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Tercera Sesión, 9 de agosto de 2002

Caso 18. Testimonio de la señora Rosmery Meza Rosell

Rolando Ames:
A continuación de la audiencia, llamamos a la señora Rosmery Meza Rosell, la señora Rosmery, perdón disculpe, llamamos a la señora, si, Rosmery Meza Rosell quién nos hablará de un caso ocurrido entre el noventa y el noventidos, en el que efectivos de las fuerzas armadas de un lado y del Partido Comunista del Perú, Sendero Luminoso, por otro hicieron destrozos en el caserío donde ellos vivían y dañaron muy gravemente a su familia. Vamos a ponernos de pie para...
Señora Rosmery, formula usted promesa solemne de que su declaración la hace con honestidad y buena fe y que por tanto expresará sólo la verdad en cuanto a los hechos que nos va a relatar.

Sí.

Muchas gracias.

Carlos Tapia:
Señora Rosmery, en primer lugar muchísimas gracias por haber venido y por darnos su testimonio que con toda seguridad va a servir para que la Comisión de la Verdad pueda poder cumplir de manera eficaz su tarea.
Queremos decirle de que estamos muy agradecidos repetimos y que vamos a acompañarla a usted en los momentos difíciles que usted va a narrar. Pasados estos momentos difíciles van a servir para que el pueblo, el país entero mejore su situación y por eso la valentía de usted es reconocida por todos nosotros. Comience usted su relato.

Rosmery Meza:
Señores miembros de la comunidad de la verdad, señores presentes, buenos días. En esta mañana quiero dar mis testimonio, vengo del pueblo de Cachiyacu. De la edad que tenía yo, ocho años. A mi padre los terroristas vino y lo nombraron que sea un, un nombrado de ahí del pueblo y mi padre no quiso recibir ese cargo. A él le eligieron, le dijo, tú tendrás que ser algo por este pueblo.
Entonces, mi padre dijo no, yo no puedo recibir ningún cargo de este pueblo. Entonces, le dijieron, le amenazaron matar a mi padre. Entonces, mi padre con el miedo de la muerte dijo -está bien voy a recibirles ese cargo que ustedes me dan-. El recibió con el miedo de la amenaza que le dieron y así le llevaban a mi padre por quince días, por veinte días, pero no nos decían adonde le llevaban a mi padre.
Así nosotros nos quedamos en la casa con mi madre, con mis hermanos. Así regresaba mi padre, a los veinte días, a los quince días y no nos decían nada porque él también tenía miedo de contarnos ¿adónde lo llevaban? Y así una noche mi padre apareció a las tres de la mañana a la casa y llegó, me dijo -hija levántate- y yo me levanté. Y le dije -padre ¿por qué vienes esta hora tú?-. Entonces, yo quise prender la lamparín. Entonces, mi padre le apagó pero yo la había visto bañado de sangre a mi padre.
Entonces, él me dijo -hija me voy a ir de acá-. Yo le dije ¿adónde padre?, él me dijo -hija tú sabes muy bien por qué me harán nombrar los terroristas así, pero ellos me llevan pero yo no les puedo dar explicaciones, adónde me llevarán. Pero si Dios permite algún día estaré o Dios sino permite, ya no estaré con ustedes junto, porque yo no estoy seguro con esto que me han nombrado.
Entonces, me dijo -hija, pásame un pantalón y una camisa manga larga y un bivirí. Yo le dije -padre, cómo nos vas a dejar y ¿por qué hablas así?-. Si, hija, yo no sé ¿adónde me iré? Pero, yo ya le había visto bañado de sangre, pero no me ocurría de decirle ¿por qué estás así?
Entonces, el se fue diciéndonos chau, chau hijita, cuídale a tus cinco hermanas. Entonces, mi mamá no le dijo lo que es de nada. Entonces, así se fue él. Entonces, hace de día, mi mamá me dijo -hija, váyase comprar para el desayuno- Entonces, yo salí a hacer las compras y la vecina me dijo Rosmery, ¿qué pasó con tu papá?, yo le dije -nada-. El pueblo ya sabía de ahí adónde le llevaban a mi papá. Yo le dije, no, le vino, le llevaron. Le hacían llamar a mi padre pa que se vaya, dice.
No nos dijo adónde pero mi padre no se sabe adónde se fue. Y entonces, la vecina me dice - Rosmery a tu mamá ya le estarán teniendo preso-. Entonces, yo dejé las compras, no compré nada y me fui a la casa. A mi mamá le tenían bien mancornado, le estaban pegando, diciendo ¿onde está tu esposo?, ahora dinos la verdad, si no nos dices, nosotros te matamos con todos tus hijos, acá.
Entonces, mi madre dijo -él a mi no me dijo nada él, lo que conversó es con su hija, tampoco a su hija le ha contado, no le dijo nada, le dijo nada más que ustedes le están llevando a él-. ¿Cómo no van a saber? Entonces, yo llegué, le dije ¿qué pasa con mi madre?, mi madre no sabe nada, ¿por qué le maltratan?
¿Dinos dónde esta tu padre?, ¿tu padre onde está?, le estamos buscando. Yo le dijo, no sabemos nosotros porque no nos ha dicho adónde se va. Entonces, yo le dije si mi padre estaba bañado de sangre ¿cómo no van a saber ustedes adónde se ha ido si ustedes eran los únicos que a mi padre le sacaban, le hacían andar por todo sitio, por todos los montes?
Y en eso a mi madre le dijo -tu no vas a tener salida de acá, hasta que tu esposo aparezca. Y en eso pasó una semana, mi madre estaba no llegaba, no se sabía nada de mi padre y entonces llegó ahí los terroristas de nuevo. Le dijo ustedes no tiene salida de acá hasta un año, hasta que parezca sus padres, su padre de tus hijos.
Entonces, también pasó una semana, nos pensaron hacer quemar y esa noche que nos han pensado hacer quemar nosotros no estuvimos en la casa, no hemos estado, no hemos amanecido esa noche, nos queman a las ocho de la noche. Pensaban que nosotros estamos durmiendo ahí. Pero nosotros hamos estado durmiendo en la vecina. Y para darnos cuenta había un vecino, nos dice. Viene y nos dice -están haciendo quemar tu casa-. Mi mamá se desesperó, se desmayó ahí.
Mi mamá dijo -¿qué cosa tienen con nosotros?, ¿por qué nos hacen eso si ellos mismos tienen la culpa que mi esposo no esté en mi lado?, ellos mismos saben onde está y ¿por qué ellos vienen a hacernos estas cosas? Entonces, de ahí a mi mamá le perseguían, le decían -tú no vas a tener salida de acá a un año, vas a estar junto con nosotros hasta que parezca tu esposo-.
Entonces, así pasó un mes, llegó una carta a sus manos de mi madre, diciendo que mi padre le necesita. Pero mi mamá no me hacía leer la carta, no me quería decir onde está mi padre, porque tenía miedo que nosotros le decimos a los terroristas que se encuentra en tal sitio mi padre. Y así, mi madre conversó con los terroristas, dijo -¿cómo yo les voy a criar a mis seis hijos si ustedes no me van a dejar salir, no me van a dejar trabajar?, yo ¿cómo les voy a dar educación a ellos, a mis hijos?
Entonces, ahí le dijo a mi madre -tú te puedes llevarte a tus cinco hijas, pero ella se queda con nosotros hasta que venga su padre. Yo sé que su padre no va a querer dar la vida por él-. Entonces, mi mamá dijo -está bien-. Entonces, mi mamá salió, primero llevó a dos y de ahí llevó a dos más. De ahí viene al último, le lleva a uno y le dijo -¿cómo yo le voy a dejar a mi hija sola?, así será, ella se queda acá-. Y así que no te podemos dar explicaciones porque ya te hemos dado explicaciones ¿por qué se queda ella?
Entonces, mi mamá dijo -hija, no te preocupas pero yo estaré viniendo a verte cada semana o a cada quince días. Entonces, mi madre se fue llevándole al último, mi hermanito que vino, me quedé yo en la vecina. Me quedé en la vecina y la vecina me dijo -no te va a pasar nada, porque estás conmigo-. Entonces, mi mamá se fue vino dos veces nada más a verme y de ahí me dijo -hija yo voy a volver de acá al mes para llevarte, voy a suplicarles a ellos pa que te dejen salir de acá, porque tú no tienes la culpa en nada-.
Entonces, se fue mi mamá, no les volví a ver yo ya, vino, pasó un mes, no vino mi mamá. Pasó un año, nada, no aparece. Yo digo, ¿qué cosa les ha pasado?, la gente me decían -Rosmery, a tu mamá le han matado, todos les han encontrado con tus cinco hermanos y a tu mamá les han matado-. Yo decía, no puede ser, ¿por qué les van a matar a mi mamá?, ¿por qué?, les decía.
Y me decía si la señora que yo he estado, me ayudará a buscar y no se le conseje, ya me decían, está vivo en tal sitio. Yo iba, no le conseguía. Y de ahí, yo así les he buscado, trabajaba para yo sobresalir a buscar a mis padres. Yo estando con mis padres, con mi madre, he estudiado hasta cuarto grado de primaria nada más. Aunque yo he podido queriendo estudiar pero no le he podido, porque yo trabajaba así en casas para yo poder conseguirles a mi madre. Toda la plata era pa buscarles a mi familia. Y no podía, no les he conseguido.
Ahora yo tengo ventitres años y tengo cuatro hijitos y la peor tristeza es cuando mis hijos me preguntan, mamá ¿onde está mi abuelita?, ¿onde está mi abuelito? y yo no les puedo dar, no les puedo contestar nada porque yo no sé la verdad, onde están ellos. Porque si ellos me han abandonado, no es porque ellos han querido sino porque a ellos les han obligado ser, a mi padre que fue a eso por el miedo de que le matan.
Por un día de las madres, cuando se reúnen mi suegro, mi suegra con toda su familia y yo no puedo asistir en ese, porque yo siento un dolor al ver que no están a mi lado, mi familia. Por eso señores, este miembros de la comunidad, yo quiero que me digan la verdad si mi padre está vivo, dime ¿dónde está?, y sí está muerto, también dímelo para siquiera llevar a ponerle su vela. Porque yo no tengo a nadie en ahorita en mi lado. Yo me siento sola. Nada más yo me siento contento con lo que esta yo con mis cuatro hijos y mi esposo. Y ahorita mi esposo también se encuentra en una enfermedad grave.
Hasta los médicos dicen que no tiene nada, no saben, no lo detectan que enfermedad es. Por eso señor, por eso señor de los miembros, yo quiero que me ayudan a buscar a mis padres, a mis hermanos, a mis cinco hermanos, porque yo soy la mayor. Y tantas tristezas, tantas, no sólo yo lo paso por ahí. Tantos hay, tantos y peor onde que yo he vivido, en el pueblo de Cachiyacu. Que no he visto, que no ha pasado.
Por eso señores miembros de la comunidad yo les pido que me digan la verdad onde está mi padre y onde esta mi madre y onde están mis hermanos. Si están vivos o muertos. Quiero que me digan la verdad. Muchas gracias.
Carlos Tapia: Bien, señora Rosmery, de nuevo le volvemos a agradecer la valentía con que usted ha afrontado la profunda tragedia que nos ha contado ahora. Estén donde estén su papá y su mamá, tenga la plena seguridad que la querrán a ustedes tanto y más aún ahora que tiene usted cuatro hijos. Y que su futuro tiene que pensarlo sobrepasando toda la tragedia que ha pasado no. La Comisión de la Verdad va a ser lo posible por cumplir lo que como misión tiene, para ayudar a todas las víctimas que han sufrido esta terrible tragedia entre los años mil novecientos ochenta y dos mil. Muchísimas gracias por su testimonio.

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