Segunda Sesión,
21 de junio de 2002,
3 p.m. a 7 p.m.
CASO 11. sra.
Evila Juliana
Cornejo Chavarría
La Comisión invita a la señora Evila Juliana
Cornejo Chavarría, se aproxime para brindar su testimonio.
Le ruego ponerse de pie. Señora Evila Juliana Cornejo
Chavarría, usted va a brindar su testimonio ahora ante
la Comisión de la Verdad y también lo va hacer
ante el país. Promete solemnemente hacer su declaración
con honestidad y buena fe y decir sólo la verdad sobre
los hechos que nos va a delatar.
Sí, juro.
Muchas gracias señora. Asiento.
Señora Evila Juliana Cornejo Chavarría, todos
los miembros de la Comisión de la Verdad y todos los
asistentes a esta ceremonia estamos deseosos de escuchar su
testimonio, le invitamos cordialmente a hacerlo. Tiene usted
la palabra.
Bueno, ante todo mis saludos. Muy buenas noches
con la Comisión
de la Verdad, el público general. Yo soy del pueblo
de Andajes, distrito de Andajes, provincia de Oyón,
departamento Lima. Soy uno de las víctimas, viuda de
Zúñiga.
En el pueblo de Andajes por dos veces
incursionaron los terroristas, en la primera matanza que fue
un catorce de abril de mil novecientos
ochentiocho, murieron seise autoridades, que fueron alcalde,
regidores, teniente gobernador y uno más campesino.
En la primera matanza, tuvieron reunión en la municipalidad.
Llegaron a las nueve de la noche, en el concejo municipal.
De ahí tomaron el micrófono diciendo: ¡compañeros
atención con el pueblo Andajes!, y luego se malogró el
micrófono y ya no pudieron arreglar. Estaban que, penaban
arreglar, ya empezaron dar sus charlas. Cuando terminó de
arreglar el micrófono, ya dieron tres vivas: así se
mata a los apristas, así se mata a los chismosos, así se
mata a los mentirosos. Ya, se fueron vivando, las tres vivas,
que viva el presidente Gonzalo, que viva el Partido Comunismo.
Ya pasaron cuatro años, por la segunda matanza llegaron
nuevamente. Yo y mi esposo, habíamos ido al campo. Llegamos
ciertas horas de la noche, no sabíamos que en el pueblo
habían regresado. Ya, llegamos, estaba la luz cortada
y luego nos acostamos y justo llega un señor tocando
la puerta. Nos dice: señor ¿ábreme la
puerta? Mi esposo sale, y ahí mismo entran los terroristas
acompañado con el presidente que fue don Augusto Hinostroza,
ya tomado de la mano, amarrado y tres armados. Entró a
mi casa y luego pidió ¿adónde está el
libro de caja y libro de acta? Ahí, el presidente le
dijo: señor, compañero no quiero que me mates,
tenemos hijos pequeños, tenemos criaturas, así como
el señor también lo tengo ¿Compañero?, ¿quién
te ha dicho que soy compañero?, yo no soy compañero,
soy de la Fuerza Armada, mírame, conózcame bien,
mírame, ¿cuántas veces ha dado de comer
a los terroristas ustedes?, ¿cuántas gallinas
han matado?, ¿cuántos carneros han matado?, han
alimentado a los terroristas ustedes. Ya vamos a la plaza,
vamos cambiar de directiva, que bien se lo han lucrado la plata,
se lo han tragado la plata. Ya vamos. No mi jefe, le dijo el
presidente, no mi jefe. Nosotros el cargo lo tenemos hace un
mes que hemos recibido. No tenemos nada. Ya, ¿adónde
vive el cesante?, ¿el presidente que ha pasado? Luego,
a mi esposo le dijo: salga y vamos. Yo partí con mi
esposo y me dice: el terrorista me dice: señora por
favor, ¡quédese usted!, prepáranos caldo
de gallina o sino café. Quedase señora. Yo no
le acepté, yo seguí pa adelante, mi esposo me
dice: cocínalo. Somos cuarenta señora, cocina.
Ya, mi hija taba chiquitita, pequeñita. Yo le dije hijita,
pon agua y haz hervir. Ya le dijo, ya vamos onde el presidente
cesante, y el tesorero. Llévanos. Hemos salido de mi
casa, hemos llegado en la casa del presidente, cesante. Ahí le
dijo: saca al señor, a mi esposo le obligaba que sacara.
Ya vamos en el tesorero. Llegamos en el tesorero, no estaba.
Y le dijo: señor, usted no vas a encontrar al señor,
ya lleva esta barreta y vamos por allá. Hemos ido por
toda la calle, hemos llegado a su tienda del señor tesorero,
que es don Alejo Zúñiga y le dijo: rompe el candado.
Rompe. Entraron rompiendo, cogieron galletas, cogieron zapatillas
y luego me dijo a mí, señora ¿el café?,¿el
café dónde está? Mi esposo me dijo: ya
hija, anda trailo. Yo he ido a mi casa inocente, pensando que
lo iban dejar libre a mi esposo.
Me fui a llevar café, llevé con una tetera chica,
les dije: acá está. Y me dijo ¿por qué tan
poquito?, ¿por qué no has traído bastante
si somos cuarenta? No, no señor, yo no soy solita, al
pueblo pide que cocina bastante, yo no soy sola. Ya usted,
baja abajo ¿quién vive en esa casa?, ¿quién
está en esta casa?, y prepara más café.
Uno de los compañeros, me agarró, me dijo: señora
vamos a bajar en esa casa. Ahí el compañero que
es terrorista dijo: señora ¿para qué ha
salido de tu casa?, ellos son terroristas, le van a matar a
tu esposo y no vas a salvar a tu esposo, porque son terroristas
y ahora me ha dicho que vamos a entrar a Churín y no
conozco Churín, ¿por dónde se va a Churín
señora?, tengo miedo. Hemos venido reclutado de lejos,
yo soy bueno, yo no soy malo. Me dijo el señor. Ya regresé,
justo mi esposo, ya estaba ya con las manos amarradas atrás,
yo le toqué fueron con esposas. Y me dijo: cálmate
hija, cálmate no va a pasar nada. Ya me puse nerviosa,
sentía que le va matar, ya me dijo, el terrorista me
dijo: no señora, salga de acá, váyase.
Salga de acá, no queremos verte. No, yo no voy a salir,
yo no voy a salir sin mi esposo. Ya me empecé a tener
nervios, que ya me faltaban pocas horas para despedirme de
mi esposo.
Después mi esposo me dijo: sabes que hijita tómate
agua. Empezaba a llover bastante, ya me tomé agua, que
caía de la lluvia. Ya, me dijo señora salga de
acá, por favor salga. Yo no quería separarme
de mi esposo y me dijeron ya, marcha entonces al Centro Cívico.
Sí, voy a marchar. Marché con mi esposo. Fui
el centro Cívico, ahí me dio un codazo con su
arma, me dijo: sabes que señora, usted te separas. No,
no puedo separarme de mi esposo. Ya, a golpes me separaron.
Ya me separé, empezó a dar su charla, que dijo
al pueblo, ¿qué les dijo señores el compañero
Raymundo?, ¿qué les dijo en la primera matanza?,
que van a volver en nombrar su autoridades o que no iban nombrar ¿Por
qué han nombrado?, siguen con su capricho, nosotros
también seguiremos con nuestro capricho. Seguirán
nombrando, seguiremos matando ¿Qué dicen?, ¿qué dicen
ustedes?, ustedes de poco tiempo andarán uniformados,
andarán sin polleras, sin mantas. De poco tiempo estarán
trabajando unidos, no como ahora. ¿ Me apoyan o no me apoyan?, si me apoyan, levantan
la mano. Inocente la gente de temor, de miedo, levantaron la
mano, entregaron a cinco autoridades, entregó a la muerte.
Ya, cuando aceptaron dijo: entonces daremos tres vivas, que
viva por el presidente Gonzalo, que viva el comunismo, que
viva el partido. Y ahora se pueden ir toda la gente sin hacer
ningún ruido, ninguna bulla. El que hace laberinto o
bulla, quedará muerto aquí. Entonces, toda la
gente empezaron a irse. Yo pedí auxilio, ¿señores
por qué si mi esposo fue elegido en una asamblea pública?,
fue elegido, fue nombrado por el pueblo ¿por qué pueden
dejar?, no lo dejan por favor. Quiero salvar mi esposo, defiéndanme
por favor, pedí auxilio. En ese momento toda la gente
se retiraron, yo me arrodillé Dios mío, ¿por
qué?, estos son inocentes, no son culpables Dios mío, ¿por
qué lo van a matar?, defienda, por favor, defiéndanos.
En eso dijo: el presidente dijo a los compañeros, ¡compañeros
dos palabritas!. Calla cobarde, calla sinvergüenza, le
tapó la boca. Ya esperaba sólo la muerte. Ya
no sentía nada, yo era como cualquier cosa, ya no sentía,
esperaba la muerte. No yo me decido a morir con mi esposo.
Ya me arrodillé, ahí él le dijo: mátanlo,
mátanlo, agarra, mata. Mi esposo dijo: hija, mis hijos,
mis hijos, hijita, por favor. De ahí me agarró un
señor también que era terrorista, me sacó,
me llevó y yo me fui, cuando pidieron a mis hijos, no
importa voy a traer mis hijos y que me matan a todos. Ya, llegué a
mi casa, no estaban mis hijos. Se lo habían llevado
no sé, algún de mis vecinas habían sacado
mis hijos.
Ya, yo regresé y luego ya salían todos, llamando
todas las almas decían: Augusto vamos, Juan vamos, vamos
Rubén. En ese momento decía: Dios mío,
no importa si está vivo va a volver de dónde
sea regresará por sus hijos. Pero no pensé que él
estaría matado. Salió con una lata de kerosene,
o sería alcohol no sé, bajó a la gobernación,
luego incendió la gobernación. Salieron, se fueron,
se retiraron haciendo bulla, vivando por su partido. Cuando
se fueron y yo fui, fue a las doce de la noche. Fui a la plaza
pensando que está vivo, ahí estaba ya muerto.
Uno de los señores estaba vivo, que pedía auxilio.
Lo levanté a mi esposo, en ese momento no me daba cuenta
cómo estaba. Le levanté, tenía que sobarle
el corazón, estaba puro sangre. Estaba con cuchillo
en el corazón, cuchillo en el pecho, en la costilla
tenía todo morado sus manos, patadas con las costillas.
Tenía huellas que le habían pegado y dos balas
en la cabeza.
Yo señores, ahora me encuentro enferma, traumada, mis
hijos enfermos, traumados, no tenemos apoyo de nadies, en mi
pueblo nos han olvidado, todos nos han olvidado, no hemos tenido
ni una clase de ayuda de nadies. Todas las viudas igualito
hemos sufrido. Somos once viudas y un montón de huérfanos
que hemos quedado abandonadas en el pueblo de Andajes. Señores
pedimos justicia, pido, queremos justicia para mis hijos. Apoyo
para mis hijos, yo no quiero para mí, para mis hijos,
pido que me apoyen porque quizás he podido darle único
educación secundaria completa y cuánto quisiera
que estudia, estudios superiores y no tengo posibilidades para
darles yo a mis hijos. Uno mi hijo se encuentra enfermo, traumado,
que está aquí también y no ha venido,
le he dejado. Viven en un cuarto alquilado, viven, quizás
muy triste es mi vida, mi pobreza, no he podido alcanzar nada.
Yo no le puedo dar más nada a mis hijos. Es lo que pido
señores....quiero justicia y la verdad. Eso es lo que
puedo pedir, señores.
Doy gracias a la Comisión
de la Verdad y al Derecho Humano de Huacho, por haberse recordado
a mi pueblo. Ha llegado
a mi pueblo de Andajes. Por todos doy gracias.
Señores Evila, es muy difícil dejar de pedirle
disculpas...va hablar la señora.
Bueno, ante todo muy
buenas tardes señores de la Comisión
de la Verdad y con el público en general. Este sólo,
quiero hacer unos alcances ¿no? En que mi mamá unos
puntos se ha olvidado.
Mi papá fue elegido por el pueblo sí, pero bueno
hubo tanta injusticia ¿no?, que se puede hacer pero,
nosotros hemos padecido de muchas cosas, nos ha hecho falta
apoyo de papá, cariño de papá, nos quedamos
muy chiquititos. Bueno, en el pueblo la mayoría nos
quedamos muy chiquititos y ...nos ha faltado apoyo, nos ha
faltado cariño de papá, nos hemos quedado traumados,
sin apoyo, sin ayuda. Bueno, hubiéramos querido aunque
sea que nos apoye el alcalde de nuestro pueblo. Pero no, nadie
se recordaba ni el alcalde, ni nadie. Hemos salido adelante
gracias a nuestras madres que han hecho el papel de papá y
de mamá, nos han dado todo lo que han podido, pero quisiera
ya que todo eso acabe ¿no?, que todo ya termine, que
se llegue todo a la verdad, que se investigue todos los casos.
No sólo el de Andajes, sino yo sé que hay muchos
casos más en otros sitios y quisiera que todo salga
a la luz. Que todos sepan la verdad, que sigan investigando.
Muchas gracias por investigar nuestro caso, por apoyarnos gracias
a los señores de Derechos Humanos de Huacho,
gracias por apoyarnos, por venir a Andajes. Si no es por ellos,
quizás no hubiéramos llegado. Hicimos montón
de gestiones porque nos enteramos que había apoyo en
Promudeh pero nunca funcionó, siempre hicimos papeles
y papeles, pero nada. Quizás fue porque queríamos
estudiar, queríamos superarnos pero, no, no llegamos
a hacer. Nos decía otro, otro tiempo, otro tiempo y....ya
nada. Pero bueno ya. Sólo quisiera que sigan investigando
y para así todo el pueblo, todo el Perú sepa
la verdad y para seguir saliendo adelante. Gracias.
Señora
Evila y su digna hija, muchas gracias por su valiente testimonio.
Bien, vamos a suspender la sesión por quince minutos
y la reanudaremos con los dos últimos casos. Gracias.
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