Tema: “Dirigentes
y autoridades asesinados”
Segunda Sesión,
22 de mayo de 2002,
3 p.m. a 6:30 p.m.
CASO 7. doris
Caqui de Capcha
Iniciamos la sesión e invito a la señora Doris
Caqui de Capcha a que se presente a brindar su testimonio.
-
Por favor, nos ponemos de pie.
- Señora Doris Caqui de Capcha, ¿formula usted
promen…promesa solemne de que su declaración la
hará con honestidad y buena fe y que por tanto expresará sólo
la verdad en relación a los hechos relatados?
- Sí.
- Muchas gracias, puede tomar asiento.
- Señora Doris Caqui de Capcha, apreciamos su decisión
de llegar a la Comisión libre y voluntariamente, esto
es, sin ningún tipo de presión o coacción.
Viene a dar su testimonio, testimonio que va a ser de fundamental
importancia para la investigación que viene haciendo
la Comisión. Le vamos agradecer inicie su exposición.
-
Muchas gracias, agradeciendo a cada uno de los presentes y
a los miembros de la Comisión de la Verdad. Eeh, mi
nombre es Doris Caqui Calixto. Eeh, soy madre de cuatro…cuatro
hijos, cuatro jóvenes. Eeh, soy la esposa de Teófilo
Rímac Capcha. Eeh, un poco quiero contarles cómo
era mi esposo. Eeh, Teófilo como padre era muy cariñoso,
muy amable para sus hijos; como esposo era un compañero.
Aparte de ser esposo era más amigo, más compañero.
Buscaba en todo momento la superación de la familia.
Eeh, no solamente pensaba en…en avanzar él como
era un gran líder sindical, como era un gran dirigente,
quería también que como esposa llegara a ocupar
espacios desde donde pudiera apoyar a los sectores más
necesitados. En ese sentido, Teófilo era también
muy amigo de toda la gente. Teófilo era un compañero
de los mineros. Teófilo era el dirigente campesino que
los hermanos campesinos buscaban y necesitaban. Era, como los
campesinos solían decir, el compañero Rímac….el
compañero Rimac que estaba presente en los momentos
que requerían de su…de su presencia. Teófilo
Rímac era……era maestro de profesión.
Fundó la Federación minera del Perú. Fue
el primer Secretario General de mineros y metalúrgicos
de la empresa minera de Milpo. Luego, estudió en la
Universidad Nacional Daniel..Daniel Alcides Carrión
convirtiéndose, más adelante, en maestro de Filosofía
y Ciencias Sociales.
Ya maestro, ejerciendo su carrera, va
a lograr fundar la Federación
Departamental de comunidades campesinas de Pasco. Así mismo,
fue también Secretario General del Frente Obrero Campesino
Estudiantil y Popular, FOCEP. Como dirigente campesino, Teófilo
Rímac dirigió la recuperación de las comunidades
de tierras de las manos de muchos latifundistas, de muchos
patrones de la tierra y entregó a cada campesino tierra
para cultivar, lugar donde forjar a sus hijos y vivir, sobretodo,
con dignidad; el sector más empobrecido, la clase más
marginada, que son los hermanos campesinos.
Y un 23 de junio
de 1986, van a ingresar los militares fuertemente armados a
mi domicilio. A las doce y media de la noche, aproximadamente,
cogen a mi esposo sin pregunta alguna, porque Teófilo
Rímac era muy conocido, muy conocido y muy…muy
querido en el departamento de Pasco, así también,
conocido a nivel nacional. Y entonces no fue necesario formular
una sola pregunta para decir si era o no era Teófilo.
Lo sacaron de mi…de mi dormitorio, nos separaron. A Teófilo
se la llevaron a mi sala, a mí me tiraron boca abajo
en el piso de mi dormitorio y mis hijos miraban, sorprendidos,
sin palabra alguna, sin lágrima alguna, esta situación.
Y luego, Teófilo fue conducido a la base militar de
Carmen Chico. Nunca más volví a ver a Teófilo.
A..aquella noche yo acababa de perder a mi esposo y mis hijos
acababan de perder al padre que soñaba por el futuro
de ellos, acababan de perder al padre que anhelaba convertirlos
en grandes profesionales, en mujeres con capacidad para servir
al pueblo.
Y a partir de aquel entonces yo sólo esperé la
amanecida del 23. Inmediatamente, empecé a caminar pidiendo
ayuda y me dirigí a la Fiscalía Provincial de
Pasco sin resultado alguno. Me dirigí a Code Pasco para
que ayudara a garantizar la interid..integridad física
de mi esposo así como la vida misma de mi esposo. Yo
temía, porque Teófilo ya había sido amenazado
muchas veces desde cuando dirigió la recuperación
de tierras de las comunidades campesinas de Pasco. Teófilo
peligraba su vida. Como esposa le dije muchas veces: Abandonemos
Cerro de Pasco, no importa, no trabajemos en el Magisterio.
Deja tu trabajo de maestro, le decía. Yo abandono la
mía, le decía. Teófilo, vámonos.
Y él decía: Yo no hago nada malo, no hago nada
que pueda infringir las leyes. Lo único que hago es
reclamar justicia para la gente que necesita y eso tiene que
ser nuestro compromiso, me decía. Pero yo le decía:
Hay tantos atentados, Teófilo, hay continuamente batidas,
allanamientos de domicilio. Veíamos las desapariciones
forzadas en Ayacucho y le pedía realmente retirarnos
de Pasco, pero Teófilo no quería. Él creía
que si…decía: Si me detienen, me detienen pero
luego me van a dar mi libertad sólo que no voy a poder
soportar de repente los golpes, las torturas. Pero no pueden
matarme porque yo soy un personaje muy conocido acá y
soy muy querido. Él, prácticamente, se aferraba
a las gestiones legales que realizaba en su condición
de dirigente porque nada oscuro tenía Teófilo.
Sin embargo, después de haber caminado, haber hecho
llamadas a la ciudad de Lima confiando en la capacidad de los
congresistas, en aquel entonces de los diputados, yo creía
rescatar a mi esposo. Se hizo presente el diputado por Pasco,
con él empezamos a caminar. El fiscal provincial poco
o nada podía hacer porque en aquel entonces el comandante
político militar de Cerro de Pasco era quien tenía
todo el poder y las autoridades poco o nada valían.
No nos permitieron jamás siquiera acercarnos a la base
militar de Carmen Chico. Caminamos cuantas veces con el diputado
sin resultado alguno. Seguía exigiendo la venida de
un senador que yo creía que podía garantizar
la integridad física de mi esposo, que podía
garantizar la vida de mi esposo. Pero igual, no se hizo presente
el senador en quien tanto confiaba. Nos abandonó en
el momento más difícil y el 27 de junio yo ya
tenía noticias que Teófilo había sido
asesinado en la base militar de Carmen Chico. ¿Por qué?
Porque la noche que llevaron a mi esposo a la base militar
habían sido detenidos muchos dirigentes: dirigentes
mineros, dirigentes estudiantiles, dirigentes campesinos y
todos ellos reconocieron a mi esposo, se encontraron con mi
esposo, compartieron la celda con mi esposo y todos decían
que mi esposo había sido el más golpeado. Que
a él lo habían torturado con toda la rabia que
tenían y el Secretario General de Centromin me manda
llamar a su casa, me dice: Señora Doris, yo le he mandado
llamar porque quería contarle lo que ha ocurrido con
el compañero Teófilo Rímac. A su esposo
lo han matado, señora, me dice, y debe buscar justicia.
A él lo han torturado duramente, lo han llenado de un
costal, han jugado fútbol con él. Él tenía
toda la mandíbula destrozada, tenía las costillas
rotas, tenía fractura por todos lados. Lo han introducido
el Fal por la boca hasta donde han podido. Le han introducido
el mango de la escoba por el recto y Teófilo no ha podido
soportar todo eso. Sin embargo, me dice, antes de fallecer
me ha dejado un encargo para usted. Teófilo ha dicho:
Dígale a Doris, mi esposa, que cuide a mis hijos, que
nunca abandone. Que haga de Iván un gran hombre, que
haga de Carla una gran mujer, de Tania, una linda niña,
que sea valiente y que sepan afrontar la situación.
A mí me matan, dice Teófilo, sin culpa alguna
y todos ustedes quizás van a morir. Dijo esto y expiró Teófilo.
Y el Secretario General de Centromin, a medida que iba contándome
lloraba, creo, mucho más que yo. Estaba aterrorizado
de todo lo que había pasado con mi esposo.
Seguí para adelante en las gestiones, seguí caminando
y en una oportunidad logré entrevistarme con el responsable
político militar de la ciudad de Cerro de Pasco, a quien
le responsabilicé de la muerte de mi esposo. Entonces
me dijo: No, señora Doris, su esposo no ha muerto, su
esposo está vivo. Nosotros lo estamos teniendo controlado.
A más tardar dentro de quince días su esposo
va a llegar a su casa. Espere ahí con sus hijitos, señora.
No se preocupe. Pero yo ya no podía creerle tal cosa.
Ya había recibido muchos otros testimonios más.
Un primo de Teófilo estuvo también detenido con él; él
vio morir a mi esposo. De ahí que yo ya andaba buscando,
más bien, recuperar, rescatar el cuerpo de mi esposo.
No lo encontramos jamás.
Logré sacar, mmh, una comisión investigadora
de la Cámara de Diputados para que investiguen la muerte
de mi esposo sin resultado alguno, porque la mayoría
estaba conformado por apristas. Ellos dijeron: No, Teófilo
Rímac se ha fugado. En segundo lugar, logré sacar
una comisión investigadora de la Cámara de Senadores.
Nuevamente, la mayoría de los que integran esta comisión
investigadora eran apristas. Y los apristas igual dijeron que
Teófilo se ha fugado. Dentro de ello estaba Javier Diez
Canseco que sí hizo una…un trabajo de investigación,
recogió muchos testimonios. Con él cavamos muchos
lugares donde creíamos encontrar el cuerpo de mi esposo
sin resultado alguno.
Pero más adelante se hizo...hicieron el informe respectivo
diciendo que mi esposo ha fallecido como producto de las torturas
en la base militar de Carmen Chico. Y luego ya salieron otros
jóvenes en libertad, quienes han detallado todo…todo
el asesinato de mi esposo y la desaparición de mi esposo.
Los documentos han llegado hasta las organizaciones internacionales.
Después de todo esto, no..no termina la situación
para nosotros allí. Las cosas que hemos vivido, los
momentos que hemos vivido han sido sumamente difíciles.
El 86 desaparecen, ante, Teófilo, casi por dos años
yo dormía sentado con mis hijos en la cama. Mis hijos
a veces me preguntaban, me decían: Mamá, ¿por
qué no nos acostamos a la cama como normalmente lo hacíamos? ¿por
qué dormimos puesto los zapatos? ¿por qué dormimos
vestidos, mamá? Yo no podía explicarles. Pero, ¿yo
por qué dormía así, señores, con
mis hijos? Porque yo era amenazado constantemente. Desde las
tanquetas de sus carros me decían los militares: Maldita,
me decían, cómo no cierras la boca definitivamente.
Si a tu esposo lo hicimos volar en mil pedazos a ti te vamos
a descuartizar. Y en la…y en las calles principales de
Cerro de Pasco se van a ir a exhibir cada uno de tus miembros,
me decían. Y eso lo decían delante de mis hijos,
sin compasión alguna a ellos, lo que más me hacía
sufrir. Yo podía soportar como ser humano, como per…como
persona adulta, pero los niños no y ellos tenían
terror a los militares, a los policías. Y hasta ahora,
mi hijo tiene veinte años, él cuando ve que hay
batidas, cuando hay..cuando vé que hay movimiento de..de
policías tiene temor.
Fui detenida hasta por tres oportunidades
donde me golpearon, me amenazaron, me decían que de una vez por todas callara
la situación de mi esposo. Que no siguiera denunciando.
Pero yo tenía que buscar a mi esposo. Si él no
cometió ningún delito, si él no fue terrorista
porque yo tenía que olvidarlo. Si yo tenía a
mis hijos que día a día me exigían a su
padre como no iba a buscarlo.
Y en 1991 allanaron mi domicilio,
finalmente los militares otra vez, buscándome a mí. Si estoy viva quizás
es porque aquella vez tuve una reunión con mis alumnos,
mis padres de familia se habían encariñado bastante
conmigo y era la asesora de tres promociones, aproximadamente.
Y nos demoramos porque cada uno presentó su balance
económico. Gracias a ellos estoy viva, de verdad. A
las once y media de la noche terminó la reunión.
Cuando llegaba, un par de vecinos y me decían: Vecina,
no vaya a su casa. Su casa está lleno de militares otra
vez. La buscan a usted. - ¿Y mis hijos?, decía, ¿no?,
porque a mis niños los había dejado en la casa.
Eran muy pequeños. El mayor creo que tenía ocho
años y todos habían sido apuntados con el Fal,
con el Fal, con la metralleta, como narran mis hijos. Y le
exigían que dijera donde está su madre. Los chicos
no..no le decían nada, sólo lloraban. Y producto
de ello Tania quedó afectada.
Yo fugué de Cerro de Pasco, huí disfrazada de
campesina. Me apoyaron los de Derechos Humanos de Pasco y Aprode.
Me enyesaron la cabeza, me enyesaron las piernas unos amigos
médicos. Así pasé las bases militares,
los controles de Junín, de Carhuamayo y ya me encontraba
en Lima. Pero había huido sola, no estaban mis hijos.
Había dejado a ellos en Pasco. Era muy doloroso para
mí. Después de quince días logro reunirme
con ellos.
Luego, en Lima, no teníamos casa, no teníamos
familia alguna. Los pocos familiares que teníamos huía
de nosotros como si tuviéramos un mal, como si tuviéramos
una enfermedad contagiosa. Decían que a mi esposo lo
habían asesinado por terrorista y que podía complicarles
la vida a ellos.
Ya no…ya no tenía mi trabajo. Yo soy maestra
pero no podía trabajar porque no había sacado
mis documentos. No había logrado mi reasignación
a Lima. Deambulamos con mis hijos en la calle. A veces comido,
a veces sin comer, muchas veces desalojado de la casa.
Nuevamente,
después de año y medio, creo, volví a
reincorporarme a mi trabajo gracias a la gestión de
muchos compañeros de…de trabajo, muchos amigos
del Sutep.
Y hoy, Tania arrastra las secuelas. Es una jovencita
de diecisiete años. Cuando tenía quince años, aproximadamente,
Tania supo la verdad de su padre. Ellos sabían que a
su papá se lo llevaron los militares, que lo mataron,
pero nunca habían leído los testimonios. Yo los
tenía en un fólder, los había recogido
de Aprode. Me descuidé porque yo más me dedicaba
las veinticuatro horas, creo, en trabajar. Trabajaba en un
colegio, en otro colegio. Yo creía que lo más
importante era cubrir la parte económica para mis hijos.
Quería que mis hijos salieran adelante, que siguieran
estudiando, que no…no se perjudicaran en sus estudios.
Pero descuidé atender a mis hijos. No me di cuenta que
Tania ya arrastraba todo…todo el mal. Y hoy, recibe tratamiento
psiquiátrico. Perdió el conocimiento al descubrir
el testimonio de su padre. Cuando estaba leyendo el testimonio
donde…donde dicen que a su padre lo patearon, lo llenaron
en costal, etcétera, etcétera, Tania estaba sola
en casa. Perdió el conocimiento. Salió gritando,
pidiendo auxilio a la vecindad. Corrió por las calles.
Yo estaba en mi trabajo, sus hermanos en sus colegios y no
hubo quien auxiliara. Y hace dos años vengo sufriendo
con Tania. A la fecha, ha habido cierto avance pero nada nos
garantiza que Tania puede en cualquier momento nuevamente perder
el control. Como ya ha tenido varias recaídas, cortarse,
utilizar hasta el cuchillo porque ella cuando pierde el control
no reconoce a nadie. No sabe quién es ella. Son las
secuelas que arrastramos.
Y por el lado económico, yo quedé nuevamente
en cero, económicamente. Pedí adelanto de mi
sueldo, pedí préstamos por un lugar, por otro
lugar. Me llené de cuentas. Mi pequeño sueldo
de Magisterio las empeñé completamente para buscar
el tratamiento de mi hija porque ninguno de nosotros queríamos
aceptar la situación de Tania. Y creo que Tania nos
arrastraba con su mal a todos porque yo ya veía caído
a mi hijo mayor, a Carla, que es la más valiente de
la familia, yo la veía completamente destruida, destrozada,
sin ganas de vivir.
Hubo momentos incle…inclusive en que dijimos: Ya no
podemos más. No hay pasajes para ir a trabajar, no hay
pasajes para ir a estudiar. No tenemos una vivienda decorosa
donde podemos darle la oportunidad a Tania de que se recupere
integralmente. No hay condiciones óptimas para la recuperación
de Tania. Entonces dijimos: ¿Qué hacemos? Si
perdimos a tu papá, ¿por qué no morimos
todos?, dije. Y se lo dije también al señor Ministro
de Justicia en una reunión que tuve. Le dije: Señores,
si quieren ayudarnos dennos la mano ahora porque nuestros hijos
deben de seguir el camino de..para ellos no debe cerrarse,
la oportunidad para ellos no debe de cerrarse. Debe haber por
lo menos oportunidad de estudiar en las universidades. No queremos
a nuestros hijos convertido en renegados sociales, o de repente,
convertidos en pandilleros. Queremos que nos apoye. Pero hasta
la fecha no hemos logrado nada.
Y aquí, a los miembros de la Comisión de la
Verdad, les pido una investigación exhaustiva para ubicar
el cadáver de mi esposo y así darle cristiana
sepultura. Para que Tania deje de sufrir, porque esa niña
sufre mucho por su padre. Ella dice: Mamá, falta año
y medio para que culmine el trabajo de la Comisión de
la Verdad. Dígale que ubiquen el cuerpo de mi padre
para ir a llorarle, para ir a contarle, para ir a cantarle
una canción para decirle que la quiero, que no le hemos
olvidado. Y quizás eso pueda ayudarle a Tania a recuperarse
integralmente.
Queremos que Tania sea rescatado, sea recuperado.
No queremos perder a Tania. Todos mis niños han nacido sanos y yo
quiero verlos sanos. Quiero verlos convertido en grandes ciudadanos.
Y también exijo sanción a los responsables de
la muerte de mi esposo. Muchas gracias.
- Profesora Doris,
hemos escuchado con mucho detenimiento su relato. Un relato
que está cargado de recuerdos hermosos
y trágicos en relación al doloroso problema de
su señor esposo Teófilo. Lo menos que podemos
hacer los mem…los miembros de la Comisión de la
Verdad es solidarizarnos con su pesar y asumir en este momento
el compromiso de profundizar la investigación para que
ese su anhelo de llegar a conocer la verdad se haga una realidad.
Nosotros hemos tomado debida nota de su testimonio, por eso
le expresamos en principio nuestra admiración por el
coraje que ha tenido para hacer memoria de esos momentos trágicos
pero al mismo tiempo también tomamos nota de su demanda
de justicia y esa justicia será posible alcanzar sólo
cuando usted y la Comisión de la Verdad tenga la mayor
cantidad de evidencias que nos permitan llegar a los responsables.
En ese sentido, a nombre de la Comisión, le expresamos
nuestra profunda solidaridad y muchas gracias por haber venido.
- Gracias a ustedes.
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