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Tema: “Dirigentes y autoridades asesinados”

Segunda Sesión, 22 de mayo de 2002, 3 p.m. a 6:30 p.m.

CASO 14. Adriana Camborda Vásquez, Rosa Torres viuda de Salcedo,
Jehnny Herrera viuda de Oré.

Señora Adriana Camborda Vásquez, señora Rosa Torres viuda de Salcedo, señora Jehnny Herrera viuda de Oré, formulan ustedes promesa solemne de que su declaración la harán con honestidad y buena fe, y que por tanto expresarán sólo la verdad en relación a los hechos que relaten.
Sí.
Muchas gracias. Pueden tomar asiento.
(…)
Buenas noches. La que habla es la suboficial técnico de tercera de la Policía Nacional Adriana Camborda Vásquez. Les voy a narrar el año de 1992. Vivíamos una época de zozobra, una época muy triste, a cualquier rato explosionaban, a cualquier rato se veían apagones y no podíamos vivir con tranquilidad y paz.
Vengo porque ese día cuatro (4) de marzo del ’92 perdí a mis padres. Ese entonces el sargento Sixto Camborda Neyra, en retiro, profesor de Matemática y Física, y mi señora madre Sabina Irma Vásquez Villaizán, profesora de Biología Química, laborando en el colegio Ramiro Villaverde Orbelaza, personas…no por ser su hija, muchas personas los conocieron por haber ejercido la docencia, muchos niños y jóvenes que ellos enseñaron darán crédito de lo que yo les voy a decir, eran personas que daban todo, no les importaba nada para ellos sino para el resto.
Ese entonces nos tocó vivir a mí y a mis hermanos porque somos cinco, criados huérfanos, cosas muy difíciles en la vida, que la hemos afrontado y seguido adelante por esa enseñanza que nos han dado nuestros padres, por esos valores, que en la actualidad queremos honrar sus memorias dando ejemplo de paz y tranquilidad, que a ellos les gustaba.
Les voy a dejar con la señora Oré para que dé sus hechos.
Muy buenas noches, soy la señora Jehnny Herrera viuda de Oré. Mi esposo fue Luis Oré Gavilán. Mi esposo era un padre muy recto, muy humano, muy juguetón con sus hijos; principalmente le gustaba la unión entre sus hijos y nosotros.
É l llegó a trabajar al Ramiro Villaverde el año ’90 cuando nos vinimos a vivir acá a Huancayo; él llevaba a sus hijos al colegio Ramiro Villaverde pero en lo que llegaba el comand… los comandantes que de año en año pasaban le decían: “por favor me puedes recoger”, y él los recogía, por humanidad o por, quizás por amistad con los comandantes, sin recibir nada a cambio, ni dinero ni nada.
Así llegó el año no…noventa y dos (’92) que él, que él llega a ser el tesorero de la caja del Ramiro Villaverde. El día 3 de marzo en la casa de mi tía se un…le llama el coman…el comandante llamó a la casa de mi tía a las nueve (9) de la noche diciendo que Lucho lo recogiera al día siguiente a las seis (6) de la mañana, pero nosotros todavía no sabíamos. Al día siguiente el niño que trabajaba en la casa de mis tíos llega y toca la puerta y dice: “Tío, anoche llamaron a las nueve (9) y dicen que le recoja al comandante a las seis (6) de la mañana”, y mi esposo se levantó, se alistó y cuando salía tomó el maletín y la bolsa de dinero.
Y cuando sale le dice: “Por favor le alistas al flaco que quiero que él maneje el carro porque hoy día le toca hacer compras al comandante y no quiero que otra persona lo maneje”, y se…y se fue a recogerle al comandante. Le lleva al comandante a las seis (6) de la mañana al Ramiro Villaverde y cuando él regresa cuent…me dice que el comandante le dijo que…que recogiera a todos de la Junta Directiva. Y él regresa a recogerle primeramente al señor Andrés Salcedo, después pasó a la casa de los señores Sixto Camborda y la señora Irma de Camborda que llegando a mi casa llegan los cuatro (4) a recoger a mi hijo, pero como la ventana del lado derecho de la combi estaba con seguro, él pasó por el lado izquierdo, él llegó a subir por la puerta del lado izquierdo y se…y se fue...al bajar mi esposo me dice: “Negra -me dice- el comandante me ha mandado a traer a todos, no sé qué pasará”, dice. “Ya me voy; voy a regresar temprano” me dice, pero al salir se encuentra con su mamá y le dice: “Mami, cuídate. Ya vuelvo”. Y sale y me dice: “Negrita ya vengo. Antes de las dos (2) estoy acá”. Y se va.
Se fue…se fue a recogerle al contador del Ramiro Villaverde que cuando llega a la casa de él le niega, la señora le dice que no se encontraba su esposo. Entonces él sale al…a la avenida Giraldes y ya toma para quien se va al Ramiro Villaverde. En Pachitea suben el señor Walter Soto, el señor Bernabé Cerrón y ya sigue adelante. Pasando el puente del ferrocarril subió el señor Rolando Martínez y último sube la señorita Shirley Espinar y se van rumbo a…al Ramiro Villaverde. Cuando ya toman la avenida Los Libertadores patinaba un poco el carro porque la pista era muy fangosa y muy arcillosa y no podía pasar el carro, pero llegan…llegaron al sitio de la matanza y lo único que se escuchó fue disparos y más disparos y quedaron…quedar…que…quedando todos heridos, muertos, y las dos señoras gritaban: “¡Por favor no nos maten porque tenemos hijos!, ¡por favor!”, pero ellos no hicieron caso de los ruegos ni nada; pero todavía estaban vivos el señor Andrés Salcedo y mi esposo, quien sale también mi hijo que estaba vivo ahí. Ba..bajó mi esposo y, y el señor Andrés Salcedo se…se enroscó las piernas entre el timón del carro quedando atascado ahí; y vino una, una mujer..…..vino una mujer donde le sacó el revólver al señor Andrés Salcedo y le tiró el tiro de gracia. Después pasó donde mi esposo y mi esposo le suplicó, le pidió por favor que no lo matara, que se llevara todo el dinero o todo lo que ellos querían porque tenía sus hijos, pero no…no…no tuvieron piedad y le dispararon en la cabeza dándole el tiro de gracia. Después abrieron el carro y miraron quiénes estaban vivos o cuántas personas todavía seguían vivos ahí y vieron que todos ya estaban muertos menos la señora Irma de Camborda que todavía estaba viva y pedía por favor que no la mataran y mi hijo estaba enterra…estaba debajo de ella, ensangrentado, y le…les quitaron todos los revólveres a todos los policías que estaban dentro del carro y se lo llevaron y salieron corriendo por la aveni…por el pasaje largo. Cuando se levanta mi hijo ve que salen corriendo y él también sale corriendo a pedir ayuda al colegio. Llegando al colegio lo…los que lo apoyaron fue…fueron dos profesoras que tenían su movilidad. Al llegar al sitio de los hechos las dos profesoras le alzan a la señora Irma de Camborda trayéndole, trayéndole a la salida a las señora; pero llegan a mi casa las mismas profesoras pero ya con mi hermano y mi hijo que iba en el carro y sube mi hermano y me dice: “Negra -me dice-, tienes que ser fuerte”. ¿Por qué? “Porque mataron a…los ocho murieron”. ¿Quiénes? “Los ocho de ahí”. ¿Y mi hijo? Pregunté por mi hijo y me dijo: ”Acá está el flaco”. Y mi hijo estaba ensangrentado de pies a cabeza, y le dije a mi hermano: “Por favor llévame. Quiero cerciorarme si es verdad”. Y tomamos un taxi y llegamos al sitio de los hechos pero ya estaba acordonado por el ejército y no dejaban pasar, y le digo a mi hermano: “Por favor, eres policía. Anda habla con el capitán o con cualquier encargado. Quiero entrar. El capitán viene y le dice: “Señora, no pueden entrar”.
Pero le digo: “Por favor quiero entrar. No me voy a desesperar, no voy a hacer nada, pero quiero entrar a verles”. Y el capitán me hizo entrar y me dice: “Señora sea fuerte”. “Voy a ser fuerte capitán pero quiero verlo”. Y cuando llego al sitio de los hechos era como un camal que estaban degollados que co…que corría un río de sangre. Y vi al señor Andrés Salcedo ahí tirado enroscadas sus piernas en el timón y mi esposo al pie de…del carro. Y todavía se encontraban todos los difuntos en el carro, y ahí nomás llegó el comandante y me dijo: “Lo siento”. “¿Por qué lo siente -le dije-, si usted los mandó traer?”. “¿Por qué lo siente, porque le dijo que viniera a las seis (6) de la mañana?”, le dije al comandante. Y el comandante me dijo: “No, yo no lo mandé traer”. “¿Por qué me niega -le dije- si lo ha ido a recoger; ya se hubiese quedado. Y no me contestó nada.
Ahí nomás llegaron los…llegó el juez, el fis…todos los que tenían que hacer el levantamiento del cadáver, pero miraba a mi esposo al rato que lo alzaban y era como si me dijera: “Por favor, cuida de mis hijos”, “cuida de mis hijos”. Yo el único temor sufría ese momento y decía : “Y mi hijo, qué será de mi hijo ahora”. Todo lo que pasé llegando a la morgue, él no tenía un cajón, no tenía cómo salir porque todos los demás eran de una entidad pública donde todos ya les habían dado un nicho, un cajón donde puedan ser enterrados pero él no tenía cómo salir de la morgue. Nadie...nadie pensó ni nadie me dijo: “Vamos a hacer esto señora”. Pero una profesora del Ramiro Villaverde me dijo: “No te preocupes negrita, yo voy a firmar, aunque sea en letras vamos a pagar”, y así pagamos. Y así fue. Y así fue.
Buenas noches…….soy la esposa de Andrés Salcedo, en ese entonces, subdirector del Ramiro Villaverde. Recuerdo que el cuatro (4) de marzo salió mi esposo a las siete y media de la mañana. Lo recoge el esposo de la señora, Lucho, muy apresuradamente. Él sale rápido. No tomó desayuno. Me dijo que ya regresaba. Que había…que tenía que salir rápido porque el comandante los estaba llamando. En el transcurso de la mañana, más o menos a las ocho y treinta recibí la visita de algunos profesores que estaban conversando con mi papá y…yo salí porque me llamaron. Me dijeron que mi esposo estaba herido, que lo habían traído a la salida. Entonces yo agarré un taxi y fui rápido a la salida de la Policía. Al entrar…yo ni entré, llegué a la puerta y me dieron la…sorpresa. Me dijeron: “Aquí no hay ningún profesor del Ramiro Villaverde, todos están en Libertadores, están muertos. No sabía qué hacer…..daba vueltas para acá y para allá…Entonces no había nadie a mi lado. Mi papá vi…salió conmigo pero nos perdimos en el camino. Entonces tenía que regresar a mi casa, según yo ‘pa comunicar a la familia pero no podía regresar porque había dejado a mis hijos pequeños, mi hijo de doce años, mi bebé recién tenía tres años y medio. No quería regresar porque no sabía cómo decirles a mis hijos que su padre ya no regresaría a casa nunca más. Pero con la ayuda de algunas amistades tuve que regresar y enfrentar, y a mi hijo el mayor decirle. Entré, me preguntó, me dijo: “Y qué es de mi papá, ¿está herido de veras?” Le miré a los ojos y tenía que decirle que su papá ya no estaba con vida. Que lo acababan de matar. Entonces, en eso ya tenía que ir a la morgue a ver el cadáver de mi esposo. Ya después vino la…el funeral, el velorio…qué sé yo. Ya al menos estaba, esos días estaba con la familia, con mis padres, mis hermanos, la familia de mi esposo. Terminó el funeral. Todos los gastos lo afrontaba toda la familia; pero cuando ya terminó el funeral tenía que yo ver ya la bebe pedía, era una criatura que tomaba biberón. Estaba…me encontré con Elsa Cerrón que tenía cuatro (4) hijos, Aydé Mesa que tenía dos también bebes que tomaban biberón, qué hacer algunos efectivos de la policía me decían: “señora, tiene usted que ir a cobrar el sueldo de su esposo”, de Marzo que había llegado, para que usted pueda afrontar sus gastos tiene usted que viajar a Lima porque yo no sabía absolutamente cómo iban a ser los trámites, pensé que el sueldo iba a venir como cuando el policía está activo. Entonces me acerqué a pagaduría y me di con la grata sorpresa que sí había llegado el sueldo de Marzo pero no nos quisieron pagar. Me dijeron que hablara con el general. Las tres señoras nos fuimos a la oficina del general a decirle pues que no sale efectivo el dinero, ¿no?, porque los hijos tienen que comer, los bebes tienen que tomar la leche. Yo entiendo. El general me dijo: “Lo siento señora, no le podemos pagar”. No le podemos dar ese dinero. Se tiene que regresar a Lima. Pero por favor, le suplicamos tanto, por lo menos que nos dé el sueldo de Marzo para poder afrontar los gastos, para poder viajar. Pero no nos quiso pagar. “Sí les puedo ayudar tramitando los papeles lo más rápido posible”, y como mis cuñados son policías “¡Ya! -dijeron-, nos vamos a hacerlo más rápido. Viajaremos a Lima”. Pensé, ¿no?, que llegando a la capital pues los trámites eran también rápidos, pero no fue así. Los trámites demoraron seis meses. Los seis meses, pues imagínense que yo si no hubiera sido por mi familia, por mis padres, por mi madre, mis hermanos, qué hubiera sido de mí si ellos no me hubieran apoyado. Como les vuelvo a decir duró seis meses los trámites, lógico a los seis meses salió la planilla de pago para yo cobrar. Yo entiendo a la institución porque en ese entonces se vivía una vida de continuo ataques; el Ministerio del Interior estaba cubierto de negro, puras viudas………nos chocábamos entre nosotras. “¿Qué estás haciendo?, ¿qué trámites?”. “Esto, el otro, mira; entra para acá entra para allá”, y así transcurrió el tiempo. Entonces regresaba, iba y venía de la ciudad de Lima para ver si avanzaban los papeles, lógico a los seis meses salió el aval de mi esposo. Después de eso llegué a Huancayo. Mi madre me dijo ahora te toca hacer el papel, el doble papel de padre y de madre de tus hijos, tienes que afrontar esa situación y la hice hasta el día de hoy estoy cumpliendo con la doble responsabilidad que me encomendó la mala suerte, aquellas manos asesinas que me quitaron a mi esposo, al padre de mis hijos, al policía, al profesor. Él era un hombre bueno, mucha gente lo sabe, yo no sé por qué a él lo mataron o acabaron con su vida; era un hombre profesional que se sacrificó tanto para obtener un título profesional y trabajar en ese centro educativo, pero como les vuelvo a decir, afronté mi papel de…o sea lo que soy ahora, soy viuda, afronté con mis hijos…ya son grandes, pero para mí no fue la vida así fácil. Trabajé porque no tengo un título, trabajé en lo que puedo para poder afrontar los gastos de mis hijos porque el sueldo de un policía no es mucho, no se puede afrontar los gastos cuando uno quiere educar a los hijos o al menos sacarlos adelante para que sean hombres de bien; ya el mayor…ya está culminando, la bebe que entonces quedó ya es casi una señorita y seguiré adelante lucharé hasta culminar con mi deber de madre. Yo pido a la comisión que por lo menos el policía sea bien reconocido, que tanto cuando está vivo cuando esta muerto debe ser bien reconocido porque ellos ofrendaron su vida para la paz de la patria dejándonos a tantas viudas, huérfanos que añoran el calor de su padre, que han sufrido día a día la necesidad, un apoyo moral, psicológico, económico. Mediante la comisión quisiera que hagan llegar a quien corresponda, ¿no?, que los trámites al menos deben ser un poco más rápidos, no sé… Eso es todo.
Continuaré contándoles que después de ese día, con mis cinco hermanos contando conmigo, perdimos al eje de la casa, a los dos; no sabíamos qué hacer, cómo vivir, qué comer, si dormir, salir, quedarnos ahí. No sabíamos si era de día, si era de noche……..papá y mamá eran muy amorosos. Fuimos muy dependientes de ellos. Mi hermana la última tenía doce (12) años, el otro tenía quince (15); yo era una señorita de veintiún (21) años, me encontraba trabajando en el INPE un año, mi hermano el mayor estaba haciendo su tesis en universidad y mi hermano el que me lleva por un año estaba postulando a la escuela de la policía. En todo esto la que sufrió más fue la mayor; es la más pequeña, le decimos “pequeña” de cariño. Hizo el papel de madre, nos trató de guiar a todos al bien; mi hermana se fue a la escuela, se quedo allá, ella nos trataba de dar cariño, de dar de comer como fuese. Como dijo la señora Rosa, los trámites demoran y cuando uno no sabe es peor; estamos en una región alejada y es difícil. Al menos yo era una señorita pero mis hermanos menores eran pequeños, que recién estaban en…entrando a la secundaria. Teresa no conocía ni las calles porque papá y mamá la llevaban y la recogían del colegio. No sabíamos qué hacer, sobrellevamos todo ese tiempo pidiéndole a Dios…que nos dé la luz para seguir adelante y el ejemplo de mis padres de seguir estudiando; nos encontrábamos llendo a la universidad con mi hermano pero ya teníamos que trabajar porque éramos personas maduras, jóvenes que hasta ahora lo estamos haciendo, pero si mis padres hubieran estado vivos yo sé que hubiéramos terminado de estudiar, de repente pudimos ser otro tipo de personas. Lo que les voy a mencionar es triste, mi hermana…no teníamos qué comer, a mí no me pagaban porque bueno antes era así, ¿no?, te daban un trabajo y no te pagaban ahí mismo, demoraban muchos meses.
Acá la tradición es cuando uno se va a un entierro te llevan anisados, te llevan coca, te llevan cosas. De ellos fue muy triste, por la Municipalidad de Huancayo fue mucha gente, llegaron a regalar esos anisados, esas cosas que nadie…no se terminó de tomar; las guardamos en costales y mi hermana las cambiaba para darnos de comer…..los pequeños….no…..iban al colegio volvían tristes. Éramos personas como si hubiéramos perdido el rumbo, llegábamos a la casa y estaba vacía. Ahora la última está estudiando en universidad. Ojalá que termine. Pero si es bien es cierto, el apoyo moral de un padre, de una madre es fuer…necesario para el ser humano y perderlos de esa manera sanguinaria; mi padre con casi diecisiete (17) impactos de bala en el cuerpo, mi madre con (14) impactos de bala en el cuerpo. ¿Qué hicieron?, ¿qué daño le hicieron?, ¿por qué con tanta saña?, ¿por qué…por qué me los quitaron? Ellos nunca hicieron daño a nadie, ellos no tenían propiedades, no tenían nada; tenían su profesión y la pequeña casa que nos dejaron. ¿Por qué? Mi padre era un hombre adulto, como le decíamos “nuestro viejo”. Ya retirado de la policía cuatro (4) años. Mi madre una juguetona. Todos la conocían como la profesora que jugaba a las canicas en el patio de la escuela porque en vez de estar la señora….pues…en su salón de aulas o en otro sitio paraba tirada jugando bolas con todos los niños. Inclusive el día que ella fallece tenía en su bolsa, en su maletín que no lo soltó por no querer que vieran sus cosas, su bolsa de bolas porque era una persona muy amorosa, muy amorosa. Así mismo yo agradezco a la institución por haberme permitido estar acá, declarar lo que hemos sufrido en vida y seguimos sufriendo porque esto no va a terminar. Agradezco a la Policía Nacional por permitirme esta acá, a esta comisión por escucharnos a todos por igual, y pedir, así como nosotros éramos jóvenes y hemos salido adelante pero hemos quedado de todas manera con el peso de la tristeza, pido que a esos huérfanos, a esos niños pequeños que han visto que han caído la sangre derramada en sus cuerpos se les ayude moralmente, psicológicamente, porque yo sé que esas personas no saben ni el porqué ni la verdad, y que están…y son resentidos sociales y lo cual, yo con mis hermanos, por el mucho amor de mis padres, no les deseamos. Es la palabra de los cinco hermanos. A estas personas no les deseamos lo que les ha pasado a mis padres, ni que les pase a sus familiares, y que haya una paz, que haya la unidad nacional… Eso es todo.
(…)
Lo único que pediría es por favor que…que este caso se aclarara para saber la verdad, quiénes lo mataron y por qué los mataron, y en mi caso quisiera un apoyo porque acá las señoritas han tenido, la señora y las señoritas, los hijos del señor Camborda han tenido un apoyo quizás de la identidad de la policía porque ellos trabajaban ahí, pero mi esposo no. Mi esposo era civil, no trabajaba, no ganaba un sueldo y lo mataron. Yo pasé muchas penurias ‘pa salir adelante con mis cinco hi…con mis cuatro hijos, muchas penurias y hasta ahora lo sigo pasando; pero yo quisiera un apoyo moral, psicológico ‘pa mis hijos o quizás un apoyo económico para ellos. Eso es lo único que les pido. Muchas gracias.


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