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Primera Sesión, 8 de agosto de 2002

Caso 2. Testimonio sra. Rosa Albarran de Pomatanta y Juan Francisco Pomatanta

Salomón Lerner:
La Comisión invita a la señora Rosa Albarran de Pomatanta y al señor Juan Francisco Pomatanta, se aproximen para brindar su testimonio. Según versión de los testimoniantes en mil novecientos noventicinco efectivos de la Marina de Guerra del Perú, irrumpieron en el domicilio de la familia Pomatanta Albarran. Indalecio fue torturado y quemado vivo. Denunció el hecho a los medios de prensa pero falleció como consecuencia de las graves quemaduras que sufrió. Ruego a los testimoniantes y al público, se pongan de pie. Señora Rosa Albarran de Pomatanta, señor Juan Francisco Pomatanta, ustedes van a brindar su testimonio ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación y también ante el país, prometen solemnemente hacer su declaración con honestidad y buena fe y decir solo la verdad sobre los hechos que nos van a relatar. Prometen ustedes decir la verdad.
Sí.

Salomón Lerner:
Bien.

Si prometo.

Salomón Lerner:
¿ Sí?, bien, muchas gracias.

Rolando Ames:
Señora Rosa Albarran y señor Juan Francisco Pomatanta, bienvenidos a esta reunión. Siéntanse con toda libertad para hablar, sólo hay, desgraciadamente los límites del tiempo, pero queremos un resumen de lo que ustedes han vivido, que sabemos que es muy duro y les agradecemos por estar acá y por compartirlo. Los escuchamos entonces.

Juan Francisco Pomatanta:
Muy bien este, estamos en la, acá en esta sala de audiencias y podemos pues hablar lo que, lo sucedido, la verdad y el caso que nos, del acontecimiento que efectivamente llegué a tener.
Este en el caserío de Nuevo Ucayali de la carretera Federico Basadre del kilómetro noventinueve, tuve pues el, vamos a decir la desgracia con mi hijo Indalecio Pomatanta. El quién era un muchacho muy, muy soportable para sus padres, para sus hermanos y para sus vecinos. Un muchacho que efectivamente, él no concebía ninguna clase de vicios. Era un muchacho sereno. Muy amable para nosotros como padres.
Pero el caso fue que efectivamente, el dos de abril del noventicinco, fue el caso que fuimos atropellados, no solamente él sino toda la familia de la casa que estábamos por la base militar de la Marina de Guerra.
El que llegaron a las seis de la mañana en una combi blanco, con una lista guinda alrededor. En lo cual vino el comandante y el teniente de asuntos civiles y lo agarraron a mi hijo y lo golpearon en la barriga. Lo puñetearon, luego lo patearon. Lo mismo al otro también que estaba arriba en el segundo, en el terrado, durmiendo, lo bajaron, atropellándole la mano este contra el palo lo han golpeado. Ultimo le han tirado con el mango de la pistola en la cara hasta desnivelarlo y al muchacho lo han dejado pues, desmayado.
Y a nosotros, efectivamente nos sacaron a la carretera y nos hicieron golpear ahí para no ver lo que ellos le vaciaron la gasolina y lo han prendido vivo.
Y ese acontecimiento es lo que efectivamente no nos deja este momento. Y luego pues de que después de eso, cuando ya se fueron ellos regresé a mi casa en lo cual lo encontré la casa que se está quemando. Se quemó nuestra ropa, se quemaron nuestro pan llevar y también el muchacho, encontramos completamente quemado.
Cuando no encontramos, su hermano menor se dio la vuelta por tras de la cocina y lo encontró quejándose el pie, en lo cual él, él lo levantó pero el muchacho estaba completamente quemado y gateando con el plan de querer este levantarse. Entonces, claro su hermano le dio valor con decir levantate, levantate y al ver que no pudo le dijo -bueno, acaso no eres varón para que te parese-. Pero el muchacho estaba desecho. Lo cual señor de que él ha dicho que lo agarremos y al tiempo de agarrarlo su carne se pegaba en nuestras manos.
Entonces de ahí, efectivamente yo lo llevé a Pucallpa. En Pucallpa, me recibieron lo llevaron a sección quemados y no volví a ver más a mi hijo vivo, sino me entregaron muerto. Entonces, ahora en la Marina, claro ¿no?, nosotros efectivamente como humildes no sabíamos ni que cosa vamos a hacer porque nunca nos habíamos visto, todo es este calamidad. Pero cuando entró el comandante a pedir este a que le avisaran a los enfermos, yo le hablé y le dije que por favor nos daría una ayuda para poder volver o algo de medicina.
En lo cual claro, él me contestó que para esa calidad de perros no hay ayuda, no hay nada. Entonces, claro yo efectivamente me dijo -si sabes que es el personal de la Marina, ya habrás denunciado pues en el Fiscal, en la policía. Y si no has denunciado, ándate ahorita y denuncia en los Derechos Humanos-.
Que yo no sabía ni donde puede estar porque nunca nos había pasado esas cosas. No conocíamos ninguna clase de oficinas. Y de ver de que él nos mandó así. Entonces, recién pudimos nosotros ingresar a los Derechos Humanos.
Y efectivamente acá la.., su mamá va a dar esa declaración porque con ella hemos...

Rosa Albarran:
Buenos días con todos, voy a continuar la declaración de mi hijo Indalecio. Cuando él era vivo, era un muchacho que pensabamos que vamos salir adelante, con hecho trabajos con todos. Pero un día que fue, le he dejado junto a su papá para avanzar las cosechas de maíz. Yo venía a matricular a mis hijos en San Alejandro y como estaba invitado también, miembro de mesa, para una reunión.
Se quedó sano, no estaba enfermo, se quedó trabajando con sus hermanos y su papá. Llegó el día domingo, la hora de entrada a la reunión era a las diez. Pero aprovechando la hora que estaba, estaba vendiendo naranja. Veo la combi blanca con rayas guindas que se dirige con dirección a la base. No pensaba tales cosas que va pasar. Veo que llegan, bajan muchos jóvenes. Al momento de bajar de la combi les hacen sacar sus polos, les envuelven la cabeza, tampoco no pensaba que mis hijos han sufrido maltrato.
De repente una señora me dice -tú hijo también está grave de la chacra-, no creía. Cómo va a ser Indalecio, qué mal ha hecho a alguien para que esté sufriendo esas cosas. Bueno, en pocos momentos llega un hijo que había criado abandonado de sus padres. Me dice mamá, mi hermano Indalecio, ya va a morir, le ha quemado la Marina con gasolina. Hemos comprado para hacer la casa, pero él ya va a morir, me dice, está gritando. Desesperado esta.
Fui a dar aviso al coordinador de la reunión de miembros de mesa. Le digo, no puedo mi hijo voy a ver en la chacra. Esas cosas se que está pasando. No había pase, habían cerrado el pase de los carros. Yo me he ido a las tres de la tarde y he encontrado mi casa, todo quemado, ardiendo, mis hijos los varones, maltratados.
Y empecé a buscarle, dice -por acá estaba mi hermano-. Encuentro por dónde le han quemado, le han echado agua. Encuentro su carne de mi hijo en las yerbas, en las espinas he recogido como medio kilo de su carne, de su cuerpo. Y eso, he mirado y tenía que esperar que su papá vuelva, para poder irnos. Y el cinco de abril, sí, yo he ido de frente a Derechos Humanos, he denunciado, me quedaron cita para el seis.
El seis estábamos sentando la denuncia, después de llevar las medicinas al hospital, pero no nos dejaban ver. Entonces, a las diez de la mañana dijian, acaba de fallecer Indalecio, cuando estábamos ahí en Derechos Humanos. Y pronto tuvimos que recoger y hacer regresar, que se entierre en San Alejandro, junto, que le vean sus amigos y sus hermanos todos.
Y eso, y a un poco tiempo la Marina dijo, tratemos de arreglar, valora tú, tu valora ¿cuánto pides por su vida? Yo tenía mucho sentimientos de valorar una vida, he dicho tal vez ustedes pudieran buscar un mercado donde hay negocio de vidas, y yo me escojo igual a mi hijo y que valore la justicia y que dinero venga a mis manos como he ido a la justicia. Y no por soborno, porque no es un producto, no es un artefacto para estar haciendo negocio de una vida.
Ahora con esta comisión, con estas autoridades que existen, que hagan la verdad. Dice en la buena justicia embellece a las naciones, la mala justicia es la que afrenta ¿Cómo se puede hacer?, si el comandante dijo - vete a esconder tu hijo, la mejor ayuda es que escondas- Yo le he contestado -no puede ser que yo me esconda, somos seres humanos que cada día tenemos que estar más al frente coordinando con todos. No puedo hacer, esconder a mi hijo-. Y además pensaba, le he dicho, que era la fiera más salvaje era, las fieras del campo, como es el tigre y muchos animales más que hay.
Pero al final fue el comandante quién dirigía esa base de San Alejandro. Fue ese dos de abril más triste que recordar ese momento que no se puede y deja mucha herida. Parece que interior nos hubiera, mejor que hubiera sido de frente me hubieran matado juntos con mi hijo y no supiera este caso.
Nos vamos por donde hemos trabajado con él. Es un recordatorio. El peso del trabajo que nos viene, lo recordamos, sus palabras, su ánimo que nos daba. Nuestro propósito era con él conversar, conversábamos y hemos reforestado un poco de madera. Pensábamos con él seguir cada día más en adelante con las reforestaciones y con la agricultura. Seguir trabajando con él en aserraderos y trabajar con los menores.
Es un sufrimiento para él que le hemos criado también. Abandonado de su padre y su madre, por las huelgas que había del ochentidos. Por la escasez de alimentos, mientras se vive no debe haber tampoco escasez de alimentos. Fue abandonado, por siete años pero con ayuda de mi hijo, Indalecio que le hemos criado. Y ahora él también sufrió. Se subió en un carro, a los dos años le hemos encontrado en esta ciudad de Tingo María. Y él también sufre por su hermano, se ha quedado un poco traumado.
Y esos, de esa manera me quedo con un hijo que es Nabor, es el único, que también fue maltratado. Es el único que está ayudando a su papá, porque el hijo que hemos criado ya es un poco fallo, resentido. Y como el tiempo es corto y muchos cosas hay más que hablar. En los videos también que hay la denuncia que ha hecho. Indalecio ha denunciado en el hospital, públicamente, en vida porque falleció en el hospital. Porque aún pensaban que le han quemado y ahí falleció todo. No fue así, fue un milagro de Dios.
En el hospital denunció el mismo y ni existe videos por todas partes. Pero ahora les agradezco esta oportunidad y que siguen adelante las investigaciones, que sigan las indemnizaciones, las recompensa de nuestro trabajo. Porque hijos, criar un hijo es algo más ilusionable para los padres, porque es mejor que ahorrar dinero en el banco. Muchas veces sucede fracasos en el banco. Se del Banco Agrario, por ejemplo yo he estado ahorrando, se me han negado mi dinero y en mi hijo las fuerzas me quitan, que es el brazo derecho de su papá.
La fuerza, la ilusión de nosotros que todo se quedó como un vacío en nosotros. Les agradezco, por ahora....

Rolando Ames:
Señora Rosa, señor Juan Francisco, nosotros somos los que les agradecemos. Este es un caso como ustedes lo han dicho en donde hay una investigación ya en curso, el vicariato de Pucallpa ha respaldado todo este proceso...

Rosa Albarran:
Sí, nos está ayudando.

Rolando Ames:
Entonces, esperamos que la comisión pueda acompañar y ojalá podamos tener los resultados que por lo menos les den algo de paz. Muchas gracias por haber compartido un dolor tan grande con nosotros. Muy agradecido.


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