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Tema: “Comunidades Nativas afectadas por la Violencia”

Cuarta Sesión, 23 de mayo de 2002, 3 p.m. a 6:30 p.m.

CASO 27. Ofelia Antesana Torre

- Con el testimonio que sigue a continuación culmina esta cuarta y última jornada de esta audiencia pública. Invitamos a la señora Ofelia Antesana Torre a que se apersone para brindar su testimonio.
Señora Ofelia Antesana Torre formula usted promesa solemne de que su declaración la hará con honestidad y buena fe y que por tanto expresará sólo la verdad en relación a los hechos que vaya a relatarnos.
- Sí, juro.
- Muchas gracias. Asiento.
- Señora Ofelia le saludo con mucho cariño y aceptamos aquí en esta audiencia para que usted de su testimonio. Le agradecemos desde ya todo lo que puede decirnos con toda confianza. Proceda usted.
- Muy buenas noches toda la comisionado. Muchas gracias esa tribuna que me han dado. Quizás soy la privilegiada de estar aquí. Bueno, yo soy Ofelia Antesana Torre, hija Don Máximo Antesana Espesa.
Mi padre fue un hombre, quizás ha cometido delito. Un hombre artista y autoridad de la comunidad Marlla, que queda en Huancavelica, y es una comunidad muy pobre. Y este mi padre ha sido un hombre muy querido el pueblo y trabajaba por su comunidad, quería que salgan adelante la comunidad Marlla. Y tal es que así no encuentro hasta la fecha qué fue, que comete delito, que cometió él, que delito ha cometido él. Ser dirigente, ser autoridad, ser un hombre quizás este artista. Mucho le gustaba arte, tuvo muchos premios.
Y bueno, así que en 1984 me acuerdo, dos de Mayo, vino una... un grupo del ejército, en el amanecer, y lo cogieron juntamente con mi primo Santiago Antesana. Y ehh lo torturan, se lo llevan al cuartel, que queda en Acobamba. Y en el camino le torturan y lo llevan cargado de tuna a los dos. Y resulta de que llegan Huancaveli... este Acobamba, al cuartel, y se da la sorpresa que un primo, anteriormente ya estaba detenido, Juan Ignacio Velasquez Araujo. Y habían más detenidos dentro del cuartel. Y este mi papá con el Juan Ignacio se abrazan y lloran. Entonces y el Juan Ignacio tenía problema en hablar, tenía dificultad en hablar. Y así es que y lo ven que ellos tan hablando en uno de esos, uno del soldado se acerca: “Ah ustedes como son terroristas, tan hablando en su clave, que bien. ¡A golpe a los dos!”. Lo han torturado cruelmente, y el muchacho, el Juan Ignacio estaba con las justas, ya veía mal... mi papá, y después los otros le torturaban, y a mi papá todos, a mi primo Santiago. Pasó tres días, trajeron a mi tío, Emiliano Antesana, también torturado. Y de allí mi papá decía: “¿Pero qué hemos hecho nosotros pa que nos haga tanto daño? ¿Qué hemos cometido?”. Y a veces veían de que al tercer día ya mi primo, Juan Ignacio, delante de ellos torturan y tenía él... cada uno de ellos cavaban fosas en el cuartel, le dicían de que era para cada uno de ellos. Ca... cava que caven bien ya van a descansar. Hizo su casa, hoy adelante, y así que pasó eso y torturando delante de todos. A mi primo lo mataron, a Juan Ignacio, lo sacó la chompa, le dijo: “ Tú terruco eso su... ehh su su chompa es el recuerdo, toma, guárdalo. Así mañana por allí van a morir ustedes también. Así que tienen que decirme estos nombres. Los conocen ustedes, saben perfectamente. Ustedes son terrucos, jamás van a hablar los terroristas lo que han hecho, y jamás hablan. Son terrucos, estos no hablan”. Que ellos iban a hablar si no conocían sus nombres. De ahí llegó... y y estaban todos los días. Pensaban de que algún momento ya no van a amanecer. Ellos a veces decían, pedían que les matara, porque ya no sentían dolor, que lo torturaban tan cruel, decían, pedían queremos morir pero ya mátennos todos de una vez.
Pero para esto él había visto los anteriores que estaban detenidos dentro del cuartel y habían matado. Algunos estaban semi vivos, le metían al... al hueco donde hacían cada uno de ellos. Ellos ya pensaban igual voy a morir en algún momento.
Y un 14 de Mayo me acuerdo, dice, mi mamá con todo mis hermanos menores, esa época mis hermanos, somos 5 hermanos, no éramos 6 esa época, ¿no? Todos mis hermanos menores y mi abuela, mi abuelito, todos estaba en la puerta del cuartel exigiendo libertad de mi padre y de mis tíos, de mis primos estaban allí llorando, gritando, pediendo auxilio. Y le dicían que no están detenidos: “ No, nadies han traído, no”. De ahí un 14 de Mayo, uno de ellos le dice: “ No te preocupes señora, pero no digas nada, mañana no sé quién va ser... se va ir a un sitio, así que mañana va a salir más o menos. No te preocupes señora, tranquilízate. Dame un sencío para yo darle no sé a quién”. Dice mi mamá, mi mamá tenía todo lo su platita, todo lo que tenía tuvo que sobornar. Entonces dice que mi mamá al día siguiente exigía conjuntamente con mis hermanos, cuando va a salir, hacía escándalo en la puerta con todos mis hermanos menores. Y ta haciendo escándalo, caate, no haga escándalo señora, espéra nomás. En una de esas, a eso de las 5 de la tarde, a mi papá de decían, le dicen: “Mira, en esto momento, vamos a soltarte, pero no vas a decir lo que es nada de lo que has visto. Cuidao que le digas. Todo lo que has visto no sabes nada. Vas a salir, no le has visto nada. Y juras”. Y le hizo jurar mil veces. “Y a la hora que tu mujer, tus hijos estén la puerta, a la hora que sales, no vas a hacer caso a nadies. Tienes que desaparecer desto. Tienes que correrte. Cuidao que volteas. Si te encuentras con alguien, no le digas nada. Tienes que desaparecer. Si volteas, si conversas, eres hombre muerto. Nosotros donde sea te vamos a ubicar, si hablas algo. Tienes que... olvídate lo que has visto”.
Así que él, lógicamente más o menos a las 6 de la tarde sale, ya casi oscureciendo, y como un loco salió. Lógicamente estaba tan mal, lo que le habían torturado. Ya no sentió al momento de salir, ya no sentió ni dolor. Lo único que el dicía is correr, correr, correr con mi mamá todos al ver como loco mi padre salía. Entonces mi mamá gritao mis hermanos, él no hizo caso desapareció del lugar. No sé cómo llegó a Huancayo. Ya no, y tengo un tío de repente ahí, y llegó, dijo él que había llegado, de ahí se fue a Pichanaqui. Ya vivía en Pichanaqui juntamente con la familia, todo ya es... contarle es bravo. Y entonces me acuerdo, 1993, vino a Lima, no antes, osea cuando llega a Pichanaqui y despue viene a Lima, después él no quiso denunciar todo eso. Mira no sé yo, papá, tengo que denunciar todo lo que has visto, mis primos, y todo lo has visto... Ignacio morir allí. De repente están por ahí todavía, de repente vamos a tener que denunciar. Y lo hicimos con mi papá. Le denunciamos, salió... ehhh hicimos ta... prensa y todo eso ese año en 1984.
De ahí ya se fue a vivir a Pichanaqui. Vivía en Pichanaqui y mi papá sentía persecución. Oy desde que hice eso, siempre siento a alguien que me persige. Yo le decía papá creo que, creo que estás diciendo mentira, ya pasó todo. No me persigue, siento que me buscan, siento que no viera hecho esa denuncia, decía mi papá. Pero de ahí me acuerdo vino, en 1993, si en Julio, vino a Lima, me dijo, nos dice, que había llegao un hombre a anexo delta en la chacra y buscando trabajo. Y le preguntó a mi papá, le dijo quiero trabajar. Mi papá le mira al hombre, y el hombre era exactamente el que le torturaba en el cuartel de Acobamba, en Huancavelica. Y mi papá dijo: “ Ese hombre me ha venido persiguiéndome, me está. Y ese es ese hombre, córtame la oreja, ese es. Me está persiguiendo por haber dicho la verdad, creo que me esta persiguiendo. Algo vaya a pasar conmigo.” Yo agarré, le dije de repente te estás equivocando. “Sí, córtame la oreja, ese es” me dijo. “Me tan persiguiendo.” Y dijo en Julio eso, dijo acá en Lima. De ahí en Agosto regresa a Pichanaqui. Y el 10 de Setiembre, más o menos a las 9 de la mañana, encapuchado, más o menos treinta hombres llegaron a la casa Delta y ya llevaban los vecinos, y los vecinos juntamente con él, con los, con los, con la gente que estaba encapuchado y otros estaban pintado de cara. Llenaron una lista y este ehh... el primero que llamaron es a mi padre, con la lista y de ahí a mi cuñado. Pero antes de eso, había llegado unas semanas antes, había llegado ronderos diciendo que haga la ronda. Entonces mi cuñado, Juan Gujaico López, es evangélico, mis sobrinos todos son evangélicos, ellos están prohibidos portar armas. Ellos se negaron no ser la ronda. Entonces tuve versión de una persona de que ellos ya habían ido al cuartel de Satipo a denunciar de que... que esa gente eran terroristas, no querían hacer la ronda. Tan es que fui ese 10 de Setiembre llegaron más o menos a las 9 de la mañana, y le llamaron a mi papá, den nombre de mi cuñado de ahí, y mi sobrino, Javier López, estaba paradita... paradito ahí. “ Oy chico, tú también venga.” Y él agarra si ya, lo voy a ver a mi hermanito... mi hermanito, y su hermano estaba dentro de la chacra, y le dice: “Hernán, Hernán” y él tenía 14 años, “vamos, acompáñanos” y salen, van. En ese momento ya van a la... hay una plaza, no, un pampón ahí, empezan a toda la... a toda las mujeres a miren estos terrucos. Somos terroristas, decían ellos, somos terroristas, nombre de terroristas que ustedes son soplones, a golpes, machete, ya le amarraron con una... hay un árbol ara... ayahuesca dice que llaman, con eso le habían amarrado, empezaron torturar dice. Y delante de mi mamá, mis hermanos, mi sobrinos que son niños eran testigos. Y ahí mi mamá se bloquea al verle como le estaban torturando. Pedían auxilio. Gritos. Nadie le hacia caso y seguían torturando. Había 12 personas. Dentro 12, dos sobrevivientes. Y se hicieron muerto, de ahí ellos cuentan de que escucharon que dijeron: “ Estos no querían hacer la ronda. Son terruco. Hay que matarlos.” Pero y entonces este, “ya, ya están muertos estos viejos, rápido han muerto. Pero faltan estos que no pueden morir.” Y dale y dale, y uno de esos, mira, mi sobrino ehhh... ehh de 14 años empezaba a llorar, llorar y gritar. Entonces ahí saltó uno de ellos y le tiró un machetazo pero acá, le abrió toda la quijada y salía sangre. Uno de ellos va corre y toman sangre, y mi familia, sus hermanos, pediendo como ver como a sus hermano le matan eso... eso momentos. Y mi hermana en una de esas, y una vecina más reconoce al jefe y lo han correteado y no sé cómo habría llegao a Pichanaqui mi hermana con la señora a denunciar ese hecho, pediendo auxilio y la policía pensaron que eran locas, no le hicieron caso. Después alrededor de las 4 de la tarde, dice que un hombre apareció lleno de flecha, era Mauricio, sobreviviente de esa masacre. Y dice: “ Ya todos han muerto, ya no hay nada, todas las cosas han robado, han saqueado, han quemado casas, ya todos están muertos, ya no hay nada que hacer.”
Después ello pedían que en ese momento la policía vaya y indague, ¿no? Entonces la policía pensaba prepararse un poco en esos momentos, pero comenzó a llover. La policía no fui en ese momento. Al día siguiente van policías, toman foto, le riegan el sitio.
Mi mamá todo... mi mamá estaría bloqueada. Le había hecho en las heridas querosene... osea que mi mamá ya había perdido el control. Y que, dijeron de que ehh tan heridos. Maxi levántate, levántate. Pero es tan poco golpe, no quieres levantarte ya. Toda la noche había pasado con los muertos, curándole, echándole querosene en las heridas. Entonces cuando policía llega, ya estaba oliendo mal. Nos dijeron temo que no podemos esperar. Yo voy... nosotros le vamos a levantar el atestado, vamos a enterrar. Hicieron una fosa grande. Ahí a todos los 10 personas lo enterraron. Y este de ahí, yo llego allá, me enteré eso, denuncio a la comisión de derechos humanos del congreso y ahí me dan un apoyo, un documento carta. Pero para esto había llamado al cuartel, este al cuartel de Pichanaqui, que yo iba a ver a mi padre que lo habían matado. Pero entonces cuando llego a la agencia juntamente con mis hermanos, y un hombre se presentó diciendo yo soy Renato que quiero, te voy a apoyar, te voy a ayudar a indagar todo eso. Nunca más vuelva a ocurrir esto. Sé lo que ha pasado. Yo se como debes sentirte. Y era ese hombre era tal Comandante Juan Valer. Y me dijo me iba apoyar en todo momento. Pero yo totalmente desconfiada. Entonces y le dije que quería ir al sitio, y después le pedía que le detenga a los... a los ronderos de Mereturi que ha sido, que ellos han actuado juntamente con el ejercito. Entonces, sí, me dijo, vamos a ir pero, este, yo voy a ir primero... ustedes vayan primero, después yo llego, pero con helicóptero. Y pa el día siguiente llegaron, de pal momento llegar este... Juan Valer, lo que llama ahh ahh al cuartel, le llama a los que tan... después de haber eso, estaban haciendo gran fiesta los ronderos de Meritori y con las cosas que habían robado todo eso estaban haciendo fiesta, y él lo que agarra, por megáfono le llama, le dice: “Ustedes han hecho esto, esto esto haber les voy a a dar premio.” Ahh señor, yo mate dos, yo mate tres y así se van entregando, ¿no? Eran más o menos 11 personas, entraron al helicóptero y un familiar también entró ahí para ahh acompañarle. Y yo regreso con otros familiares a pie. Ellos venieron ya. En eso dice que dijeron ya nos fregamos, no vamos a Satipo, sino nos vamos a Pichanaqui. Creo que estamos detenidos, ya nos fregamos. Y Juan Valer les dice: “ahora van a decir su... lo que han hecho. Van a contar porque han hecho esto. Sí, efectivamente, están detenidos.”
Entonces llevaron de frente a la comisaría a los ronderos y le entregaron en la comisaría. Pero la comisaría ya tenía enterado, porque ellos habían enterrado y habían levantado atestado de ese hecho. Después nosotros llegamos a pies. Demoramos llegar y ya el policía nos dijo, había tomado testimonios a todos ellos, que reconocen el hecho, pero y... pero ahorita han venido otras personas y este han sido este convers... estaban conversando con ellos. Después en un momento ya están cambiando de ideas, opiniones. Tienes que tener cuidado, me dijo los policías. En eso yo comento a al Renato que nosotros le llamábamos, Juan Valer, y me dice: “Hijita, yo también soy igual que... yo siento como debe estar tú. Yo te voy a apoyar.” Yo este lógicamente yo no tenía confianza con él, los tenía odio, cada momento le insultaba. “Sí son ustedes, los mismos son ustedes”, le decía yo. “ Mira te voa decir para que veas. ¿Todas las mujeres son malas? No cierto, ¿no? Entonces también nosotros somos igual. No soy igual que como tu piensas. Yo quiero ayudarte. Yo te voy a ayudar a indagar.”
Empezó a ayudarnos a indagar, a los familiares, cada uno por uno, empezó a hacer un testimonio en el... en el comando conjunto, osea en cuartel de Pichanaqui. Los familiares iban a hacer la denuncia y él seguía buscando. Y después yo le pidí de que el jefe de la ronda no estaba detenido. Quisiéramos que ese hombre debe pagar su culpa, que que lo detengan a ese hombre. Entonces se agarró, sí, mañana vamos Ofelia, tempranito, y vamos a, el helicóptero estaba malogrado, podrás caminar, sí, como no voy a caminar, si he caminado, regresado y sí voy a caminar. Y así que tempranito me tocó y vamos. Taban listos. Llegamos al puerto. Y en el puerto dijo que vamos a pedir auxilio, ehh tractor. Entonces la gente había huido, no había nadies en eso momento. Entonces agarra ya, podrás caminar. Sí voy a caminar, vamos. Empezamos caminar hacia Meritorí, después de dos días llegamos al al sitio, donde hay cuartel de los ronderos. Y dice ay, ahora este ustedes primero adelante, a los soldaditos le dice, después nosotros vamos a entrar. Y entonces yo agarro y le digo siempre por qué los más de abajo van a ir, por qué tú no vas. Quieres que demuestre, entonces yo voy y atrás... ay tírense, va empezar... tírense, vayan empezar tirotear, tírense todos. Nos tiramos todos. Empeza él a entrar, arrapándose, y de más allá se indentifica, recién la balacera tranquilizó. Y entramos, y reunió a toda la comunidad de ahí, de los ronderos. Y dijeron que ellos no sabían nada del hombre que había estado en esa matanza, que se había escapado de ese momento. Y él muy molesto, le dijo: “ ¿Por qué han hecho esto? Por qué tenían que hacer, son hermanos entre ustedes, ¿por qué hacen esto?. Mira cómo están todos los niños huérfanos. Los deodos, cómo deben, como deben estar sentiéndose en esos momento. Por que han hecho, por que no reflexionan.” “Sí, nosotros teníamos órdenes del comando conjunto en Satipo”, dijeron ahí, ellos tenían orden, dijeron, que comando conjunto en Satipo, por eso es que ellos habían actuado de esa forma. Y después, boca de él, de Juan Valer, dijo: “Sí yo tenía entendido.” Y tenían órdenes del comando conjunto y salieron 19 de Agosto y hablaban unos pueblos también habían estado, habían desaparecido gente, habían tirado al río Ene mucha gente. Sí había órdenes, pero esto yo te quiero ayudar Ofelia, pa que nunca más vuelva a ocurrir esto, debe la gente, debe darse cuenta, yo sé como debes tar tú. Y eso lo que Juan Valer mucho me ayudaba y ese momento quería que él la cosa se esclarezca. De ahí regresamos, bueno, regresamos... y él decía yo también soy igual que ustedes, tengo mírame, que tócame, soy carne y hueso igual que ustedes, crees que no siento, yo también siento. Todo esto tiene que esclarecerse. De ahí llegamos a Pichanaqui. Veo mi familia, todos los niños huérfanos, pediendo. Mi hermano, mi papá ya lo están amontonados todos ellos. Y querían también ellos que haya esclarizca todos los factores, familiares estaban amontonados ahí. Me sentía tan impotente, sabiendo de que quiénes habían hecho y pa nosotros parece que no... ya el mundo, no hay justicia, ya. Nunca habrá justicia quizás decía yo. Y mis hermanos, mi sobrino tan jovencito la forma en que ha muerto. Yo pensaba porque ellos tenían que morir de esa forma. Y a mí me toco vivir quizás una forma tan terrible durante todo esto año. Yo logicabía que era mayor de mis hermanos, cargaba ese calvario tan pesada ver que todos sufrían, no poder dar todo lo que ellos querían.
Gracias. Quizás soy privilegiada en un trabajo, la única, gracia a la Universidad San Martín, me tiene ahí, y quizás pueda ayudar a mis hermanos y a mi sobrina. No será mucho. Son muchos, pero allí estoy batallando con ellos. Lógico yo al contar con tarea todo el día, no me cansaría como muchos. Sofía Majer sabe mi problema, hemos trabajado juntos. Y este lo único pediría que haga justicia pa nosotros, pa los familiares. Quizás esto sea una reflexión para toda... para todo el país. Quizás esto nunca debe volver a ocurrir, jamás a nadies. Nosotros que en carne propia hemos sufrido, eso no quisiera que a nadies le pase. Es doloroso vivir las épocas, los momentos, cada momento pa nosotros es duro. Pensar Emilianano Antesana desaparecido, Santiago Antesana desaparecido, Máximo Antesala cruelmente asesinado, torturado, Juan Pujaico, lo mismo mi cuñado cruelmente asesinado, mis sobrinos también cruelmente asesinado, torturado. Y nosotros, mi mamá prácticamente como una loca, se trastocó, ya no es lo mismo lo que era antes, es una persona distinta lo que era antes. La familia, caminamos con unas personas vivientes... muertos vivientes. Pido al país que tome conciencia. Apoye a esta comisión quizás. Que se aclarezca tantos hechos. Tanto daño nos han hecho. Por eso pido que todo los niños que haiga... quizás para toda la familia, que haiga más de psicológico moral, físico, también apoyo económico, realmente yo soy la única que afronto todo ese problema. Y también pediera la Comisión que se investiga de fondo todo eso, los culpables realmente paguen todo lo que ha hecho. Que se juzgue. Quisiéramos saber la verdad, por qué lo hicieron con medio de esa tan forma tan cruel, duro. También pediría la Comisión que nos apoye exhumación de cadáveres, porque yo siempre sueño a mi padre, que se siente frío, todas las veces que sueño, me dice tiene frío. Yo sé cómo debe estar ahí, entonces sabemos donde están la fosa, tenemos muy claro, en comunidad de Delta, eso pertenece a Pichanaqui. Que se esclarezca los hechos. También que todo esto sea reflexión para todo el país, que nunca debe volver a esto hecho jamás. Que quizás algún momento, yo me siento tan corta, me siento mal, llevar ese dolor diaramente, sufrir con mis hermanos y mis sobrinos que niños, están creciendo trauma, no pueden estudiar, en el colegio no toman atención. Mis hermanos no consiguen trabajo, por simple hecho de ser hijo... son Antesana. A la familia, a todo la familia nos han destruido prácticamente. Por eso digo a la Comisión por favor, encarecidamente pido que se asclarezca esto. Pido que se ex... exhume la los cadáveres que están ahí 10. Sabemos, tenemos identificación de ellos.
No sé que más... no tengo más palabras.
- Señora Ofelia. Muchísimas gracias por este testimonio. Nos ha llegado profundamente a lo a lo más íntimo. Y estamos con usted.
Nos está poniendo usted un gran reto a la comisión. Investigar tantas muertes, llegar a conocer la verdad. Para por medio de esta verdad, llegar a ojalá hacer actos de justicia. No nosotros sino los que deben de ser encargados para este.
Por esto, nosotros aceptamos este reto, tanto para los huérfanos, como la exhumación de los cadáveres. Tal vez esto sea lo más factible. Le agradecemos de todo corazón este testimonio que ciertamente lo vamos a conservar en nuestros archivos y lo vamos a poner en práctica. Muchas gracias.


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