Tercera Sesión,
22 de junio de 2002,
9 a.m. a 1 p.m.
CASO 19. Flor
de María Huilca Gutiérrez y a la señora
Martha Flores Gutiérrez
La Comisión invita a la señora Flor de María
Huilca Gutiérrez y a la señora Martha Flores
Gutiérrez se aproximen para brindar su declaración.
De pie, por favor. Señoras Flor de maría Huilca
Gutiérrez y Martha Flores Gutiérrez, ustedes
van abrindar su testimonio ante la Comisión de la Verdad
y Reconciliación y a través de ella, ante todo
el país. Prometen solemnemente hacer su declaración
con honestidad, con buena fe y por tanto narrarnos sólo
la verdad de los hechos que van a expresar.
Sí señor,
lo prometo.
Gracias.
Señora Martha Flores de Huilca, Flor Huilca, a nombre
de la Comisión de la Verdad y Reconciliación,
les agradecemos sinceramente su voluntad de venir a rendir
testimonio público de hechos que han sido terriblemente
dolorosos para ustedes y para todos nosotros. Las escucharemos
con toda atención, por favor.
Buenos días, mi nombre es Flor Huilca, este soy hija
de Pedro Huilca Tecse, Secretario General de la GCTP y dirigente
de Construcción Civil hasta mil novecientos noventidós.
Estamos aquí porque consideramos que la Comisión
de la Verdad es un espacio más en la larga lucha que
nosotros estamos desarrollando hace mucho tiempo para saber
sólo la verdad y la justicia. Creemos que exigir toda
la verdad y toda la justicia de lo que ha significado la violencia
política en el país, en estos últimos
años es una forma de ser consecuentes y reivincar la
lucha que mi papá ha desarrollado durante mucho tiempo.
]
Pedro Huilca Tecse, fue elegido Secretario General de la CGTP
en mil novecientos noventidós, él venía
desarrollando una carrera sindical desde hace mucho tiempo.
Este, más de veinte años. Su tarea fundamental
en ese entonces, en el noventidós, era recomponer la
CGTP, organizar a los trabajadores y a las organizaciones sociales
para, para responder y defender los derechos de los trabajadores
que en ese entonces estaban siendo amenazados. Era, el noventidós
era una situación de, bueno la violencia política
en el país ha sido bastante difícil no sólo
para el país sino que creo ha sido mucho más
difícil para los trabajadores, para los dirigentes sindicales,
para los dirigentes sociales y comunales.
Difícil porque los trabajadores y los dirigentes tenían
que enfrentar, resistir y hacerle frente a posiciones extremas
y totalitarias, que decían defender, que, posiciones
extremas y totalitarias que decían luchar en nombre
de todos, en nombre del pueblo y a gobiernos consecutivos que
decían representar a todos pero sin embargo, le daban
los derechos a los trabajadores, después de paros, huelgas
y luchas permanentes, ¿no? En una situación de
conflicto entre ambos escenarios, es que mi papá desarrolló su
labor sindical.
El, en el noventidós su tarea principal, como le dije,
su preocupación principal era organizar a los trabajadores,
a todas las centrales sindicales. En ese entonces habían
cinco centrales sindicales, en una sola coordinadora de centrales
sindicales porque consideraban que esta era la mejor forma
de hacerle frente a un gobierno que ya había develado
su verdadero rostro. Que amenazaba con quitar los derechos
que los trabajadores habían ganado en las calles. Este,
se logró constituir esta coordinadora sindical. En ese
entonces, en el noventidós Fujimori, había dado
ya el golpe del cinco de abril. Empezaban a tomarse las medidas
anti laborales, empezaba, se había eliminado ya la estabilidad
laboral, se anunciaba una reforma en el estado que dejó en
la calle a miles de trabajadores. Se quitó el derecho
a negociación colectiva a los trabajadores de construcción
civil y a los trabajadores de otros sectores, también.
Se vulneraron derechos fundamentales como esos, ya las AFPS
habían entrado, se había generado una situación
de quiebra de la Seguridad Social, para facilitar el acceso
de las AFPS. Y se pensaba hacer lo mismo con la Seguridad Social
y con los derechos que todavía quedaban para los trabajadores.
Su misión fundamental era organizar a todos los trabajadores
porque creía que teníamos que hacer una resistencia
conjunta para defender lo que todavía nos quedaba.
Bueno,
esa situación generó que se volviera
una persona incómoda, un blanco del gobierno de ese
entonces, del gobierno de Fujimori, que empezó a hacer
una campaña de desprestigio contra los trabajadores,
contra sus dirigentes, contra las organizaciones políticas
lo acusó de ser una camarilla de la CGTP, dijo a los
empresarios en el CADE noventidós, que en este país
ya no mandaban más las cúpulas de la CGTP, lo
trató de desacreditar ante los trabajadores, diciendo
que las cúpulas sindicales negociaban los derechos de
los trabajadores, que ellos no se sentían representados
por ellos.
Y bueno, esta situación, él se volvió más
intensa después del noventidós ¿no? El
enfrentamiento que había desde el noventidós,
fue mucho más intenso. Entonces, se agudizó cuando él
participó en el último CADE de ese entonces.
Ahí, Fujimori anunció o dio a conocer una paquete
de reformas laborales mucho más intenso todavía
y dijo que iba a mantenerse firme ejecutando esas políticas.
Entonces, él regresó de CADE mucho más,
más preocupado de lo que estaba antes de que clausurara
incluso el evento y nos comentó en casa que, este que
bueno, que se le había una acercado una persona en CADE,
un militar dijo él, que tenía, era hijo de un
obrero de construcción civil, que estaba agradecido
por la lucha que él había desarrollado en construcción
civil antes de ser dirigente de la CGTP.
Este, señor le dijo a él que tuviera mucho cuidado,
que este, que el gobierno iba a radicalizarse mucho más
todavía en implementar lo que estaba pensando hacer
y que bueno iba a llevarse de encuentro a todo lo que tratara
de oponerse ¿no? Entonces, su preocupación de él
era de que pudiera pasarnos algo a nosotros los familiares,
porque él consideraba que era una persona pública,
que no podían hacerle nada ¿no?
Entonces, así llegamos hasta diciembre que fue lo de
CADE, lo de CADE fue en diciembre ¿no? Entonces llegamos
hasta el dieciocho de diciembre del noventidós en que,
estábamos en casa como cualquier otro día, nos
levantabamos temprano a las ocho de la mañana. Mi papá,
fue a buscar el carro que dejábamos como a doscientos
metros de la casa, fue solo, regreso solo, no pasó nada,
no vimos nunca nada extraño hasta ese momento. Terminamos
de desayunar y se demoraba el señor que le ayudaba conduciendo
el carro. No llegó y nosotros dijimos, ¡bueno,
vámonos! ¿no?, nos levantamos de la mesa, él
habló en el desayuno de lo importante que era estudiar
y seguir estudiando ¿no? eso es lo que comentamos en
el desayuno ese día.
Nos levantamos y decidimos ir
este, ir a trabajar nosotros, algunos compañeros de
construcción civil lo acompañaban
a veces porque él no tenía seguridad. Y otras
veces éramos nosotros mismos, que lo acompañábamos
hasta la CGTP o hasta Construcción Civil, porque era
una forma de protegernos todos, entre todos ¿no? Entonces,
lo acompañamos en el carro yo, el hijo de Martha, lo
acompañó también. Subimos al carro y bueno
yo estaba un poco distraída, arreglando unos papeles
que llevaba sobre las piernas, me subí al carro, y de
pronto este mi papá se sentó, puso la llave del
coche para encender el carro y de pronto escuché unos
disparos, escuché unos sonidos tan bajitos, que no pensé que
eran tan cerca ¿no?,pensé como era diciembre
que eran unos cohetones de la Navidad y eso.
Entonces, este
eran tan bajitos que ni siquiera me di cuenta ¿no?
Y de pronto empezaban a ser más y más y más.
Y cuando me dí cuenta había gente hacia alrededor
del chofer, hacia el lado izquierdo del carro, rodeando a mi
papá. Yo me asusté mucho, me bajé del
carro. Entonces, traté de correr hacia mi casa, en la
puerta estaban Martha, estaban mis hermanos. Ellos seguían
disparando, yo traté de llamar a la policía pero
no sabíamos ¿qué hacer en ese momento?
Luego todo se tranquilizó, la gente empezaba a venir
a la casa, mi papá no, no bajaba del carro ¿no?,
eso me desesperó más todavía y llamamos
a, tratamos de pedir ayuda, el , nadie, no había carros
que pasaran por ese momento. Empezaron a pasar algunos carros,
les pedimos que nos ayudaran a llevar al hospital, la gente
decía no, no lo toquen porque tiene una bomba, va a
explotar, no querían que lo tocáramos. Entonces,
nosotros nos armamos de valor, abrimos, lo bajamos como pudimos.
Yo lo subí a un taxi, me lo llevé en un taxi
hasta el hospital. Cuando llegamos al hospital recién
pude mirarle la cara. Tenía varios impactos de bala
en la cara, en la cabeza, nunca más volvió a
decir nada, nunca más volvió a estar con nosotros.
Y después de eso, a los tres días nosotros mismas
decidimos ir a la DINCOTE por cuenta propia. Porque no, no
había interés, nunca nos habían, nunca
nos llamaron, nunca se acercaron a nosotros. Fuimos sin abogados.
Cuando llegamos a la DINCOTE, nos dijeron que ya el caso estaba
resuelto, que no nos preocupáramos que habían
ya identificado a los responsables. Nos dijeron que esa mañana
habían detenido a una persona, horas antes de que ocurriera
el atentado. Y que esa persona había confesado todo.
Incluso nos dijeron, irónicamente que si la policía
lo hubiera puesto a disposición de la DINCOTE, en el
momento adecuado, no hubiera pasado nada de esto. Pero ya están
identificados todos.
A las dos semanas de que ocurrió esto vimos por la
televisión que presentaron a varias personas atribuyéndoles
esta, este asesinato. Nosotros no los identificamos en ese
momento a ninguno de ellos. Después, tiempo después
fue detenido otra persona más. Y la policía nos
volvió a citar para, para reconocerla. No había
mucha presión de la policía en ese momento porque
nos decían ustedes se están quejando por gusto,
quieren hacer un escándalo. Dicen de que no son, si
son, ustedes, yo no sé que intereses políticos
tienen en esto. Y había mucha presión.
Nos decían estas personas ¿coinciden con las
descripciones que ustedes han dado? Yo no sé que buscan
ahora, ¿qué están queriendo que les digamos
o qué están queriendo que les presentemos? Después
siguió un proceso en el Fuero Militar, nos citaron a
nosotros. Bueno, se hizo una reconstrucción policial
que no duró ni más de diez minutos. Todo era
más por cumplir. Nosotros le decíamos, no así no
eran las cosas ¿Cómo eran entonces?, ¿estaban
más allá las personas? Ya, entonces, tú párate
ahí y háganle la foto. No, nada de construcción,
que era más por cumplir y por evitar de que la prensa
llegara en ese momento y los sorprendiera haciendo una reconstrucción.
En el proceso militar nos juntaron a todos, familiares, testigos,
familiares de los acusados, este y todos en una misma sala ¿no?
Nosotros ya habíamos sufrido antes la presión
de los familiares de las personas que habían sido detenidas,
que nos contaban, venían a la casa y nos decían
: este, nuestros familiares no han sido, han sido amenazados,
han sido torturados, por eso han dado esos testimonios. Nosotros
queríamos mantenernos al margen de eso, porque nosotros
no, no los habíamos visto a sus familiares, no teníamos
nada contra ellos.
Decidimos no ir más a los procesos militares que se
hicieron en el Fuero Militar, porque creíamos que no
aportaban nada en las investigaciones ¿no? Esa vez,
era verano, los jueces militares estaban más preocupados
por el calor que hacía con las capuchas y no, no nos
presentamos más, nunca. Ahí quedó el caso,
ahí quedó cerrado. Pero, después en el
noventicinco, con el general Robles, se supo de que, la existencia
del grupo Colina, su participación en el crimen de la
Cantuta y en otros crímenes más, entre ellos
Pedro Huilca.
Se supo de testimonios de ex agentes del Servicio
de Inteligencia que estaban presos en Yanamayo, que contaban
como había
sido el asesinato, señalaban ¿qué personas
habían participado?, ¿no? A partir de esos testimonios
es que nosotros pedimos una nueva investigación en el
congreso. Se forma una comisión investigadora que la
preside el congresista Revilla. Uno de los principales acusados
ratifica su testimonio en un video, pero después es
indultado y cuando es citado por la comisión, niega
todo lo que había dicho. Estaba, sólo, lo único
que decía a toda pregunta era negativo, no, negativo
o afirmativo. Luego ese testigo se negó a someterse
a una detector de mentiras y desapareció, nunca más
supimos de él.
La comisión citó a Martín Rivas, porque él
era uno de los principales acusados por estos testimonios.
Martín Rivas no quiso darnos la cara. Se escapó del
congreso por una de las ventanas. Huyó y la comisión
Revilla cerró el caso diciendo que el principal acusado,
el principal testigo se había ratificado de los testimonios
y nuevamente el caso quedó cerrado.
Luego insistimos
en el Poder Judicial, que se reabriera el caso otra vez, ante
nuevos testimonios de nuevos agentes del
Servicio de Inteligencia que habían sido detenidos y
el Poder Judicial, este nombraron a una jueza, que su esposo
era un agente del Servicio de Inteligencia Nacional. Nosotros
recusamos esa, a esa juez, cambiaron de juez pero tampoco se
profundizaron las investigaciones y volvió a cerrarse
el caso.
Nosotros presentamos nuestro caso ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión Interamericana
hizo una investigación y falló en que, pidiéndole
al estado de que reabra el caso, de que hay nuevos elementos
que pueden ayudar a una investigación mucho más
amplia y mucho más certera. Ahora, nuestro caso está nuevamente
en la, en el congreso. Tenemos entendido que se ha formado
una sub comisión investigadora que va hacerse cargo
de este caso. Y otra vez en el Poder Judicial, en la Fiscalía
de la Nación, hemos pedido nuevamente de que se reaperture
este caso. Para nosotros, la necesidad de que se sepa la verdad
de este caso es muy importante. Creemos que la muerte de Pedro
Huilca, como la muerte de todas las víctimas política,
es una herida todavía abierta en el país y mientras
los asesinos no vayan a la cárcel esa herida seguirá abierta
y... seguiremos esperando justicia. Voy a presentarles a Martha
que va a continuar con el testimonio.
Ante todo, quiero saludarles
a todos ustedes miembros de la Comisión de la Verdad y agradecerles, porque ustedes
están trabajando creo yo de una manera democrática
y están viendo todos los casos sin parcializar a ninguno
de los familiares. También saludar a toda la audiencia
que está participando abiertamente, gracias a la generosidad
que ustedes han brindado, un público abierto.
En todo
lo que ha dicho Flor de María, la hija que
ese día ha estado presente en los hechos, el dieciocho
de diciembre del año mil novecientos noventidós.
Yo tengo que agregar como persona firme y una persona que no,
que no va evadir a la verdad sino decir tal como han sido los
hechos.
Aquella mañana del dieciocho de diciembre del año
mil novecientos noventidós mi esposo salió de
la casa a, como bien lo ha dicho Flor, a traer el vehículo
que se movilizaba todos los días, de la casa a la CGTP.
En horas de la mañana, porque así era su labor
de trabajo. A las siete de la mañana salió primero
a recoger el carro, pero dada el caso de que cuando trae el
carro a la puerta de la casa este, él mismo se da cuenta
de que la avenida las Palmeras, donde nosotros vivimos, actualmente,
en la avenida Las Palmeras, cuarentitrés noventiúno,
distrito de Los Olivos. El tránsito del carro, que conduce
a la vía norte y salida Lima, estaba cerrado. O sea,
no pasaban los carros. Para nosotros, esa es una primera ,
una primera interrogante y una pregunta que nosotros nos hacemos
y hasta ahora no hay quién nos responda, ¿quién
es el que evita que los carros corten el tránsito?,
o sea, ¿a quién obedecen los carros sino es a
la policía o al ejército?
La otra es que, el
chofer que lo acompañaba todos los
días a mi esposo, porque así estaba encomendado,
el señor Carlos Patiño, es una interrogante que
hasta ahora no sabemos, no sabemos ¿cuál es el
contenido de los expedientes que en esa oportunidad a nosotros
se nos tomaba manifestaciones de la forma que ellos querían.
Nosotros en ese aspecto éramos ignorantes, no conocíamos
que nosotros debíamos acudir a la DINCOTE o a la Prefectura
o dónde se nos mandaba a interrogar, al Tribunal sin
Rostro, íbamos sin tener un asesor legal. Eso para nosotros
también es otra interrogante.
Aprovecharon de nuestra
ingenuidad y hacían las cosas
como les daba la gana. Inclusive, el año mil novecientos
noventisiete, cuando ya tuvimos un abogado a raíz de
los testimonios que apareció las cartas del señor
Mesmer Carles Talledo y Clemente Alayo, ex miembros del SIN,
cuando el general Robles nos llama a, por teléfono para
decirnos que había testimonios que habían aparecido,
que quienes realmente habían sido los que habían
cometido el crimen de mi esposo, eran miembros del SIN, nosotros
nos apersonamos a su casa para ver si era cierto. Y efectivamente
el contenido de las cartas de ese entonces, eran bien largas,
narraba tanto que, inclusive estaban incluidos el atentado
de canal Dos, el atentado de canal Trece, en fin otros, varios
casos más. Inclusive la muerte de Saúl Cantoral.
Toda estas cosas a mí me hizo reflexionar más
y yo pedí ayuda y por mi propia cuenta pedí al
Partido Aprista que en ese entonces creo que tenía una
mínima cantidad de congresistas en el congreso, representando
a su partido. Todos eran de bancada mayoría Cambio Noventa
y del gobierno de Fujimori, que lógicamente en ese entonces,
ellos no nos iban a apoyar nunca. Entonces, yo conversé con
el señor Jorge Del Castillo y le pedí por favor
a él mismo para que me apoyara porque me enteré que él
estaba conformando la Sub Comisión de Derechos Humanos,
pero quién la presidía era el señor Anselmo
Revilla.
Luego, cuando en esa mañana, quiero retroceder a lo
que estuve yo hablando. Esa mañana cuando no llegó el
chofer , esperábamos desesperadamente que llegara el
chofer para que conduzca el carro, el señor Carlos Patiño.
No llegó, él mismo me dice: Martha, ¿no
hay carros?, ¿qué ha pasado ahí?, ¿paro
armado?, porque como siempre se decretaban paros armados. El
quiso salir a la casa pero después regresó, pero
después como no llegaba el chofer, ya era casi ocho
en punto. Como él era un hombre muy ordenado, le gustaba
cumplir a cabalidad su labor sindical. Entonces, me dice mejor
me voy, nos despedimos con un beso, mis hijos menores todavía
no habían bajado de su dormitorio. Me quedé en
la puerta, Flor lo acompañaba al lado de él y
mi hijo en la parte posterior.
Cuando yo me paré en la puerta, vi solamente que un
hombre cruzó de la avenida, de al frente con una casaca
así, similar a la que está llevando el reportero,
manga corta con una camisa celeste. El hombre más o
menos bajo, se le acerca por la ventana del carro y saca una
metralleta. Una tipo pistola o metralleta corta. Y enfunda
sobre él por el lado izquierdo. Y cuando en ese momento
parece que a mí se me nubló la vista o enmudecí,
no sabía cómo gritar, hacerle reaccionar a Flor.
Claro, cómo ella ha dicho sonaba como canchita la,
el disparo, no sonó fuerte . Al cabo de un rato, cuando
yo no sabía ¿qué hacer?, hacerle reaccionar
a ella, gritarle. Como les digo, no tenía voz para gritar,
creo que hablé pero no me escuchaba porque perdí la
voz. Entonces, alcé una piedra, quería tirar
pero tampoco había tirado. Regresé a mi casa,
porque la puerta estaba ahí. Teníamos nosotros
una pistola, que también tenía licencia porque él
cuando fue miembro del directorio del Banco de la Vivienda,
les habían dado por seguridad, creo.
En ese momento
pensé sacar la pistola, tenía
un hacha, también. Porque a él le gustaba mucho
cuidar sus plantas, el árbol que estaba creciendo en
mi casa. Pensaba salir con el hacha. Tampoco lo hice. Recién
ella ya se dio cuenta, porque su papá en cámara
lenta desvanecía, soltó las llaves del carro
y le dije que llamara por teléfono, gritaba y ya bajaban
mis hijos. Era un desorden total.
Fue una mañana, muy, muy triste para nosotros. Es doloroso
recordar todo lo que nosotros hemos vivido y después
ya nos encañonaron, más gente vinieron, como
diez personas. Yo no puede diferenciar si había hombres
y mujeres. Como les digo, yo ya creo que no, mi vista se me
apagaba. Lo único que hice era decirle a Flor, que me
ayudara para cargarlo. Yo fui a agarrarle la mano y estaba
pulsando. Pensé que no había fallecido. Porque
tampoco sangraba, sólo se le veía la herida en
el cuello y ningún carro vení9a porque estaba
cerrado la calle. Pero nosotros este, por una vecina, creo
que ya se compadeció de nosotros porque tenía
miedo de salir, pidieron para que un vecino de abajo, de una
cuadra más abajo, trajera el carro en retroceso y en
ese carro Flor lo condujo al Hospital Cayetano Heredia.
Al
cabo de todo ese tiempo, yo he estado tras del, el seguimiento
de que este crimen sea esclarecido porque nos, para mí las
pruebas más eficientes de que no ha sido Sendero, eran
desde el momento en que sucedió los hechos. Que como
yo había visto otro crimen similar al que ocurrió,
prácticamente en el distrito, en el Mercado del Pueblo,
tras de la casa donde nosotros vivimos. Sucedió un hecho
sangriento de Sendero cuando yo iba a comprar al mercado. Atacaron
al Mercado del Pueblo, encapuchados, con trapos rojos y tiraron
volantes. Inclusive a los que pasábamos a comprar al
mercado, nos dijeron que nos tiráramos al suelo.
Desde
es fecha yo comencé a tejer una idea de que,
es crimen de mi esposo no ha sido similar al que sucedió esa
vez. Porque hubiera sido, de que ellos hubieran acabado con
nosotros. Nos hubieran matado, porque nosotros estábamos
a la libertad de que ellos hicieran lo que les de la gana con
nosotros. No fue así y más, más para nosotros
ha sido cuando también aparecen las cartas del señor
Mesmer Carles Talledo, donde narra específicamente todos
los hechos sucedidos en el país, por la violencia política,
por la venganza del señor Fujimori y todo porque mi
esposo amenazaba a las huelgas y a los paros.
Reiteradamente
aparecen cartas del señor Mesmer Carles
Talledo y nosotros seguíamos insistiendo en el Congreso
de la República, en el Ministerio Público, cuando
estuvo de Fiscal de la Nación, la señora Blanca
Nélida Colán, cuando estuvo el señor Miguel
Aljovín. Acompañada de los trabajadores al cual
también debo de agradecer en esta oportunidad porque
ellos, más que compañeros, más que amigos,
son hermanos nuestros porque son familiares acá en la
capital que nos han acompañado en todo momento.
Quizás acá en Lima, nosotros no tenemos familia,
porque nosotros somos de provincia, somos cusqueños.
Y quién falleció, Pedro, también fue cusqueño,
nacido el cuatro de diciembre del año mil novecientos
cuarentinueve. El como dirigente sindical, hizo una trayectoria
muy limpia, muy honesta, muy cabal, un hombre, un ejemplar
padre, un ejemplar amigo. Un dirigente cabal que jamás
traicionó a los trabajadores. No así, como hubo
una vez un periódico Marca, que apareció después
de cinco meses, o de un año, creo cuando se reivindica
y dice que quiénes habían asesinado a Pedro Huilca,
han sido los de Sendero Luminoso. Al cual yo tuve que responder
y decir que esas eran las falsedades que se habían construido
desde el momento que han estado preparando ya esta muerte,
todo por venganza política.
Yo no puedo dar fe a que
haya sido Sendero Luminoso, porque mi esposo ha sido un hombre
justo, cabal con los trabajadores
y ellos lo pueden atestiguar. Además, que mi esposo
siempre como dirigente participaba no solamente como dirigente
sindical sino como dirigente de pueblo, popular. El siempre
ha estado constantemente en las reuniones de asentamientos
humanos, asociaciones de vivienda y él nunca tuvo miedo
de decir "voy a conseguirme seguridad porque me van hacer
algo". Tenía esa seguridad de que a él, él
no tenía nada en su conciencia por lo tanto no tenía
porque estar cuidándose con militares o con, con policías
que lo acompañen.
Inclusive, cuando una vez hubo una
reyerta en el Callao. Dice, según nos cuenta, se infiltró creo
Sendero Luminoso, pero había un respeto por él,
no había
eso de que tenían que ensañarse con bastante
facilidad. Igual fue cuando hubo la captura del dueño
de canal Nueve, Vera Gutiérrez. Estuvo también,
solucionando problemas, con el ingeniero, con el dueño
de esa empresa. El MRTA lo secuestró al dueño
y él no fue afectado de ninguna manera. Por todas esas
cosas y teniendo para nosotros un arma más importante
que es el testimonio que brindan los dos miembros del SIN.
O sea, del grupo Colina, que eso debería de ponerse
como un testimonio firme, que se tendría que investigar
y hacer que los dos, las dos personas que narran estos acontecimientos.
Vengan también a la Comisión de la Verdad para
que den sus testimonios y también aquellas personas
que han sido este, encarceladas, de repente injustamente digo
yo. Porque han sido torturadas, porque los familiares de esos,
de esas personas que están en la cárcel a mí siempre
me han venido a buscar y a llorarme y a rogarme que esas personas
han sido torturadas.
Inclusive la mamá de uno de los
personas, de un señor
Huamaní, dice que le introdujeron inclusive palo por
el recto. Por eso es que el señor tuvo que auto culparse
y decir, si yo fui. Yo participé. Pero de ninguna manera
nosotros, como familiares vamos a exigir, vamos a pedir que
las cosas se pasen por alto y más tratándose
de mi esposo que ha sido una persona muy conocido por todos
ustedes y no solamente haciendo un caso especial que todos
estos hechos que ocurrieron aquella vez, se esclarezcan. Para
eso creo que existe la Comisión de la Verdad.
Y lo que
también yo pediría a todos ustedes
es que, es que no se haga excepciones sino se reabra el caso
de una vez por todas y que en un comienzo pensé que
ustedes estaban actuando de una manera muy parcial, y estuve
muy resentida. Tengo que decirlo la verdad. Muy resentida porque
luego de haber iniciado un proceso último, con la nueva
Fiscal, la señora Nelly calderón, luego de haber
llevado el caso al Congreso de la República. Sin embargo,
hasta ahora no se nombra la Sub Comisión. Solamente
el asunto ha llegad hasta la Comisión de Justicia, que
estuvo presidida por el congresista Daniel Estrada. Pero hasta
el momento, nuestro caso, está prácticamente
en el archivo.
Nosotros quisiéramos y pediríamos que se esclarezca
porque, Pedro Huilca, no solamente es reclamado por sus familiares
sino, por todos los trabajadores que hoy nos acompañan
en esta audiencia. Y también le Perú, necesita
hombres como él porque un hombre como él fácilmente
no se va a encontrar. Pero, yo pido también en esta
audiencia agradecerles a todos ustedes que nos han escuchado,
quién sabe no hemos sido unas personas que no queremos
aprovechar el tiempo, lo que tendríamos que decir creo
que es mucho más pero, a veces nosotros creo que vamos
a terminar llorando y no quisiéramos conmover a la sala
porque es terrible recordar todo esto. Muchas gracias.
Silencio
por favor, por favor se ruega silencio y una actitud respetuosa
de escucha.
Señora Martha, Flor, les agradecemos profundamente
su testimonio, nos solidarizamos con su dolor y compartimos
su reclamo de justicia, de esclarecer el asesinato de Pedro
Huilca Tecse, un peruano trabajador de construcción
civil, que por méritos propios, vocación de servicio
y capacidad organizativa, se había convertido en una
voz respetada en el escenario nacional. Sea quienes hayan sido
los perpetradores, Pedro Huilca cayó víctima
de una violencia que se ensañó con dirigentes
sociales, obreros, campesinos, barriales, hombres y mujeres.
Cayó víctima de concepciones autoritarias que
buscan imponerse por la violencia, el temor y la muerte. Confiamos
en que encontrar la verdad sobre la muerte de Pedro Huilca
y que el trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación
en general, contribuyan a la construcción de un país
más justo y democrático. Ese será un digno
homenaje a la memoria de Pedro Huilca. Gracias.
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