos han sufrido. Yo quisiera que esas personas también hablen, digan lo que les ha pasado, ¿no? Y a ver, imagínate que los terroristas han traído los mismos vecinos de arriba, los mismos compañeros, osea que entre nosotros, entre hermanos nos hemos matado. Y eso no es justo pues. Nos han engañado diciendo que esto vamos a hacer, nos han engañado con... con llevando un poco de víveres ellos mismos han venido atacarnos a nosotros.
Hay muchos arrepentidos que ahora, a los años cuentan cómo ha sido, onde lo han llevado a atacar por allí, por mi zona, lo han llevado a atacar a Sanibeni, a... a otros anexos. Ahora en Chiriari también lo que hicieron. Ustedes deben saber exactamente cómo ha sido.
Entonces no no queremos que ta... vuelva a suceder esas cosas, no. Quisiéramos así como ellos, como ellos hicieron todo eso, se arrepientan de corazón. Porque, ¿qué daño hemos hecho nosotros? Tal vez ha ellos los engañaron, le dijeron este es así así, cayeron en la trampa, pero que no vuelven a caer más, que vuelvan a caer. Yo quisiera que también, ¿no?, le pido a la comisión de la verdad que se preocupe por todo... por esos esclarecimientos, que es necesario, ¿no? Que se esclarezca porqué pasaron esas cosas, que ya no debe pasarse más, y que por ejemplo ahora hay mucha gente, como le vuelvo a decir, quisiéramos pues una ayuda pa algunos jóvenes que a veces no pueden trabajar, ¿no? Hay una ley que han dado ¿no? De indeminización, a la... el 077, por ejemplo que no llega a nosotros del 90, por ejemplo, no nos llega, solamente a las personas que desde el... desde el 94 pa delante. Entonces haber, no tenemos ninguna ayuda, quién nos apoya, los hijos se enferman, no hay quien nos ayuda. Ahora se va al colegio que, tenemos un documento de que son... son este... no pagamos apafa, no dice, si tiene hermanos y tiene hermanas, dice no es huérfano. ¡Son huérfanos! Ahora el cariño de padre, de madre quién le da. A veces habemos mujeres valientes, pero hay muchas mujeres que verdaderamente en peores situaciones han quedado. Yo no hablo por mi sola, sino por que yo he visto por esa zona cuántas personas hay, y muchos que so lo han llevado, han desaparecido, ¿no? No tiene ningún documento, cómo presentar que mi esposo murió, dónde lo enterraron, cómo lo recogieron, nada, lo llevaron por el monte, ahí terminó su vida.
Yo quisiera que se, que se vea esos casos. Especialmente que se esclarezca todo esos casos. ¡Cuántas personas habemos por esa zona de... de desastre, señora!
Y como le vuelvo a agradecer, todo es eso mi pedido.
- Ya, ya... yo le pido a la comisión de la verdad que nos apoye. Yo a mi hermana le tengo estudiando en Lima, y a veces no tenemos apoyo. Ella sufre a veces por lo que no tiene a su padre. Llora y eso es lo que me duele. Y quisiera un ayuda pa todos esos huérfanos que han quedado del terrorismo, porque sufren mucho y a veces no tienen que comer. Las madres sufren. Yo he visto como mi mami sufría, traía hasta la... hasta los víveres en burro cargado desde San Martín. Un día se cayó con el burro, todo del puente... de arriba del puente hasta abajo con todo mi hermanita. Yo he visto cómo ha sufrido. Yo quiero que se haga justicia. Que esto no quede aquí, porque mi mami fue a Lima a buscar apoyo para que vuelvan los sinchis destacamento allí, y hasta ahorita no vuelven. Y les siguen molestando. Mi mami está sola trabajando allá. Yo no la puedo llevar a Lima, porque a veces no tenemos donde trabajar, y ella está sola, no hay quién la vea allá, y no hay ni destacamento, nada, y siguen molestando, no puede ir ni a la chacra a trabajar. Es todo.
Quisiera que nos apoyen en eso. Gracias.
- Muchísimas gracias por su testimonio. Lo que ustedes nos han contado estamos seguros que representa lo que han vivido muchísimas otras personas. Y como ustedes mismos lo señalan, si ya mucha gente era pobre, ahora está más pobre todavía después de esta violencia. Y pierdan cuidado que vamos a hacer todo lo posible por lo que va a ser nuestro informe, nuestra investigación y lo que serán nuestras recomendaciones al gobierno para las reparaciones que se tengan que hacer. Muchísimas gracias.


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